La expresidenta Cristina Kirchner incorporó al dirigente social Juan Grabois como parte de su equipo de abogados en la causa por el Memorándum con Irán, informaron fuentes judiciales. La decisión se produce en medio de la expectativa por el juicio oral previsto, cuya fecha aún no ha sido fijada, aunque estimaciones indican que podría comenzar en 2026.
Grabois, diputado electo y figura reconocida en los movimientos sociales, decidió aceptar el desafío. Desde su entorno —señalan— entienden que su incorporación aporta no solo un respaldo político extra, sino también un perfil mediático distinto al tradicional abordaje jurídico. La defensa de Cristina Kirchner suma así una nueva pata, con la intención de ampliar el espectro de voces en un proceso clave para su futuro judicial.
Tras años de idas y vueltas, la Corte Suprema rechazó los recursos presentados por la defensa y habilitó el juicio oral, ratificando que la exmandataria debe responder por los cargos de “encubrimiento agravado, obstrucción a la justicia y abuso de autoridad”. En ese contexto, la aparición de Grabois como parte del equipo de defensa adquiere relevancia política, además de judicial.
En las malas y en las peores
A veces en las buenas
Siempre del mismo lado;
Fieles a un legado;
Ellos se van a ir y vamos a volver, esta vez en serio, para arar el porvenir de esta patria que vio nacer a tantos héroes y hoy nos pide imitar su ejemplo.
No hay futuro sin pasado;…— Juan Grabois (@JuanGrabois) November 18, 2025
Desde el kirchnerismo justifican la incorporación de Grabois como un intento de contrarrestar lo que consideran una persecución judicial marcada por intereses mediáticos y políticos. La estrategia incluye visibilizar el caso desde una perspectiva más amplia, hacia la opinión pública, apelando a una defensa que no sea exclusivamente técnica, sino también política y social.
Para los analistas judiciales, esta movida podría tener doble efecto: por un lado, reforzar la defensa de Cristina Kirchner con voces con llegada a sectores populares; por otro, tensar aún más el debate público sobre la causa, que ya dividía al país por sus implicaciones sobre el atentado a la AMIA y la responsabilidad estatal. Algunos prevén que la estrategia “del relato” podría convertirse en un eje central del proceso.
Mientras tanto, la Justicia aún no definió fecha para el inicio del juicio. Con Grabois dentro del equipo, la defensa de Cristina Kirchner parece apostar a una estrategia de amplio alcance: no solo legal, sino también simbólica, política y mediática. Sea en los tribunales o en la arena pública, el caso del pacto con Irán promete mantenerse en el centro del debate.




