La mala noticia del “boom” inmobiliario es el costo social en la Ciudad

La mala noticia del “boom” inmobiliario es el costo social en la Ciudad

Los negocios inmobiliarios en la Ciudad crecen de manera exponencial, mientras la integración de las villas porteñas o los proyectos de carácter social quedan relegados. Los vecinos de las villas piden equidad.


A mediados del 2016 se dio inicio al proceso de subastas de bienes nacionales, cuando el Ejecutivo nacional autorizó la venta de 53 inmuebles. Y, a pesar de la resistencia de la oposición por la privatización de espacios públicos, hoy la Agencia de Administración de Bienes del Estado ya maneja 51 mil inmuebles en todo el país y el exterior.

Poniendo la lupa en territorio porteño, el Gobierno de Mauricio Macri cedió nueve predios de espacios públicos que en principio se transformarán en nuevos  beneficios de los negocios inmobiliarios en la Ciudad. Y lejos de haberse aminorado, estos planes continúan y se acrecentan: subastarán la manzana donde se encuentra la sastrería del Ejército para edificar nuevas construcciones con una base de 18.753.697 de dólares.

Esta suma representa sólo una pequeña parte del dinero que se destina al negocio inmobiliario creciente en la Ciudad; aunque no se trate de beneficios para todos los porteños.

La pasada semana, los vecinos de la Villa 20, desde su Mesa de Tierras y la Mesa de Reurbanización volvieron a publicar un comunicado en el que no sólo repitieron que la urbanización de su barrio ya cundió en una “promesa incumplida” por ni siquiera haberse comenzado las obras -o la planificación de las mismas- por haberse caducado ya la fecha oficial de inicio de las obras, sino que también remarcaron que el Gobierno de la Ciudad, con el aval del Ejecutivo nacional, centra su atención al desarrollo inmobiliario sin poner al lupa en las cuestiones sociales referidas a la necesidad de vivienda que existe.

Los beneficios de este tipo de maniobras resultan restringidos para determinados estratos sociales que no padecen las necesidades urgentes que viven los vecinos de las villas porteñas, blancos del olvido oficial incluso en la etapa vigente donde se debería realizar la urbanización.

Cabe mencionar que hay unas 24 manzanas disponibles para el remate, aunque aún sin fecha confirmada. Entre ellas, un inmueble de 863 m2, ubicada en Martín Rodríguez 762, en La Boca, con una base de 612.963 dólares.

Incluso, hay otros tres remates de predios en la Ciudad que también se encuentran confirmados. Se trata de un baldío en Defensa 1357, San Telmo; una vivienda en Ecuador 333, en la zona de Once; y un gran terreno de 5.233 m2 en Avenida de los Italianos 365, en Puerto Madero, por el que esperan obtener más de 15,8 millones de dólares.

Otros de los grandes remates sin fecha es el terreno de 44.866 m2 en Bullrich al 300, Palermo, donde hoy funciona el supermercado Jumbo y el local de la cadena Easy. El centro comercial tiene permiso de uso hasta 2019.

Las otra campana

“Somos parte de la postergación histórica de más de 40 años, que tanto en Villa 20 como en Ciudad Oculta padecemos desidia por parte del GCBA. Vemos desfilar a todos los funcionarios por todos los medios de comunicación con promesas y ‘proyectos de urbanización’ para varias villas, sin embargo son sólo algunas de todas las que actualmente hay dentro de la Ciudad”, emite en principio el comunicado de los vecinos de Lugano, en referencia a la falta de preocupación estatal por las urgencias sociales.

Así, la dicotomía generada entre el sur y el norte de la Ciudad parece seguir siendo un reflejo de la falta de equidad entre la importancia del “boom” inmobiliario y la saciedad de las promesas de mayor y mejor distribución de los bienes porteños.

“Lo cierto es que detrás de todos esos proyectos de urbanización, el trasfondo son negocios inmobiliarios, como en el caso de la Villa 20, donde se incumple la ley de urbanización 1770-2005 y la de reurbanización 5705-2016; debido a que llegó el momento de las obras, pero éstas aún ni siquiera fueron iniciadas, ni hay indicios de tal intención. Tanto la SECHI como el IVC se lavan las manos y ninguna se hace cargo de la falta de inactividad por parte del GCBA”, continúa el escrito, que trae a referencia la inversión realizada en el Parque de la Ciudad, en contraposición a las falencias de la villa.

“Nos parece de mal gusto que se invierta en un lugar y no en otro, sabiendo que somos una parte de la Ciudad que sufrió por mucho tiempo el olvido y la desidia del Gobierno”, comunicó a Noticias Urbanas un vecino de Lugano. “Tenemos un solo hospitalito y una salita de emergencia de 24 horas, el cual lo reinauguraron varias veces y sigue sin funcionar. No tiene los elementos necesarios para atender casi ninguna urgencia; no tiene camas ni ambulancias. Terminamos yendo al Piñero o al Santojanni en el mejor de los casos”, remarcó.

A propósito, los vecinos también traen a cuento la demolición del predio Elefante Blanco, donde aseguran que esta decisión fue a espalda de los vecinos, quienes tampoco gozan de “una solución definitiva para esos vecinos de la Manzana 27 bis, que deben dejar sus casas”, ni tampoco “hay intenciones de dialogar con esos vecinos”.

“Nosotros no pedimos que nos regalen nada, sino simplemente estamos exigiendo nuestros derechos a la vivienda digna como corresponde, y por eso exigimos el cumplimiento de la Ley de reurbanización 5705-2016 y solución definitiva para los vecinos de la Manzana 27 BIS”, finaliza el comunicado.

De esta manera, la “integración de las villas a la Ciudad” que han prometido los funcionarios porteños quedan, de momento, en términos de viviendas, relegadas por el “boom” del negocio inmobiliario.

Clase media, al punto de la asfixia

La crisis habitacional fue denunciada por diferentes partidos en la Ciudad de Buenos Aires y no sólo golpea a las clases más bajas, sino que la clase media tampoco se encuentra entre los beneficiados directos de dicho negocio.

En la Ciudad la Canasta Básica Total para una familia tipo fue de 15.388 pesos en junio, con un incremento anual en torno al 20 por ciento. Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria, que define la línea de la indigencia, se situó en dicho mes en 7.478,52.

El problema radica en que los porteños cobran, en promedio, menos de 16 mil pesos por mes, lo que los deja fuera de los planes más ambiciosos del mercado inmobiliario  y encima mucho trabajan en “negro”.

A pesar de que el Gobierno emitió una diversidad de créditos hipotecarios para convertir en realidad el sueño de la primera vivienda propia que prevé cuotas mensuales desde 4.500 pesos, estas cifran continúan siendo utópicas para el grueso de los porteños. Y, amén de la falta de proyectos de viviendas sociales, la flexibilización en los trámites de alquileres y compra de inmuebles particulares en la Ciudad no alcanzan, dado a que son predominantes los requisitos restrictivos para participar de estos proyectos, como tener un sueldo privilegiado, contar con un trabajo en blanco y estar bancarizado.

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