El desarrollo urbano del sur y los hospitales Borda y Moyano

El desarrollo urbano del sur y los hospitales Borda y Moyano


En un país tan acostumbrado a opciones de tipo Tirios vs. Troyanos, la Salud Mental no queda al margen. Por ej., los Troyanos encarnarían a quienes defienden a rajatabla la perduración de los neuropsiquiátricos tal cual fueron pergeñados en el siglo XIX en Buenos Aires, sin reparar en el paso del tiempo y los acontecimientos del campo psi. Su tozudez deja abierta una puerta trasera a embates ‘modernizadores’. Los Tirios serían aquellos dispuestos a arremeter y hacer tabla rasa contra las ‘ciudadelas’ de los Hospitales de Salud Mental Borda y Moyano, para empezar. Estarían encontrando una rápida alianza en un poder local que funcionaría en este caso como espartano: tirando por el Taigueto a las instituciones de la Salud Mental en nombre, también, del ‘bien hacer’ y la modernidad.

Cuenta la leyenda que podría existir un negocio inmobiliario de por medio. Como en el juego del teléfono descompuesto hay lenguaraces que dicen que las tierras de dichos hospitales serían loteadas para emprendimientos edilicios. Los más perspicaces, por el contrario, no ponen en cuestión la anunciada afectación de los terrenos hospitalarios al Proyecto de Parque Cívico, pero no les pasa desapercibido la circunstancia de un importante revalúo de los propiedades lindantes, que dicho desarrollo produciría. Ahí es cuando surge el recuerdo de los largos meses transcurridos entre las primeras elecciones ganadas por el Ing. Macri y su asunción. Durante dicha campaña nada se dijo sobre el mencionado proyecto del Parque Cívico. Luego del nuevo triunfo electoral se está volviendo a menear el tema.

En el capitalismo no hay desarrollo sin negocios. La diferencia es que hay estados que permiten que algunos pocos particulares arremetan con los intereses de la mayoría y/o de sectores que ameritan ser resguardados. En otro tipo de estados, el interés de la mayoría y de los sectores más vulnerables es particularmente preservado. Hay gobiernos que facilitan los negocios de aquellos próximos al poder mientras otros gobernantes exigen la adecuación de los proyectos a los intereses esenciales de la sociedad, controlando el pago de impuestos de modo proporcional a las pingües ganancias. Por cierto el gobierno local está constituido no solo por su Poder Ejecutivo. A la fecha, la Legislatura y el Poder Judicial vienen demostrando independencia y fortaleza.

¿Es razonable borrar de un plumazo más de la mitad de la capacidad hospitalaria instalada para la Salud Mental de pacientes adultos del Área Metropolitana? (No contabilizamos los neuropsiquiátricos de la Provincia de Bs.As. por ser, en general, para pacientes cronificados). Se descarta – en principio – la posibilidad de que sea desactivado durante dicho proceso el Htal. Infanto-Juvenil de salud mental Tobar García, no solo por el explícito compromiso del actual gobierno de la ciudad de no desafectarlo, sino además porque no fue incluido en las bases del llamado a concurso de proyectos urbanísticos. (Además su superficie es proporcionalmente mucho menor y el problema que se comprarían en el caso de terminar incluyéndolo sería mayúsculo, incluso con la propia Justicia. Además, terminar desalojándolo luego de seis años de mantenerlo en obra – cuando la misma debió ser de dieciocho meses – resultaría un papelón sobre otro papelón).

¿Es factible – entonces – compatibilizar el desarrollo urbano del sur de la Ciudad y a la vez evitar hacer tabla rasa de los hospitales Borda y Moyano, además de los Talleres Protegidos?

La calle Brandsen separa la gran manzana que alberga al Htal. Braulio Moyano y los Talleres Protegidos de la otra gran manzana que no solo incluye al Htal. T. Borda, sino además al Htal. Tobar García y Al Hogar Rawson. Al norte esta manzana, al sur la ocupada por el Moyano.

¿Es necesario mantener el criterio decimonónico de un hospital para mujeres y otro para hombres? Por qué no transformarlos en un único hospital dividido en tres áreas: internación de mujeres, internación de hombres y ambulatorio – consultorios externos y ‘hospital de día’ – mixto. Esto llevaría a una progresiva y razonable desafectación de camas psiquiátricas en lo inmediato sin, por otra parte, tener que enfrentar carencias de las mismas que deriven en tercerizar internaciones a clínicas privadas o intentar forzarlas en polivalentes aun no preparados para una masiva demanda.

¿Cuál manzana dejar afectada, cuál desafectar? Si el polo de desarrollo está en el sur lo obvio parece ser desafectar la manzana del Moyano, trasladando a los Talleres protegidos a la manzana que integran los hospitales Borda y Tobar García, y el Hogar Rawson. Esta institución podría dar lugar a un hogar gerontopsiquátrico para el albergue de quienes por edad y compromiso clínico (por ej.: Alzheimer) no tengan perspectiva alguna de autonomía ni familia que pueda hacerse cargo de ellos, por lo menos en forma domiciliaria ni a través de otra cobertura. Su alojamiento bien podría quedar enmarcado en el ámbito del ministerio de Acción Social – al cual pertenece el mencionado Hogar – conveniando con el Ministerio de Salud la aportación de profesionales y sus prácticas específicas. Esto permitiría que el nuevo hospital de salud mental basado en las actualmente existentes edificaciones del Borda, naciese – específicamente – como de agudos, como lo son también los Hospitales Alvear y el Infanto-Juvenil. Bien podría ser denominado Pichon Riviere, con sendas áreas de internación: Moyano y Borda y una tercera ambulatoria: proponemos el nombre del Dr. Mauricio Goldenberg.

