"Hay gente a la que le molesta la recuperación de la política"

"Hay gente a la que le molesta la recuperación de la política"

Humorista, periodista y cantante, está actuando en el ciclo "Río y me voy". Recuerda su paso por Mitre, confía en que "6,7,8" es “el principio de algo” y sostiene que en la Ciudad ganó la “corpo” porque la gente cree que “Macri es un tipo copado”.


"Hacer este espectáculo, La Tonina del Tango, fue como un goteo de cosas, a través de años. Originalmente, salió como una forma de completar el guión para la radio. Por otro lado, desde el laburo, el cantar siempre fue para solucionar cuestiones artísticas. Con la negra Vernaci volví a cantar y a agarrar la guitarra cuando se nos ocurrió hacer una parodia del programa que tenía Silvina Chediek con Morgado. Apareció primero la Tonina como un personaje que iba a cantar tangos a un boliche que tenía Osvaldo Príncipi. Era un gordo merquero, mala gente y viejo, que iba a cantar tangos como ?Con el bombo te dejé? o ?Te tuve que chorear?. De ahí en más, los productores me dijeron que me escribiera un tango y lo cante. El tango decía, desde el comienzo, de qué se trataba. Así, se definió la estructura humorística del tango que labura con la impunidad de este tipo, más con un tango que dice ?Me comí un trava?."

"Tomé a Carlos del Mar porque era como un tipo maldito, en un sentido amplio. Jugué con la idea de que estaba prohibido, que no lo dejaban grabar y estaba peleado con todos, con lo cual se le podía dar algún tipo de verosimilitud, y que compartió la misma época con Troilo, Manzi y Cadícamo. Ojo, la compartió desde un lugar de mierda porque se juntaba con ellos a ver si les podía chorear algo. Yo cuento la historia y explico todo esto, porque no grabó y nadie lo conoce. Adentro hay como una especie de biografía de un tipo perseguido por la cana, que va preso y que todos lo odian. ¡También se caga a piñas con Mariano Mores! Así va pasando su vida, con muchos problemas."

Impasse 1: Llego a Radio Nacional y Carlos me recibe con un apretón de manos. Hablamos dos segundos y me dice que el salón de reuniones está libre para la nota. Nos acomodamos y empezamos, más que una nota, una charla de café.

"El efecto de 6, 7, 8 es grande en cuanto al mundo periodístico en sí. Nos miran mucho los periodistas y nos detestan. Hay una enorme molestia con 6, 7, 8 y es pesado de llevar. Hace poquito me pasó algo ?en contra?, digamos. Fue la primera vez que una persona me dijo ?No hagas más ese programa que es un espanto. Vos sos buena persona, pero el programa es malísimo?. El comentario fue raro pero sé que en estos últimos días, después del 47 por ciento de Macri, algunos compañeros recibieron algún comentario adverso que antes no pasaba. 6, 7, 8 rompió con ese consenso de la palabra autorizada al desautorizarla, y no se le perdona el haber hecho nombres propios; haber apuntado sobre personas, que tiene su dificultad también, porque uno dice ?¿Quién soy yo para criticar?? pero al mismo tiempo ?¿Quién es el otro para destruir??. Hay una dialéctica jodida porque, quién es uno para criticar a Magdalena Ruiz Guiñazú, una señora periodista, con una trayectoria y demás, pero la única manera de mostrar que Magdalena es tendenciosa y que no es una señora equilibrada, es mostrarla de esta manera, cómo habla de tal cosa. El periodismo estaba sin ningún tipo de análisis ni de crítica. ¿Por qué no vamos a criticar cómo se hace periodismo? 6, 7, 8 mostró las operaciones que se hacen. Eso fue muy claro con Macri. Ganó el monopolio porque pudieron contar el Macri que ellos quieren. Para la gente, Macri es un tipo copado, que tira globos y hace las cosas bien. 6, 7, 8 tiene que ser el principio de algo. No es un ?nuevo periodismo?, sino que vino a romper una lógica. Sobre ese espacio que rompió, hay que construir algo nuevo. Nosotros corrimos el velo y se vio la mugre que hay detrás. Nos detestan y preferirían que no existiéramos, y eso también es estresante."

"¡No se puede criticar a la gente! Ahí tenemos una movida muy compleja que me supera. Está buena la discusión. En un punto, hay una cuestión de hipocresía, que no se puede criticar a la gente porque el pueblo es como sagrado, la opinión del pueblo, del soberano y bla, bla, bla. Y también salta lo que ya hablamos, de quién es uno para criticar. Para mí, votar a Macri es un error y, como tal, hay que criticarlo, pero parece que uno estuviera criticando la democracia y entran a jugar otras cosas. En la intimidad, hay que criticar a la gente porque gente somos todos y si no nos criticamos, no avanzamos. También hay algo, no del todo sincero, de ?perdimos porque no supimos comunicar?, y termina siendo un tema comunicacional y no de ideas."

Impasse 2: Carlos es afable, macanudo. Se ríe, reflexiona, gesticula al compás de esa voz grave que tiene. Es grandote y, sentado, se lo ve ?como en la tele?. Piensa lo que dice, aunque tire munición gruesa. Se emociona con el recuerdo de Adolfo Castelo.

"Estoy convencido de que hay gente a la que le molesta, le hincha las pelotas el discurso de la recuperación de la política. Le hincha las bolas y no quiere saber nada. No quieren escucharla a Cristina hablando de historia, de luchas sociales y reivindicaciones. Quieren escuchar a Macri diciendo ?Juntos venimos bien?, ?Fuerza todos juntos?, ?Hay que quererse?. Tienen derecho a querer escuchar ese discurso así como a desentenderse de la realidad. Bueno, no sé si tanto. ¿Un señor tiene derecho a que no le importe la política? Si vas a votar, tenés una obligación de que te interese, y una responsabilidad cívica al respecto. No estoy de acuerdo con lo que dijo Fito ya que él habla del tipo garca, egoísta, que no le importa nada de nadie y vive en su mundo. Pero con ese garca egoísta no se llegó al 47 por ciento de Macri. En Mataderos, sacó el 55 por ciento, con gente que se rompe el orto trabajando a la que Macri no registra ni le interesa registrar. Nunca tocó a un tipo como esos y le chupa un huevo su vida, pero ese ñato va y lo vota. Eso me supera.

Fue fantástico laburar en Radio Mitre porque estaba con Castelo, Gillespie, productores con quien nos hicimos muy amigos, Lorena Maciel, que todavía era progre, y después vino Príncipi. Cuando Castelo falleció, nos afectó mucho. Tuvimos una reacción contraangustia y el programa estaba a full. Teníamos mucha independencia porque el programa (eso es para los que dicen ?trabajó en Mitre?, nunca trabajé en Mitre, ni me bajaron línea) venía con producción externa y los de Mitre no nos podían decir nada. Además, Castelo era un genio tremendo y no le podías decir nada de eso. Cuando se muere, nosotros, de puros inconscientes, dijimos ?nadie nos va a decir nada? y los gerentes se encontraron con esa bandita que, cuando venían a decir algo, decíamos ?No?. Nos la juraron y cuando pudieron, nos echaron. Sorprende ver a Lorena Maciel donde está pero creo que, a veces, uno se deja llevar. Me pregunto qué hubiese pasado si me daban a mí un programa en Mitre, en vez de echarme. Pienso qué me hubiese pasado. Sí me voy pensando que Cristina es una mina copada o me quedo porque es mi carrera. Es complicado juzgar pero igual juzgo, aunque después me sienta un poco culpable."

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