La amenaza de otro shopping en Caballito

La amenaza de otro shopping en Caballito


Desde que se transfirieron determinados terrenos de la Ciudad de Buenos Aires al ámbito privado se proyectaron una serie de emprendimientos de gran envergadura que, comercialmente puede resultar un éxito, pero urbanísticamente pueden terminar en fracaso para la ciudad.  Vale conocer alguna experiencia del pasado como para replantear la idea.
Después de muchos años de gestación y una inversión sin precedentes, hasta ese momento, el Alto Palermo Shopping hacía su inauguración como un proyecto único en la ciudad y prácticamente un hecho urbanístico que no se había producido jamás.
Se consideró como un proyecto que le daría un nuevo valor al barrio. Pero no creo que se haya pensado cuales podían ser las consecuencias del impacto urbano que este hecho iba a producir en el futuro. El día que el enorme centro comercial probó sus luces una parte del barrio quedó a oscuras. Nadie, en aquellos momentos, pensó en el panorama que las Av. Santa Fe y Av. Coronel Díaz tendrían hoy y en el colapso a nivel vehicular y peatonal casi permanente. Mucha gente decidió vender sus departamentos porque las luces y el ruido urbano se tornaron muy molestos en horarios pico.
 Los emprendimientos comerciales de grandes superficies no fueron hechos para la apretada trama que presenta nuestra ciudad. La relación entre espacios abiertos y edificación actualmente no es proporcional en los barrios de alta densidad y existe problemas de infraestructura de servicios debido a la gran demanda que estos barrios representan.
Plantear un nuevo shopping en Buenos Aires significa algo más que un alto impacto urbanístico y ambiental, significa un riesgo urbanístico en un plazo inmediato, teniendo en cuenta que se trata de áreas altamente consolidadas y con redes viales totalmente congestionadas.
 Pensar en un centro comercial a gran escala en Caballito es condenar a nuevos problemas urbanísticos que ya se están padeciendo en otros sitios del barrio y en otros barrios conocidos como son Palermo y Belgrano. El desarrollo comercial-residencial se encuentra agotado en áreas que ya no parecen tener solución y requieren medidas drásticas: frenar la edificación.
 Este fenómeno descripto también se aplica a otros tipos de actividades que deberían regularse con más cuidado, donde se concentran grandes cantidades de población estable o transitoria como ser: Estadios deportivos, eventos musicales, centros de transferencia, complejos de torres residenciales, grandes centros expositores, etc.
 Estas intervenciones requieren de un espacio fuelle del que no se dispone por el alto grado de explotación del terreno en el tipo de proyecto. Un shopping solo tiene una relación espacial que es valorable en sí mismo (su interior) y nula relación directa con su entorno.
 Hasta ahora la ciudad se ha visto poco favorecida con esas grandes cajas edilicias que demandan mucho y ofrecen poco a nivel urbanístico, lamentablemente quedan reducidas posibilidades de interactuar con hechos arquitectónicos de esta característica.
 Desde la aplicación de las leyes ambientales se pusieron de relevancia ciertos fenómenos que en la planificación urbana no se habían tenido en cuenta. La ley General de Ambiente le dio otra perspectiva a los grandes emprendimientos que se proyectaban en la ciudad poniendo en consideración no sólo la emisión de residuos, sino también la necesidad de disponer de un ordenamiento espacial adecuado a las circunstancias de cada caso.
 Teniendo en cuenta que se halla en estudio un nuevo Código de Planeamiento (denominado Código Urbanístico), sería oportuno no tratar en forma aislada la implantación de un fenómeno de grandes magnitudes y convendría dejar el análisis de estas edificaciones para cuando se apruebe este nuevo Código.
 La ciudad requiere de espacios vinculantes nuevos y solo hemos obtenido grandes bloques de edificios que promueven la aislación y transforman al espacio público en un entorno de poco interés, inseguro, abandonado.
 El barrio de Caballito ya ha pasado por otras crisis vinculadas a su desarrollo edilicio y comercial.  Uno de sus problemas emergentes se manifestó en el déficit energético, cada vez más frecuente, y en las dificultades en el tránsito. Situaciones que ya forman parte de todo el radio céntrico de la ciudad.
 Caballito no necesita otro shopping, Caballito necesita más espacios verdes, más colegios y más centros de sanidad. Requiere de mayor conectividad vial para agilizar el tránsito y necesitará obligatoriamente obras de infraestructura, porque el desarrollo comercial e inmobiliario ya lo están demandando. No se trata de un descubrimiento nuevo, este fenómeno ya se ha manifestado en otros barrios densamente poblados, que poseen aún mejor oferta de espacios.
El fenómeno del crecimiento requiere que se piense primero en las bases del desarrollo, de lo contrario no pensamos en el futuro, no existe la planificación urbana, existe sólo el uso y el consumo del suelo. Este proyecto no habla del verdadero crecimiento de Caballito y tampoco de Buenos Aires.

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