Se acerca el día en que los porteños tendrán que elegir al próximo jefe de Gobierno. Las encuestas casi definieron ya a los dos candidatos que disputarán el "ballotage", por lo que las especulaciones ahora se centran en torno a la cantidad de legisladores nacionales y locales que obtendrá cada lista.
Es aquí donde, además de las disímiles encuestas que se vienen manejando, comienzan a cobrar importancia otros factores. Uno de los más importantes es el número que la Justicia Electoral Nacional y el Tribunal de Justicia de la Ciudad le otorgaron a cada una de las listas que fueron oficializadas, ya que éstas se ordenan en el cuarto oscuro de menor a mayor.
Las listas se ordenarán en esta elección, mirando de izquierda a derecha, de la siguiente manera: diputados nacionales, jefe y vicejefe de Gobierno y legisladores de la ciudad. De las tres categorías, la primera -diputados nacionales- es numerada en la justicia federal, en tanto que las otras dos cumplen el mismo trámite en el Tribunal Superior de Justicia porteño.
Si bien alguien podría pensar que las listas "oficiales" que encabezan los preferidos de Macri e Ibarra estarán mejor ubicadas en el cuarto oscuro que las listas "colgadas" de sus candidaturas, la realidad indica otra cosa. Es que el la justicia decidió, como ocurre generalmente, numerar primero a los partidos y luego a las alianzas electorales.
Por lo tanto, mientras que el PRD de Miguel Bonasso lleva el número 220 y el Partido de la Ciudad el 185 -ambos partidos acompañan la fórmula Aníbal Ibarra-Jorge Telerman-, la lista oficial del Frente Fuerza Porteña lleva el número 307, lo que la coloca lejos -y después- de aquéllas.
Lo mismo ocurre con el Movimiento Generacional Porteño que apoya la fórmula Mauricio Macri – Horacio Rodríguez Larreta, que con el número 189 aventaja claramente no sólo a la lista oficial del Frente Compromiso por el Cambio (305), sino también a las del Frente de la Esperanza Porteña (306) y la de la Alianza de Centro (303).
Si bien es cierto que el popular refrán dice que el que ríe último ríe mejor, también es cierto que la mayor parte de la gente, al concurrir a votar, lo hace con poca información y con una no menos escasa predisposición a encarar cortes y otros malabares.
Por esta razón, es muy factible que muchos opten por colocar en la urna la boleta que, con su candidato a jefe de Gobierno preferido, más cercana esté de la entrada al cuarto oscuro. Más aún cuando hay casi 50 listas para elegir. De todas maneras, para sortear este obstáculo, es probable que los fiscales ubiquen las mesas en las que van las listas, no en hilera, como marca la costumbre, sino en semicírculo. Todo para eludir el sino fatal de las matemáticas, tan alejadas de la pasión política como de las "roscas" que les dan ese gustito prohibido.
