En la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza, Aníbal Ibarra y Daniel Filmus presentaron a los candidatos a legisladores porteños y a diputados nacionales con los que Fuerza Porteña enfrentará las elecciones que, si la Corte Suprema de Justicia de la Nación no decide lo contrario, se realizarán el ocho de junio.
En un teatro repleto, con una asistencia casi perfecta del gabinete de Ibarra -ordenadamente sentados en la segunda fila del teatro- y luego de la proyección de un "videoclip" de campaña, con la Marcha de la Alegría sonando a todo volumen, a las 16:50 se levantó el telón y aparecieron todos los candidatos legislativos sentados -no menos ordenadamente que los funcionarios- sobre el escenario.
Tras cartón, aparecieron los candidatos a jefe y vicejefe de Gobierno, que se sentaron en dos sillas algo más adelante del resto y procedieron a "descamisarse" -el calor en el teatro era sofocante-, una liturgia que Filmus ejerce con más soltura que Ibarra.
CLAUDIO LOZANO CONTRA LAS CARTAS CON MALA INTENCIÓN
El economista jefe de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) -será el tercer candidato a diputado nacional-, que habló poco, fue concreto y tuvo una precisión quirúrgica en sus definiciones, al contrario de otros oradores que lo sucedieron en el uso de la palabra.
En primer lugar, Lozano definió que el desafío del gobierno que viene es el de enfrentar "a un representante directo del poder económico, que se quiere hacer cargo del gobierno porteño, cuyos intereses son los que dejaron a la Argentina en la situación en que se encuentra hoy".
Luego, Lozano explicó, para finalizar, las tres razones que lo llevaron a aceptar su postulación a diputado nacional. La primera razón que alegó Lozano fue que "esta experiencia es una muestra de que es posible que distintas vertientes confluyan en una estrategia que no se dio a nivel nacional". La segunda fue que "en la Capital se renuevan efectivamente todas las representaciones y la tercera fue que "la Carta de Intención con el FMI incluye más ajuste, más tarifazos y más privatizaciones de la banca pública y hay que enfrentar eso con una política económica que favorezca la producción y el empleo y la descentralización de las decisiones que contiene el presupuesto párticipativo".
Luego de que un entusiasta locutor leyera las adhesiones del intendente de Cipoletti -ahora candidato a gobernador de Río Negro por el Frente Grande-, Julio Arriaga, de Alfredo Bravo, de Elisa Carrió, del intendente de Rosario, Hermes Binner y de la Coordinadora de Villas, Núcleos Habitacionales y Barrios Carenciados, habló largamente el primer candidato a legislador porteño, Noberto La Porta.
LA PORTA NO QUIERE HIJOS DE PAPÁ
El actual titular de la Auditoría de la Legislatura comenzó refiriéndose a las dificultades que existieron para llegar a construir la coalición. Luego se refirió al gran rival, sin mencionarlo al principio por su nombre. Primero cuestionó "a los candidatos que se ocultan detrás de otro. Se esconde detrás de los éxitos de Carlitos Bianchi", aclaró. Luego reclamó "basta de mamar de la teta del presupuesto público", y remató con que "la centroizquierda no necesita hijos de papá para demostrar que tiene hombres capaces, porque muchos de quienes trabajan alrededor de Macri antes trabajaron alrededor de Grosso".
JULIANA MARINO NO VA A DEFRAUDAR
La legisladora porteña Juliana Marino -encabezará la lista de diputados nacionales- se dirigió a la concurrencia con una voz temblorosa, empezó destacando su identidad política. "Los peronistas que formamos Memoria y Movilización Social con Eduardo Luis Duhalde nos sumamos a Fuerza Porteña. Esta transversalidad con la que nos tocó actuar nos permitió a las mujeres mejorar nuestros derechos en la Legislatura".
Tras destacar que "me he sentido respetada en mi dignidad por Aníbal Ibarra", Marino planteó que "tenemos que ir al Congreso Nacional y traerles a los porteños la derogación de la Ley Cafiero", la legisladora, atacada repentinamente por el temido virus riojano, prometió que "no los voy a defraudar".
DANIEL FILMUS: TRABAJO Y EDUCACIÓN PARA APOSTAR AL FUTURO
El candidato a vicejefe de Gobierno, Daniel Filmus, se sinceró de entrada: "jamás imaginé estar en este lugar", afirmó. Luego elogió a Ibarra, que "apostó a la educación para evitar que la crisis afectara el futuro. Hoy estamos decidiendo -con nuestro modelo educativo- cómo será el país del futuro". Filmus afirmó luego que "Ibarra me pidió que coordine el área de las políticas sociales".