Esto, por supuesto requeriría de una gran labor de síntesis de las estructuras: no solo la física sino, fundamentalmente, del personal existente en ambos monovalentes y su personal de conducción, lo cual plantearía la necesidad de concursos adaptados a las nuevas circunstancias, con particularidades diferenciadas. Tal vez, para instancias de conducción de servicio y sección con una modalidad, en cambio para departamentos y direcciones con otra. Se lograría, probablemente, acabar con el crónico déficit de personal profesional y de escalafón general de ambas instituciones por separado.

¿Cómo financiar este recambio? ¿Ceder la infraestructura edilicia y catastral del Moyano por nada a cambio? Si el Moyano (y su terreno) es patrimonio del Ministerio de Salud de la CABA y en particular de su Dirección General de S. Mental desde su creación, por qué pensar que deba ser cedido a cambio de nada a la Jefatura de Gabinete para alojar a todos los ministerios. Por qué no pensar en transferirlo bajo un modo retributivo a dicha otra instancia del GCBA, para que con los fondos financieros así logrados para S. Mental se pueda:

• Poner definitivamente en valor la actual infraestructura del Htal. Borda y construir aquella necesaria para que el proyecto de Htal. de Salud Mental (mixto) sea factible y de digno resultado para pacientes y trabajadores.

• Levantar la estructura edilicia necesaria para dar cabida a Talleres Protegidos.

• Evaluar la pertinencia de construir un Instituto de Psico-Neuro Diagnóstico con un Departamento de Imágenes y otro de Bioquímica de alta complejidad y Genética – independiente del nuevo hospital y como prestador de todo el ámbito público de la CABA, que tenga como objeto garantizar estos recursos para dicho ámbito, evitando la tercerización y dando la posibilidad de desarrollar sendos centros universitarios de asistencia, docencia e investigación en esas subespecialidades.

• Invertir en casas de medio camino y de convivencia para pacientes externados (lo cual favorecerá las altas).

• Otros menesteres específicos.

Los fondos para dicha transformación debieran surgir del propio financiamiento que el Proyecto del Parque Cívico deba contar para su concreción. Sería este, un costo más del propio proyecto. Va de suyo que los costos de funcionamiento y de mantenimiento estructural de un hospital siempre serán menores que el de dos (máxime que hasta ahora las estructuras de los mismos nunca terminan de ser puestas en valor), permitiéndose rebalancear el presupuesto de salud mental de la CABA.

Quizá, en una década – como intenta implantarlo la nueva Ley Nacional de Salud Mental – no existan hospitales monovalentes de S. Mental. De todos modos está por verse; sobre todo si tenemos en cuenta que habitamos un país donde artículos fundamentales de su Constitución como por ej. el 14 Bis sigue esperando estar vigente en los hechos más de medio siglo después de su promulgación. Dependerá no solo de las buenas intenciones de los legisladores, sino también de la disposición de los actores de la salud: incluidos aquellos otros distintos a los de salud mental, de políticas sanitarias y presupuestarias y del avance científico y – sobre todo – del cambio cultural. De todas formas y mientras tanto, no debiera permitirse que durante el trascurso de la actual década, pacientes y trabajadores de la salud mental trascurran sus existencias en edificaciones derruidas al modo de restos sociales. En esto sí debiéramos empezar por ponernos de acuerdo, si es que realmente acordamos con criterios actuales sobre derechos humanos.

En cuanto al barrio de Barracas – Brandsen al sur (esta calle bien podría transformarse en bulevar), entre los límites del Parque Cívico al norte y Riachuelo (¿limpio?) al sur –, factible le sería encontrar su destino de desarrollo, transformándose en corredor de progreso. La anunciada prolongación de la línea de subterráneos “C” hacia el sur, podría también dejar sembrada una estación en la intersección de la mencionada calle con Ramón Carrillo; digna denominación ésta, por cierto, para dicha estación.

Como vemos, no existe incompatibilidad objetiva entre el progreso de la Ciudad y el respeto de los derechos de los pacientes de salud mental del ámbito metropolitano y los trabajadores de dichos centros asistenciales. Todo cambio debiera ser planificado y concretado con plasticidad, consenso y respeto de los intereses de los más amplios sectores. Para ello sería conveniente, seguramente, un debate en el ámbito de la Legislatura porteña.

Dr. FRIEDMAN, Eduardo Diego (*)
M. N. 50.117
Dr_Friedman@fibertel.com.ar

(*) Jefe de Secc. Psiquiatría y Psicofarmacología – Depto. de Psiquiatría y Psicoterapias – Hospital Infanto-Juvenil "Dra. C. Tobar García" (GCBA)

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