“El Gobierno diagnosticó mal y tuvo un exceso de autoconfianza”

“El Gobierno diagnosticó mal y tuvo un exceso de autoconfianza”

Excluviso de NU, el presidente de la Fundación Economía y Sociedad (Fundecos), Alejandro González Escudero, analiza el presente y el rumbo futuro de la economía.

Alejandro González Escudero

“El Gobierno estuvo muy lejos de las expectativas. El manejo imprudente de la política monetaria y cambiaria, junto con el endeudamiento, evidencian un mal diagnóstico y un exceso de autoconfianza”, afirma a Noticias Urbanas el presidente de la Fundación Economía y Sociedad (Fundecos), Alejandro González Escudero. Pese a ello, el especialista y docente de la UBA cree que en 2019 la economía puede experimentar algún tipo de repunte, luego de la fuerte crisis de este año, si el Gobierno no vuelve a equivocarse. También, aconseja realizar cambios estructurales y facilitar el desarrollo de las empresas, especialmente de las pymes.

–¿Estima que el bono de fin de año que el Gobierno decretó primero para trabajadores privados y luego para estatales nacionales y miembros de las fuerzas de seguridad y defensa tendrá un impacto significativo en el consumo?

–Estimamos que alrededor del 85% de la suma de este bono se destinará al consumo. Es una proporción que habitualmente suele recibir ese destino, quedando para ahorro la diferencia. Según cómo termine de liquidarse, podría llegar a representar el 1,5 por mil del PBI. En consecuencia, habrá una mejora en el consumo a raíz de que la depresión actual es muy pronunciada y hay consumos que se postergaron por falta de ingresos suficientes para hacer frente a los marcados aumentos de precios.

–¿Cómo repercute en las empresas?

–Las empresas pequeñas soportarán más dificultades para enfrentarlo porque tienen una proporción mayor de mano de obra en sus costos y un personal con menor remuneración. Por lo que, proporcionalmente, impacta más allí que en las grandes empresas, donde ocurre lo contrario: la mano de obra tiene menor incidencia en la estructura de costos y el sueldo de cada empleado es relativamente mayor.

–¿Cuáles son las medidas que, según usted, deberían implementarse para facilitarles a las pequeñas y medianas empresas, que ya expresaron su malestar por la medida, su deber de pago?

–Las razones de las quejas de las pymes son totalmente lógicas. Es un esfuerzo económico adicional, mayores costos, que difícilmente podrá trasladarse a los precios y que financieramente será de cobertura muy compleja. No debe olvidarse que el costo financiero de las empresas es altísimo. Y que es aún más alto en las pymes: alrededor del 100% anual. Durante este año, el Banco Central canceló una de las principales fuentes de financiamiento de las pymes a tasas más bajas, que era el programa de inversión productiva. El Gobierno debería permitir que el pago del bono pueda financiarse con un diferimiento del IVA para aliviar el impacto financiero.

–¿Con qué inflación anual cerrará 2018 y cuánto pronostica para 2019?

–A septiembre de 2018, el acumulado del año (9 meses) en los precios mayoristas era del 66%, y en los últimos 12 meses, del 74%. Esa inflación, finalmente, terminará en los precios minoristas. Por lo tanto, es posible que el índice de precios al por menor, que a septiembre acumulaba el 32%, termine en el 50%, y que quede un 25% de “piso” para el año próximo.

–¿De cuánto fue la pérdida del poder de compra de un trabajador promedio en lo que va de este año?

–Según nuestras estimaciones, fue del 20%, porque el trabajador promedio destina casi la totalidad de sus ingresos al pago de alimentos y servicios, que han tenido un incremento muy alto.

–El dólar se acercó a la banda baja de flotación. ¿Encontró una nueva estabilidad o puede volver a dispararse?

–El Gobierno, junto con el Banco Central, tiene herramientas para evitar una nueva corrida. Pero también las tuvieron en el pasado y la corrida se produjo. Que no suceda dependerá de que se tomen las medidas correctas y se invierta la visión negativa que existe actualmente sobre la economía argentina.

–¿Qué medidas debería tomar el Gobierno para llevar la economía a buen puerto?

–Hacer algo diferente a lo que siempre se hizo en los momentos de crisis sería pensar en cambios estructurales de la economía y no en acciones coyunturales monetarias y cambiarias. Por ejemplo, en lugar de corregir el déficit fiscal aumentando los impuestos, buscar la forma de reducir el gasto redundante que existe en funciones similares por las cuales se gasta a niveles de gobiernos nacional, provincial y municipal. Esto es un esfuerzo que podría hacer la política para alivianar el peso que soportan los particulares. También, obturar la caída en el nivel de actividad, porque no es seguro que con ello se pueda frenar la inflación. Facilitar el desenvolvimiento de las empresas, removiendo las trabas superfluas que imponen los organismos de control, y estimular la inversión, aunque suene utópico decirlo en este momento. Para eso, volver al antiguo sistema de préstamos de inversión productiva, que mencioné antes, podría ser un camino.

–¿El año que viene, que es electoral, mejorará la economía? ¿O es pesimista?

–Si el Gobierno no comete errores, habrá una mejoría por el efecto de los sectores agrícola y energético. Y porque siempre después de una fuerte depresión se observa algún repunte.

–A casi tres años de la asunción de Macri en el Gobierno, ¿cómo califica su gestión económica?

–Estuvo muy lejos de las expectativas. El manejo imprudente de la política monetaria y cambiaria, junto con el endeudamiento, evidencian un mal diagnóstico y un exceso de autoconfianza. A principios de 2016, (Alfonso) Prat-Gay decía que el problema del déficit fiscal lo iba a corregir con crecimiento económico y no “choreando”. Supongamos que esto último se hizo, como no hubo crecimiento, los problemas del sector público siguieron perjudicando severamente el nivel del PBI, la renta, la falta de inversión, el endeudamiento y la inflación.

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