El paro de Moyano desnudó diferencias en la CGT oficialista

El paro de Moyano desnudó diferencias en la CGT oficialista

Si bien algunos criticaron las formas, gran parte del sindicalismo coincidió en las cuestiones de fondo. Daer pidió por la unidad sindical: "Somos un montón de pedacitos que no hacemos una sola cosa".


Lejos de exhibir una postura común sobre el paro, el sindicalismo oficialista dejó al descubierto sus diferencias. El jefe de la CGT más cercana al Gobierno, Antonio Caló, apostó por la política del silencio. Pero el resto de su tropa eligió caminos diferentes. Hubo de todo: desde los que criticaron la medida de fuerza activada por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo hasta los que aprovecharon la jornada para presionar por la unidad del movimiento obrero. Aunque en algo coincidieron: todos reivindicaron la agenda de reclamos expuesta por los huelguistas.

Con apenas un gesto, Omar Viviani tomó distancia del paro de Moyano, su ex aliado. El taxista participó de un acto en el que los invitados centrales eran el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. También asistió allí el dirigente gremial de los legislativos Norberto Di Próspero, que expresó: “La mayoría de los trabajadores quisieron ir a trabajar. Hay que ser agradecidos y tener memoria”.

Se ubicaron más dirigentes en la fila para cuestionar el paro. El ferroviario Sergio Sassia dijo que fue “inoportuno”, mientras que los gremios docentes de UDA y del Sadop calificaron la medida de “irresponsable”. Sin embargo, ratificaron su lucha por “la inflación, el impuesto a las ganancias y los fondos de las obras sociales sindicales”.

Ricardo Pignanelli, referente de los mecánicos del Smata, les apuntó sus críticas a los piquetes de la izquierda más que a Moyano y Barrionuevo. “Qué fácil es cortar el país con este gobierno, hay diez gatos en el [hospital] Posadas”, dijo Pignanelli en radio Rock and Pop. Su gremio logró desplazar a la izquierda de la comisión interna de la autopartista Lear. Sin embargo, ayer, en la empresa de capitales extranjeros, no hubo actividad y las puertas no fueron abiertas.

Tal vez quien pateó el tablero fue Héctor Daer, quien supo ser la voz y el rostro de la CGT oficialista hasta convertirse, el año pasado, en diputado nacional del Frente Renovador. Este jueves, Daer reclamó por la unidad de la CGT, habló sobre “proyectos comunes” y compartió los reclamos levantados por el sindicalismo opositor. Se diferenció únicamente en las formas y precisó que Sanidad, su gremio, no adhirió.

“Somos un montón de pedacitos que no hacemos una sola cosa. La atomización del sindicalismo no puede seguir así”, señaló Daer en Radio Del Plata. Pronosticó futuras conversaciones con las centrales disidentes y cuestionó a los políticos de turno [“los de hoy y los de ayer”] por la “falta de respuestas a los trabajadores”.

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