La grieta que empieza a temerle a un peronismo competitivo

La grieta que empieza a temerle a un peronismo competitivo


El espacio político que nuclea a los gobernadores y que vio la luz en la actividad organizada por Miguel A. Pichetto en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú generó desconcierto no solo al interior del Gobierno, sino del propio kirchnerismo.
Los dirigentes del peronismo federal están convencidos de que hay un espacio vacante en el electorado que se ubica entre las promesas incumplidas del macrismo, principalmente aquellas que afectan directamente el bolsillo, y una oferta opositora en cabeza del kirchnerismo que arrastra el lastre de las causas judiciales y el divorcio irreconciliable con los sectores medios urbanos.
En el Gobierno, mientras tanto, intentan resistir el esquema de adelantamiento de las elecciones que bosquejan los gobernadores peronistas. En este punto, el caso de Córdoba es el más paradigmático, donde Macri necesita reeditar un resultado contundente el cual, por el momento, solo estaría garantizado si lo que está en juego es su propia imagen.
Así y todo, un sector mayoritario del gabinete oficialista se ufana al destacar que “en el momento más crítico del año, con precios nuevos y salarios viejos, logramos detener la caída en la aprobación del Gobierno”.
Por ende, con la “regeneración” de algunas expectativas sumado al varias veces anunciado repunte de la situación económica, sobre todo doméstica, la Casa Rosada se da por satisfecha de cara al inicio del período electoral.
Peso a eso, rápido de reflejos, Macri organizó una agenda paralela al evento de Gualeguaychú con gobernadores peronistas. Quizás porque empezó a escuchar alguna de las advertencias del ala política sobre los riesgos que conlleva un escenario de ballotage con una figura proveniente de la “oposición racional”.
Rossi, Urribarri y Aníbal Fernández: la resistencia de CFK
 
Mientras tanto, al interior del kirchnerismo surgen no pocas voces que empiezan a manifestar preocupación ante la reedición de una estrategia que luce agotada sumada a la ausencia de figuras con capacidad para reemplazar el liderazgo de Cristina Kirchner.
“El kirchnerismo no logra generar ni a través de su discurso ni de su praxis política una visión de futuro, permanece asociado a la idea de que lo único que ofrece es retrotraer las cosas a una situación anterior”. Con estas palabras, uno de los responsables de la comunicación grafica el escenario que los abruma.
Como síntoma de este desconcierto, posterior al acto de Gualeguaychú, el único que animó una defensa tímida de la ex presidenta fue el diputado Agustín Rossi quién manifestó que “sin Cristina, no trabajan para ganarle a Macri”.
Quienes se sintieron interpelados por sus palabras y se alinearon a la estrategia de sostener la figura de la actual senadora, fueron el ex gobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri y el ex jefe de gabinete Aníbal Fernández, quienes cargan sobre sus espaldas el peso de los procesamientos judiciales tras sendos pasos por la gestión. No pocos vieron en esa decisión “una estrategia judicial antes que política”.
La organización vence al tiempo
El peronismo federal, en tanto, se encuentra más abocado a definir los ajustes de la estrategia y a visibilizar en una agenda de apariciones lo que consideran “los verdaderos problemas de los argentinos”. Esto es, la crisis de las economías regionales, un pálido crecimiento concentrado en ciertos sectores de la economía, precarización del empleo, inflación, profundización de los desequilibrios macroeconómicos, endeudamiento, entre otras cuestiones.
Los organizadores del fixture ya tienen definidos los próximos encuentros, que serán en Mendoza y Córdoba el 20 y 27 de abril, respectivamente.

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