El martes no se tratará el Código

El martes no se tratará el Código

Mucho se dijo en torno a los incidentes que protagonizaron el pasado viernes en la Legislatura porteña grupos de organizaciones sociales y políticas que están en contra de las modificaciones al Código Contravencional. Sin embargo, hay detalles que merecen ser contados, entre ellos, por qué se quiere instalar en los medios que este martes se tratará el nuevo Código Contravencional cuando desde el macrismo aseguran que esto es imposible


El viernes 16 de julio no fue un día más en la vida institucional de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Cientos de imágenes del palacio legislativo recorrieron el mundo pero no como ejemplo político o arquitectónico, sino como muestra de la crisis política, institucional, social y económica que vive nuestro país.

Los incidentes que produjeron grupos de organizaciones sociales y políticas que están en contra de las modificaciones al Código Contravencional -aunque no todos conocen los verdaderos cambios que se quieren introducir- quedaron grabados a fuego en el edificio que actualmente presenta más custodia que la que tuvo el viernes.

Mucho se dijo sobre lo pasó dentro y fuera de la Legislatura, pero aún quedan detalles que merecen ser contados. Por lo pronto, las ventanas del subsuelo que fueron brutalmente atacadas han sido cubiertas con los vallados que tan poco sirvieron para contener en su oportunidad a los manifestantes. Los agujeros en las puertas, en tanto, fueron cubiertos con maderas. Mientras que las paredes conservan aún las pintadas en contra del "Código fascista de Macri".

Sin embargo, contrariamente a esta sensación instalada de que únicamente el macrismo impulsa la reforma del Código Contravencional, en los medios se impuso la versión de que este martes habrá sesión para debatir las modificaciones a la norma. Esta posibilidad fue rechazada de plano por el vicepresidente de la Legislatura, Santiago de Estrada, y la mayoría del bloque macrista.

Es más, la reunión que efectivamente se llevará a cabo este martes fue convocada por el vicepresidente segundo de la Legislatura, el kirchnerista Miguel Talento, a fin de debatir entre los distintos bloques la fecha de la próxima sesión que, se estima, será dentro de dos semanas. Por lo tanto, resulta más que curiosa la movida mediática. Lo que es seguro que el martes el Gobierno nacional montará un acabado operativo de seguridad para dar por tierra a las críticas que se generaron frente a la inacción policial del pasado viernes.

Pero volviendo a los incidentes, a muchos de los diputados les molestó el ausentismo del vicejefe de Gobierno, Jorge Telerman, frente a los disturbios que se produjeron en la Legislatura, de la cual él es presidente. El ex secretario de Cultura parece ser que, no sólo no estaba en el lugar, sino que tampoco hizo nada por acercarse.

Con respecto al papel De Estrada, los comentarios son varios. Hay quienes aseguran que hubo imprevisión de parte del diputado, teniendo en cuenta que cuando se aprobó en general la reforma del Código ya se habían registrado inconvenientes con los manifestantes. Ante estos hechos el viernes se restringió el ingreso de público al recinto. También están los que afirman que De Estrada solicitó refuerzos con anticipación, pero no obtuvo respuesta por parte del Gobierno nacional.

Una cosa es segura: habiéndolo previsto o no, el único diputado que sufrió los desmanes de manera personal fue De Estrada, dado que su auto fue brutalmente atacado durante varias horas. ¿Tendrá seguro contra todo riesgo?

Mauricio Macri, por su parte, fue contundente al adjudicar gran parte de la responsabilidad por los destrozos al Gobierno nacional. Sus palabras no cayeron muy bien en un sector de su bloque (el que tiene corazoncito K) y tampoco causó demasiada gracia el tirón de orejas que le realizó al jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra.

Es que, rápido de reflejos, Ibarra tuvo una participación muy activa frente a los incidentes. Hizo los llamados que tenía que hacer, movilizó a los funcionarios que tenía que movilizar e hizo las declaraciones justas. Eso sí, fuentes cercanas al ex fiscal aseguraron que, ni bien comenzaron los desmanes, "respiró profundamente" por no tener a cargo la seguridad de la Ciudad.

Ya dentro de la Legislatura, todo fue un caos. Sumado a las condiciones de histeria generalizada que oportunamente informó NOTICIAS URBANAS, hay un hecho que -por el momento- no fue reflejado: aproximadamente a las 15 del viernes, cuando los conflictos fuera del palacio estaban a flor de piel, Macri le pidió a la presidenta de su bloque, Gabriela Michetti, que todos los legisladores macristas bajaran al recinto para sesionar. Aunque no trascendió quiénes bajaron y quiénes no, no todos obedecieron la orden.

Otro de los detalles que cabe mencionar es que, en un momento, ingresaron un par de manifestantes al edificio y comenzaron a recorrer los pisos golpeando las puertas de los despachos al pasar. Frente a esta intromisión, algunos legisladores y empleados de la casa decidieron no sólo sacar los carteles que indicaban la pertenencia de los despachos sino también los picaportes y manijas de los ascensores, como si esto impidiera que pudieran subir a los distintos pisos.

Por último, otra muestra del descontrol generalizado que se vivió el viernes fue que, de un momento para otro, desde los despachos salieron a adquirir toda la comida disponible en el palacio. Fue así que hubo diputados que "compraron por las dudas" temiendo que tuvieran que quedarse a vivir en la Legislatura.

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