El objetivo fue el de analizar los pasos a seguir tras el comicio del domingo, en el que la suerte ya está echada, pero paralelamente, fue un gesto de Mauricio Macri hacia sus principales laderos -Vidal y Rodríguez Larreta- que debieron soportar el peso de la campaña a pie firme.
En el cónclave, Frigerio dio cuenta de los mecanismos que se van a utilizar en el escrutinio del domingo, que fue cuestionado fuertemente por todos los partidos y coaliciones opositoras. Entre otros ítmes, el ministro del Interior anunció que las actas se van a transmitir directamente, sin pasar por una estación de carga intermedia, en 11 mil de las 14.500 escuelas en las que se votará el domingo.
Entre otras preocupaciones, Frigerio calmó a sus interlocutores advirtiendo que hacia la medianoche van a estar listos los resultados completos del comicio.
Por otra parte, en el encuentro no dejó de ser mencionada la circunstancia de que los mercados se mantuvieron en calma. Para escenificarla, la tranquilidad se reflejó -argumentaron- en la suba de cinco puntos en el Merval, la estabilidad del dólar y la caída del riesgo país.
En el bunker de Vidal, mientras tanto, dejaron saber que están cuatro o cinco puntos por debajo de Kicillof, aunque prometen sorpresas, en especial con los cortes de boleta que podrían producirse de parte de los votantes del propio Alberto Fernández, de Roberto Lavagna, de Juan José Gómez Centurión y de José Luis Espert.
Presas de un optimismo imprescindible para pelear una elección, las paredes de la sala de reuniones de Olivos fueron testigos también la descripción, por parte de uno de los protagonistas, de algún escenario desfavorable, que se dispondrán a enfrentar a partir del lunes.
Cosas de la política.