"Los números de la macroeconomía en algún momento anduvieron bien -denunció el secretario de Educación-, pero la gente seguía viajando en colectivo. La desigualdad en el ingreso impedía que los beneficios por la marcha de la macroeconomía alcanzaran a todos".
Finalmente, para describir los lineamientos principales de su concepción de la política social, Filmus destacó que "el trabajo digno permite reconstruir la familia y permite el acceso de todos al trabajo, la salud, la vivienda y el disfrute de una vida plena".
IBARRA DIJO QUE LA FUERZA PORTEÑA ESTÁ -SIN ESPANTO- ARRIBA DEL TECHO
Para cerrar el acto, el jefe de Gobierno dijo que "estamos volviendo a encontrarnos en esta Argentina dividida", para luego destacar -por enésima vez en estos días- el gesto de "Lilita" Carrió, que le dio su apoyo sin solicitarle lo mismo en contrapartida.
Ejerciendo el antiguo deporte argentino del "autobombo", manifestó que "no permitimos que en la Ciudad se diera la dispersión que hubo en el resto del país. La Ciudad de Buenos Aires se une".
Para desmentir algunas voces críticas, Ibarra expresó que "no nos juntamos por el espanto. Nos unió el sueño de una ciudad más justa, con un Estado que esté presente y que compense la desigualdad de oportunidades. Por eso nos unimos para seguir trabajando por el mismo objetivo".
A continuación, el jefe de Gobierno -porteño al fin- aseguró que "vamos a confrontar con la derecha, que quiere un estado ausente, una ciudad para los negocios, en la que se discrimine, vacía de contenido social. Vamos a confrontar con ese proyecto y está bien que así sea y les vamos a ganar, mal que les pese".
Apelando a un latiguillo que ha utilizado anteriomente en variadas oportunidades, Ibarra afirmó luego que "mientras otros giraban dinero al exterior, hacían grandes negocios y se escondían, nosotros estábamos gobernando la Ciudad en la peor crisis de su historia".
La enumeración de sus logros de gobierno fue el núcleo del discurso de Ibarra, que destacó que, en medio de la crisis, su administración continuó los trabajos de las líneas "B" y "H" de subterráneos, el canal aliviador del Arroyo Vega y "en el año de la peor crisis, tuvimos más partos y más operaciones sin que ningún hospital dejara de funcionar".
Luego, Ibarra destacó los logros de uno de sus secretarios ausentes -hoy en campaña con el candidato del radicalismo- cuando afirmó que "la Ciudad de Buenos Aires evitó el ‘default’, renegoció su deuda externa y mantuvo sus finanzas ordenadas". También elogió al Banco de la Ciudad de Buenos Aires, al que describió como "un orgullo".
Posteriormente, Ibarra comparó la tasa delictiva con la del conurbano, que en la Ciudad de Buenos Aires es menor, aunque aquí es mayor que en Helsinsky, Finlandia. Además afirmó que "en esta ciudad tenemos los mejores planes sociales" y destacó el presupuesto participativo y "una gestión honesta y ediciente, que protege los intereses de la Ciudad".
Al referirse "a los sueños que nos convocan", el candidato habló de "una ciudad productiva, con redes para exportar, desarrollando sus industrias culturales y con un fuerte apoyo para las Pymes". Reivindicó además "el carácter público de nuestras empresas, sin corrupción y eficientes".
Un párrafo aparte le dedicó el jefe de Gobierno -sobre el final de su discurso- al tema de las becas estudiantiles. "Cuando llegamos al Gobierno existían cero becas. Nosotros, el año pasado entregamos 24 mil y este año vamos a entregar 30 mil", enumeró.
Finalmente, en un intento por polarizar más la elección, se refirió sólo a Mauricio Macri cuando decidió confrontar con sus opositores. "La derecha tiene un techo y arriba de él estamos nosotros", desafió, aunque para terminar reconoció "que las encuestas no dan un poco atrás, pero me importa poco. Vamos a ganar el ocho de junio".
El Himno a la Alegría -que parece que será el "leit motiv" de la campaña- volvió a sonar atronadoramente en los parlantes, cerrando lo que fue más una puesta en escena que un acto político de campaña.