El PJ intentará resolver sus profundas contradicciones

El PJ intentará resolver sus profundas contradicciones

Debe convocar al Congreso Nacional, donde se deciden las alianzas y el método para elegir al candidato presidencial. Por ahora, faltan los acuerdos mínimos.


Exactamente dos meses y cinco días después de la primera vez, el próximo viernes 21 de abril, la sede peronista de Matheu 130 volverá a ser el escenario de otro intento del PJ de ordenar su descontrolado frente interno.

Como cada vez que la dirigencia del peronismo se reúne, habrá dos lecturas del cónclave. La primera es la formal, en la que los machos del off anticiparon que se “acordarán las reglas del juego y la manera en la que se elegirá el próximo candidato presidencial del Frente de Todos”, a pesar de que éste es un ítem que se decidirá en el Congreso Nacional del PJ, cuando sea convocado y no en el ámbito del viernes.

La segunda es la verdadera. El 16 de febrero pasado, en el mismo escenario, se realizó un encuentro que tenía el mismo objetivo. Lo único sensato que se acordó allí fue la conformación de una “mesa chica” al estilo peronista, en la que se decide la política y se llega al siguiente encuentro con el estofado cocido, especiado y listo para servir.

Pero en las reuniones de la “mesa chica” que se produjeron se habló de todo menos de política. El propio ministro del Interior, Eduardo “Uado” de Pedro, blanqueó la situación al afirmar que “a nosotros no se nos convocó más para discutir y tratar de encontrar una propuesta superadora”.

Si allí no se habló de política, ¿de qué se habló? De nada importante, afirmaron los delegados kirchneristas. Por lo tanto, es sensato afirmar que hoy por hoy no existen los acuerdos mínimos para la continuidad del Frente de Todos y sólo una inminente catástrofe puede obligar a sus integrantes a seguir juntos. Y esa catástrofe está a las puertas de Matheu 130.

La situación llegó hasta tal punto que los partidarios del presidente le pidieron repetir la metodología ya usada otras veces, que consiste en un encuentro preliminar con la vicepresidenta para acordar algunos puntos básicos y luego otro de ambos con Sergio Massa para rubricar los acuerdos. Las mismas voces del off aseguraron que la reticencia presidencial está a punto de ceder y que la reunión está a punto de concretarse. Aunque, conociendo la fruición con la que Alberto Fernández practica el dudoso arte de la procrastinación, habría que poner en duda las palabras del vocero oficioso que las pronunció.

Es extravagante la situación del peronismo. Habiendo arribado al gobierno liderando un amplio frente, que incluyó a 14 partidos políticos, a casi todos los sindicatos del país, a una gran porción de las organizaciones sociales y a extensos sectores de la clase media, a tres años y medio del triunfo de 2019, la palabra que mejor define su situación actual es “dispersión”.

Sin liderazgo no se construye

No existe estrategia política, ni acuerdos básicos entre los que conforman el Frente de Todos, que pasó a ser de casi todos primero, de sólo algunos después y de muy pocos en estos días. Domina en las concepciones políticas internas un tacticismo de corto alcance, sin objetivos de triunfo electoral, ni de solución de los problemas que aquejan al Pueblo. Hay muchos caciques, unos pocos coroneles y una sola generala, que nada tiene que ver con Laura Richardson, la dama norteamericana de cuatro estrellas que termina de visitar Argentina. La única visión estratégica hoy parte desde el visor de Cristina Fernández de Kirchner.

De todos modos, a pesar de que en el diálogo interno existía una tensión casi rupturista, la situación parece haber evolucionado hacia una cierta descompresión en los últimos días. Esto se vio reflejado en el menor nivel de confrontación pública que se produjo en las últimas semanas. En este marco, una parte de la dirigencia venía presionando para que Alberto Fernández anunciara el viernes el desistimiento de su candidatura, algo que difícilmente ocurra. Volvemos a recordar en este caso el cotidiano ejercicio de la procrastinación.

Orden del día para que no se venga la noche

El Orden del día del encuentro del viernes contiene tres puntos: 1) Lectura y aprobación del acta anterior; 2) Convocatoria al Congreso partidario y 3) Designación de los encargados de la secretaría financiera para las PASO, las elecciones generales y, eventualmente, el balotaje.

El segundo punto pasó a ser el más importante. El Congreso Nacional del Partido Justicialista sería convocado para mediados de mayo, si primara la propuesta de la Casa Rosada o a principios de junio, si primara la proposición del kirchnerismo, que desean llegar al encuentro después del gran acto que realizarían el 25 de mayo en la Nueve de Julio, con Cristina como única oradora. Allí, esperan que su jefa lance su candidatura o que bendiga a algún candidato del riñón de su agrupación.

De esta manera, llegarían al Congreso habiendo abortado la posible –e improbable- jugada del presidente, que de esta manera asumiría su imposibilidad y podría desistir definitivamente de su postulación. Alberto Fernández nunca pensó seriamente en ir por un segundo mandato, pero se vio obligado a amagar con su candidatura para mitigar el impacto del “Síndrome del Pato Rengo”, que ataca a los mandatarios en su último año de gestión, cuando ya los actores de la política ignoran sus decisiones, ante la conciencia de que su poder está apunto de desvanecerse.

El plazo para el cierre de alianzas culmina el 14 de junio, mientras que el 24 de junio es la fecha límite para presentar a los candidatos, por lo que los tiempos para decidir son acotados.

En los días que faltan, será difícil ordenar a esa tropa insurrecta que es el peronismo cuando al frente no hay conducción. Más aún, cuando los caudillos territoriales se encuentran abocados a retener su poder, sin el cual no son nadie. Y esta circunstancia, si no hay una figura convocante al frente de la boleta, los puede llevar a las más extrañas alquimias, incluso a perforar por fuera del peronismo, el propio vientre que los vio nacer. Ocurrió muchas veces.

Tan enrevesado viene el tema, que hasta existe incertidumbre, para el caso de que hubiera varios aspirantes a la presidencia, de que el gobernador Axel Kicillof les permita a todos ir pegados a su papeleta electoral. No olvidar que las elecciones en la Provincia no se desdoblan, por lo que son simultáneas con las nacionales.

Entre tantas vicisitudes, habrá una foto de la unidad, que tiene su trastienda, como todas las fotos de unidad. En peores circunstancias se las ha visto el peronismo y ha logrado sobrevivir. Cuando casi todos lo dan por muerto, surge la rebeldía, tal como en el período post-menemista, cuando parecía que el peronismo había fenecido, atacado por una hasta entonces desconocida fiebre liberal.

En esta ocasión, yace en su lecho, atacado por un virus socialdemócrata liberal.

Qué se dice del tema...