El dilema socialista

El dilema socialista

Hermes Binner decidió bajar su candidatura presidencial y postular a Margarita Stolbizer (Gen). Pero en la Ciudad, el Partido Socialista y el Gen están en dos espacios distintos que se critican.


El socialista Hermes Binner decidió, tras semanas de rumores, bajar su precandidatura presidencial. Lo oficializó mediante un comunicado titulado “Un nuevo tiempo, un nuevo país, el mismo proyecto”, en el que describe: “El país vive un momento de fragilidad institucional y tensión política que para superarlo los argentinos solo tienen una herramienta útil al alcance de todos: el diálogo y la búsqueda de consensos”.

“Ser candidato implica un recorte a las posibilidades de una convocatoria plural, que construya un Proyecto de Nación donde la gran mayoría esté integrada”, agrega luego; y pide “a los partidos alineados en el progresismo acompañar la candidatura de Margarita Stolbizer, con quien comparto los mismos ideales”.

Pero la postulación de Binner desnuda las contradicciones que existen en el Partido Socialista: mientras que a nivel nación su máxima figura propone a la líder del Gen, en la Ciudad, el partido de la rosa roja, decidió cerrar una alianza junto a Elisa Carrió, que promueve a Mauricio Macri como candidato a Presidente.

Pero esto no es todo. Roy Cortina decidió en 2015 “jugar la personal”, por lo que llevó al Partido Socialista a romper la alianza con los partidos que compartían el Frente Amplio Progresista por el que Binner compitió en 2011 quedando en segundo lugar.

Estos partidos con los que rompió el socialismo porteño son el Gen y Libres del Sur, quienes junto a Proyecto Sur –un aliado natural-, formaron en la Ciudad la alianza SurGen, desde donde ya se critica duramente a ECO, armado que integra el socialismo.

De esta manera, el socialismo se encuentra ante el siguiente dilema: en la Ciudad, integran una alianza cuyos dirigentes promueven un acuerdo con Mauricio Macri; pero en la nacional, son reticientes a firmar con el Pro y postulan a Stolbizer, cuya fuerza en la city porteña integra un espacio diferente al socialismo. El tiempo dejará al descubierto como se acomoda el discurso de la rosa roja para justificar esta contradicción.

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