Cristina lanza la campaña en la Plaza de Mayo

Cristina lanza la campaña en la Plaza de Mayo

Hablará en un acto que se espera será masivo. Además de los K, estará Sergio Massa. Se esperan definiciones o señales.


El 25 de Mayo es una fecha importante del calendario político nacional. En 1810, un Cabildo envuelto en la controversia designó a la Primera Junta de Gobierno patrio, cuando la Argentina recién empezaba a revelarse. Aún no había diseñado su mapa definitivo, pero comenzaba a tomar forma una historia que no se ha interrumpido.

Como no podía ser de otra manera, el Movimiento Nacional Justicialista también tiene sus 25 de Mayo. El 25 de Mayo de 1973, con la asunción de Héctor José Cámpora después de 18 años de proscripción, el peronismo volvía a ocupar la sede del poder político –ya que no del poder real- y una efímera alegría entibió la esperanza por un país mejor.

El 25 de Mayo de 2003, Néstor Carlos Kirchner asumía la Presidencia de la Nación, en medio de una tremenda crisis en la que los bancos, en cierto momento dejaron de pagarles a sus clientes y ahorristas, los precios se dispararon hasta el infinito y el Estado se encontraba en un alarmante estado de complicidad con agiotistas y especuladores.

Una vez superada esa crisis –que años después los argentinos supimos que no era tal, sino que era un saqueo descarado de la riqueza nacional-, los 25 de Mayo devinieron en homenajes, conmemoraciones y memoria.

El día en que esta publicación esté en las pantallas –el 25 de Mayo de 2023, 50 años después de la asunción de Héctor Cámpora y 20 años después de la reivindicación de Néstor Kirchner a las banderas peronistas-, la vicepresidenta de la Nación se dispone a delinear -desde un escenario en la Plaza de Mayo- la estrategia peronista para sostenerse en el poder, una misión que podría calificarse, al menos, como casi imposible.

Frente de ¿Todos?

En 2019, Cristina fue la constructora del Frente de Todos, que ya no existe más que como un sello sin contenido. La ruptura del diálogo entre el presidente elegido por Cristina y sus adláteres se produjo casi al mismo tiempo en el que Alberto Fernández ocupó el Sillón de Rivadavia (que debe haber sido su mentor). Desde entonces, Fernández sólo sueña con que el candidato a sucederlo surja de las PASO. ¿Su paradójico objetivo? Recortarle poder al kirchnerismo, precisamente el movimiento político que lo llevó al poder.

Desde entonces, el FdT se encuentra inmerso en una crisis terminal, que el 16 de mayo último se dio por superada en el Congreso Nacional del Partido Justicialista. Allí se definieron las alianzas para las próximas elecciones y se facultó al presidente del Congreso –el formoseño Gildo Insfrán- a encarar las conversaciones por la unidad y el armado de las listas.

La ausencia del presidente de la Nación –que fungió por los últimos tres años también como presidente del PJ- en Ferrocarril Oeste y en Plaza de Mayo –adonde no fue invitado- es una muestra de la implosión del FdT. De todos modos, al VIP de Plaza de Mayo fueron invitados algunos “albertistas”, como el jefe de Gabinete Agustín Rossi, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. Como para dejar claro que la política existe, a pesar de los chisporroteos.

También fueron invitados unos 300 dirigentes, entre los que habrá gobernadores, sindicalistas, referentes de los movimientos sociales e intendentes del Conurbano y de todo el país. El arco político que los reúne será amplio y no incluye sólo a los kirchneristas. Estará también el Movimiento Evita, ex columna vertebral del albertismo en la calle.

Universos paralelos

En este punto de la controversia, se nota la existencia de mundos paralelos en la política. Mientras que en la coalición opositora –Juntos por el Cambio- se desangran en una “pelea de machos alfa”, en la que su fundador y líder indiscutido, Mauricio Macri, no deja pasar la oportunidad de lanzar sus invectivas contra su posible sucesor, Horacio Rodríguez Larreta, el oficialismo del Frente de Todos trata de obturar su propia hemorragia.

Alberto Fernández y Mauricio Macri muestran sus propias similitudes y un objetivo común: “detrás de mí, el diluvio”. Existe un antecedente histórico que ambos deberían avaluar antes de llegar demasiado lejos con sus intrigas palaciegas: Luis XV, rey de Francia acuñó la frase, tras un desastroso reinado de 59 años. “Aprés de moi, le déluge” equivalía a la penosa realidad de que a su nieto y sucesor le sería imposible gobernar a causa de la herencia política que recibiría. Efectivamente, a Luis XVI le esperaba el oscuro destino de la guillotina, que acabó con mil años de reyes franceses y abrió la sangrienta era de la Revolución Francesa.

