Cerruti: “Mi planta de marihuana convive con mis orquídeas”

Cerruti: “Mi planta de marihuana convive con mis orquídeas”

Laura Di Marco

Presentará un proyecto para regular el cultivo de cannabis para consumo personal. Quiere recuperar la costa del Río de la Plata y que la gente vuelva a la vereda. En 2015, dice, será Jefa de Gobierno.


“En 2015 voy a ser jefa de Gobierno, con 50”, anuncia Gabriela Cerruti al consultarle su edad, desde uno de los despachos ganados por Nuevo Encuentro en la Legislatura porteña. Esta periodista, escritora y hoy diputada sabbatellista confiesa que se guía por la intuición sin abandonar sus sesiones de terapia y visitas esporádicas a una astróloga.

Su desempeño como ministra de Derechos Humanos y Sociales durante la gestión Telerman marcó su llegada a la militancia política activa. Asume que lo hizo desde un lugar de enamoramiento con el kirchnerismo y con ganas de dejar de ser una cronista de la realidad para transformarla.

“Siempre pertenecí al kirchnerismo, que también representa Martín (Sabbatella, exintendente de Morón, diputado nacional y actual titular de la Administración Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual). Después, la dinámica electoral llevo a que Telerman se enfrentara con un sector del kirchnerismo, el de Alberto Fernández, quien hoy está con Massa”, aclara Cerruti.

–Tras más de diez años de su arribo a la política, ¿qué transformó y qué quisiera transformar?

–De todo lo que hice, hay dos cosas fundamentales. Una es la creación, en 1999, de la Comisión por la Memoria, abocada a trabajar archivos de la Policía Bonaerense, que luego se profundizó en temas de derechos humanos en las cárceles. La otra ocurrió durante el año y medio como ministra de la cartera social y fue el plan Ciudadanía Porteña, uno de los pocos planes que Macri conserva. Consiste en una tarjeta de débito que funciona como un refuerzo para combatir la indigencia y es para las familias que no llegan a cubrir con sus ingresos la canasta básica de alimentos. Lo por hacer es gobernar esta ciudad. Yo quiero ser jefa de Gobierno y volver a tomar mate al lado del Río de la Plata. Uno de mis proyectos es declarar intangible la costa del río para que no se pueda concesionar, como ahora, a boliches o restaurantes. Que la costa vuelva a ser playa. Decir que esta ciudad está colapsada o destruida es mentira. Lo que nos falta es recuperar la confianza y la alegría de vivir en Buenos Aires. Y para eso hay que recuperar la calle, la vereda, el río. Hay que sacarle el miedo a la gente en la Ciudad para que vuelva a sentarse y encontrarse en la vereda. El barrio y la vida en la calle son la mejor política contra la inseguridad. Si vos estás en la calle con tus vecinos, todos se cuidan con todos.

–¿Cómo repercuten los hechos de corrupción asociados con Boudou, por ejemplo, en este espacio que intenta representar Nuevo Encuentro?

–El vicepresidente está denunciado por los medios de comunicación, por un programa de televisión. No hay ni una causa abierta y todavía ni siquiera fue llamado a indagatoria. ¿En qué quedó todo el escándalo Báez? Obviamente, todas esas cosas hacen que la gente crea que este es un gobierno corrupto. Quienes son citados en televisión no van a decir lo mismo si son citados en Tribunales. Ni la exsecretaria de Kirchner ni los que denunciaron a Lázaro Báez. Pero lo que le queda a la gente es la denuncia. Y este es el problema del periodismo irresponsable. Cuando hacíamos periodismo en Página/12, para denunciar determinadas causas, por ejemplo el Swiftgate, contábamos con el documento de la Embajada de Estados Unidos donde el empresario de Swift decía que tal le había pedido la coima; para denunciar el narcogate hubo una causa en España donde se investigaba a Amira Yoma…

–¿Cuál es su lectura de las causas de derrota electoral?

–Creo que el tema de la inflación y el del dólar han pesado mucho. Lo bueno de este gobierno es que ha incluido gente en la clase media, a personas que no tenían trabajo y que ahora quieren ganar bien, que el salario no se lo coma la inflación y que además quieren viajar bien. En 2003 las demandas de la sociedad eran diferentes: conseguir trabajo, comer. Y efectivamente hay gente que cree que este es un gobierno corrupto. No digo que sea una construcción de los medios. Ni que sea una sensación. Lo que hay son funcionarios que cometen actos de corrupción. En el Gobierno de la Ciudad, en el Gobierno nacional y en los de todas las provincias. Hay que denunciarlos, investigarlos e ir a la Justicia. Lo que yo sé es que en este gobierno, cada vez que hubo alguien con una sospecha firme de corrupción, se lo echó. Como a Jaime, Schiavi, Felisa Miceli. No creo que este sea un gobierno como el menemista, que cuando existían estas cuestiones las protegía; por el contrario, deja que las dirima la Justicia.

–¿Le sorprendió que Filmus no entrara como senador?

–Que sea senador Del Sel y no lo sea Filmus es una de las injusticias de este país. Tengo mucho respeto político y mucho afecto personal por él. Quizás había un ciclo concluido, pero no entro por un porcentaje de pocos puntos. No hay una razón.

–¿Qué opina de los candidatos presidenciables hasta ahora? ¿Scioli, Urribarri o Capitanich?

–También se habla de Randazzo. Se dicen tantas cosas… Ojalá haya elecciones internas abiertas dentro de los sectores del PJ para poder dirimir el mejor candidato. Yo voy a acompañar el proyecto de lo que represente al kirchnerismo y a Nuevo Encuentro. Y si hay que perder, se pierde. Es la democracia y todo sigue. A seis años del gobierno de Cristina y diez del gobierno kirchnerista, un 33 por ciento es un nivel de apoyo popular muy importante. No lo tiene nadie en este momento. Es muy probable que este 33 por ciento sea el punto de partida para otro triunfo en 2015.

–¿Conserva la planta de marihuana que le regaló Alex Freire?

–Sí. Convive con mis orquídeas en el balcón. Vamos a presentar una ley para regular el cultivo de la marihuana. Así, el que quiera podrá hacerlo legalmente. Muchísima gente cultiva en la Ciudad. Una manera de combatir el narcotráfico es que el quiere consumir, porque es una decisión personal, pueda cultivar en su casa y saber que está fumando lo que cultivó. No tiene que salir a comprar y no hace nada que ponga en riesgo su vida o la de otros. Se trata de la promoción del autocultivo para no entrar en las redes del narcotráfico. Hoy el tema serio de consumo en la Ciudad no es la marihuana, sino el paco, la cocaína y el alcohol. Debemos trabajar al mismo tiempo y seriamente con la prevención y la rehabilitación.

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