El Gobierno porteño decidió este jueves clausurar preventivamente el viejo Puente Pueyrredón, que une el barrio de Barracas con Avellaneda, y anunció que, debido al grado de deterioro en el que se encuentra, todavía no hay plazos establecidos para su reapertura. De todas maneras, el paso de peatones no fue restringido, con lo que la clausura se extiende sólo al tránsito vehicular.
El Gobierno de la Ciudad venía estudiando la posibilidad de clausurar el puente, pero el desprendimiento de un pedazo del piso -que generó un hueco rectangular de aproximadamente medio metro de ancho por dos de largo- precipitó los hechos. La determinación fue tomada, además, ante la posibilidad de que el puente fuese usado por el tránsito vehicular como una vía alternativa ante los piquetes generados en el nuevo Puente Pueyrredón.
Fuentes pertenecientes al Gobierno porteño señalaron que la clausura decidida este jueves "no se extiende a la circulación del tránsito peatonal", a pesar de que las cercas del pasillo por donde circulan los vecinos también presentan deterioros significativos.
Las autoridades del Gobierno porteño aseguraron que el viejo puente -que en Capital desemboca en la avenida Vieytes- tiene graves fallas en su estructura, causadas por los efectos de la oxidación y que su mantenimiento es escaso. Las posibilidades de que suceda un derrumbe mayor están abiertas. También comentaron que se están estudiando diferentes variantes para solucionar el problema y levantar la clausura. Una de ellas sería la construcción de un nuevo puente en su lugar, pero todavía no hay nada decidido.