Un acto que parte aguas

En vista de la exigua herencia que dejará el interinato de Alberto Fernández, el acto que se realizará en la Plaza de Mayo, en un escenario situado no casualmente a espaldas de la Casa Rosada, será el lanzamiento de una campaña en la que, en primer lugar, se buscará la diferenciación. Sergio Massa anunció que será de la partida en el escenario. Nada bueno esperan los herederos de un gobierno que rebajó los salarios en casi seis puntos del PBI y que firmó con el FMI un cuestionable acuerdo.

La única oradora será la vicepresidenta y se esperan definiciones políticas de importancia. Las habrá, seguramente, pero de su boca no saldrán nombres de candidatos, ni bendiciones, ni precisiones electorales. Quizás surja el boceto de algún programa de gobierno futuro, pero no habrá más que eso.

Lo más importante es que la nueva coalición comenzará a tomar forma y a trepar una cuesta casi irrealizable, al menos hasta hoy. De todos modos, hasta el momento se realizaron nueve elecciones provinciales, en las cuales el peronismo y sus aliados ganaron en seis (Tucumán, Misiones, La Rioja, Salta, La Pampa y Tierra del Fuego), Juntos por el Cambio ganó una (Jujuy), mientras que en Río Negro y Neuquén triunfaron expresiones provinciales.

El once de junio, mientras tanto, habrá elecciones en San Luis, Corrientes, Tucumán (para gobernador) y Mendoza (PASO para gobernador y generales para intendentes en los once departamentos en los que no se votó el 30 de abril). El 18 de junio se harán las PASO en Chaco y el 25 se votará en Córdoba y Formosa. En cuatro de ellas –San Luis estaría más comprometida- posiblemente vuelvan a ganar el peronismo y sus aliados. En Corrientes se votan solamente legisladores provinciales e intendentes y concejales, ya que su calendario –al igual que el de Santiago del Estero- difiere del resto del país en el rubro de la elección de gobernadores.

De todos modos, no se debería exagerar con el optimismo, porque las realidades provinciales a menudo difieren de la realidad nacional.

Diferir para proteger  

Cualquier candidato a cualquier posición sabe que en el mismo momento de su designación se convierte en un blanco, que recibirá fuego graneado de sus adversarios. En el caso del peronismo, el poder de fuego de sus enemigos quedó demostrado con la más que cuestionable proscripción de Cristina Fernández de Kirchner.

Por esta razón, el fenecido Frente de Todos (aún no tiene una nueva denominación, pero en algún momento se pensó en llamarlo Frente Justicialista de Liberación) estirará los plazos hasta la fecha más cercana posible al 28 de junio, día en que vence el plazo para inscribir a los candidatos en la Justicia Electoral. Esta necesidad de no exponer tempranamente a los candidatos hará que sus enemigos deban dividir su poder de batalla entre varios postulantes. Días antes, el 14 de junio, deberán ser inscriptas las alianzas electorales.

De esta manera, Daniel Scioli –que se quedará en su embajada en Brasilia-, ya lanzó su primer spot de campaña. Asegura que sólo se bajará de su candidatura si Cristina decidiera lanzar la suya. El martes próximo, por su parte, el jefe de Gabinete, Agustín “Chivo” Rossi lanzará por streaming su postulación. Juan Grabois, por su parte, ya se lanzó el viernes 19 de mayo y está en campaña.

Entretanto, los que pueden ser y probablemente nunca serán (Sergio Massa y Eduardo “Wado” de Pedro) recorren el espinel en busca de una pesca provechosa, sin otra posibilidad que preguntarse “a ver qué pasa”.

La lapicera más codiciada

De todos modos, hoy la lapicera está en manos del formoseño Gildo Insfrán. Él deberá juntar las cabezas de todos los gobernadores, de los sindicalistas y de los intendentes de todo el país para generar un frente que pueda competir. Una tarea ímproba.

El presidente del Congreso Nacional Peronista fue comisionado para desarrollar la tarea que en 2019 encararon con clamoroso éxito el exgobernador pampeano Rubén Marín y el entonces presidente del PJ, José Luis Gioja.

Finale, ma non troppo 

Todo final es un principio. Todo lo que termina da origen a algo nuevo. No por nada, el viejo Antoine Lavoisier nos martirizaba en el secundario con aquello de que “nada se pierde, todo se transforma”.

Juntar los restos del naufragio del Frente de Todos y construir con ellos otra nave capaz de llevar a buen puerto a la tripulación, será una difícil tarea.

De aquel 25 de Mayo de 1973, cuando el sol del 25 venía asomando a estas oscuridades de hoy, transcurrió un largo tramo de la historia. Cincuenta años.

El peronismo siempre busca reconstruir y reconstruirse, porque cuando el país se cae, también se derrumba. Sólo cuando el país renace, resucita. La faena será ardua, en vista de que el país fue afectado en esta ocasión por manos propias.

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