Democracia devaluada: hasta ahora votó sólo el 57% de los empadronados

Democracia devaluada: hasta ahora votó sólo el 57% de los empadronados

Restan aún nueve comicios. En los que pasaron, hubo poca empatía del Pueblo con la política, que sólo resuelve los problemas de las corporaciones. La clase media, al borde.


La elección del domingo último en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue la sexta de este año. Ya votaron en Santa Fe (las PASO, el 13/04), en Salta, San Luis, Chaco y Jujuy (el 11/05).

En todas ellas votó un ínfimo porcentaje del padrón electoral. El promedio de las seis elecciones fue de 57,16% de presencia electoral. Significa que 42 de cada 100 ciudadanos no se presentaron para elegir a sus representantes ante los organismos parlamentarios provinciales y municipales.

El cuestionamiento a los políticos que esto significa es muy profundo. Tantos años de cipayismos no podían pasar desapercibidos y, efectivamente, no lo hicieron. Muchos de los votantes de Milei son antiperonistas, pero también cosechó votos peronistas, en estos tiempos de peronistas “fake”, que predicaron en público con verba revolucionaria y actuaron en la retaguardia como liberales descontrolados.

A causa de esta situación, el peronismo pagó caro su acertado análisis de la realidad y las excelentes soluciones que propusieron sus dirigentes a los problemas nacionales…pero que después fueron encarados con una tibieza absoluta. El Pueblo, desilusionado, derivó entonces su voto hacia los peores liberales del mundo, los libertarios. No cabe la indiferencia ante los repetidos incumplimientos de las promesas de los que se autoproclamaron alguna vez como los mejores.

Sobreactuando para disimular el fracaso

Por estas razones, ningún partido político ni coalición pueden darse por satisfechos con los resultados obtenidos este año, más allá de las apócrifas euforias que algunos mostraron ante las cámaras. Sobreactuar para la gilada es la confesión encubierta del propio fracaso.

La primera aproximación a estas elecciones arroja un saldo negativo en cuanto al volumen de los votos. En plena crisis de 2001 -que fue muy dura -casi tanto como la de estos días-, votó el 75,47% del padrón, contra el 57,16% de 2025. Una democracia devaluada, una representación en crisis, una esperanza rota.

El oficialismo de LLA no puede enorgullecerse de nada. A ellos, sólo los sostiene el entusiasmo y cierta ceguera frente a la realidad, similar a la de esos caballos a los que les colocan las orejeras para que no miren hacia los costados y empiecen a corcovear.

¿Es posible que sólo hayan alcanzado el 15% de los votos en la Ciudad de Buenos Aires mientras ejercen el gobierno y manejan el aparato del Estado, que puede no servir para gobernar -como es el caso- pero sí sirve para ganar elecciones? ¿Eso es todo lo que son capaces de conseguir? Los votó un porteño y medio de cada diez. Eso es lo que significa el 15%. Si se buscara un culpable, ¿sería el tango de la motosierra?

Otra aproximación permite conjeturar que el ajuste ya está llegando al límite del aguante de la clase media. La rebelión de la clase obrera tiene mala prensa, por lo que en el pasado fue tildada como “extorsiva” y “subversiva”, ejecutada por “desaforados”, “matones”, “culatas” y “negros de m…” No fue lo mismo cuando la clase media salió a romperles los vidrios a los bancos, que no entregaban los dólares, ni los pesos, ni los Patacones, ni los Lecops. Allí hubo cierta “comprensión” de la prensa, cuando se cantaba aquella canción -prontamente olvidada- que aseguraba que “piquetes, cacerolas, la lucha es una sola”. No es seguro que en estos días se repitan los fuegos del 2001, pero por algún lado escapará la presión. Con protocolo o sin protocolo.

Por otra parte, la oposición tampoco puede alardear de nada. Santoro hizo una buena elección, pero sin mostrar peronismo. La Ciudad es un distrito esquivo y ésa es la razón alegada para el camuflaje. El chaqueño “Coqui” Capitanich también obtuvo un volumen respetable para ser un perdedor, pero no le alcanzó. El escándalo del asesinato de Lucía Strzyzowski a manos de su candidato Emerenciano Sena se sumó a un cierto agotamiento de todo el peronismo chaqueño. Demasiado tiempo en el poder. Demasiado tiempo considerándose invencibles. Soberbia y aburguesamiento.

El otro distrito en el que el peronismo consiguió algún volumen fue en San Luis, que fue durante 40 años el feudo de los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá. Como al Coqui, tampoco les alcanzará ya para ganar. Si esto ocurriera en el futuro, seguramente será de la mano de otro dirigente.

Los radicales ganaron en Jujuy, Chaco y Santa Fe y, considerando los fracasos que venían acumulando hasta 2023, se justifica cierta moderada alegría.

La Coalición Cívica, la izquierda, el peronismo federal y la propia LLA cosecharon una tibia siembra. Estos últimos sólo festejaron en Salta capital, en Rosario y en su alianza con Leandro Zdero, en Chaco. Aquí fueron ganadores por interpósitas personas.

El Pro es un caso aparte. El liderazgo de Mauricio Macri parece estar, como mínimo, en crisis. Se dijo que aquel día en que cenaron milanesas con Milei y su hermana fue el día de la claudicación del Pro, pero en realidad el declive comenzó en 2018.

El fracaso de la política económica que pergeñó en aquel tiempo Luis Caputo, que culminó con la huida hacia adelante que terminó en el FMI, dañó su proyecto político de manera terminal. Desde ese año, todo fue hacia abajo, culminando con el surgimiento de un nuevo liderazgo en la derecha argentina, que hoy encarna Javier Milei.

Lo que vendrá

Las próximas elecciones se realizarán en Misiones, el ocho de junio, a las que seguirán las de Santa Fe y Formosa, el 29 del mismo mes.

Por su parte, las elecciones provinciales en la Provincia de Buenos Aires, se realizarán el siete de septiembre, una fecha emblemática del peronismo.

En La Rioja y en Mendoza aún no se definieron las fechas en las que se realizarán los comicios provinciales. Se conocerán en las próximas semanas.

En las provincias de Corrientes y Santiago del Estero se elegirá gobernador, además de los cargos parlamentarios distritales. Aún no hay fechas determinadas. En Corrientes se realizarían el 24 o el 31 de agosto.

En Catamarca -la única que no desdobló- se votarán diputados y senadores provinciales el 26 de octubre, junto con las elecciones nacionales, en las que se renovará la mitad de los diputados nacionales (127) y un tercio de los senadores (24).

En las provincias de Córdoba, Entre Ríos, Tucumán, San Juan, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego no se elegirán legisladores provinciales en 2025.

Qué se dice del tema...