No es nuevo que las condiciones en las que se encuentra actualmente el Riachuelo ponen en grave peligro la salud de sus habitantes y desvalorizan cualquier riqueza histórica y cultural que posee el barrio de La Boca. No obstante, este tema no es prioritario en la agenda política de la Nación ni de la Ciudad, más allá de los anuncios mediáticos de políticos y funcionarios.
La falta en el cumplimiento de la legislación -ya en 1822 se firmaba el primer decreto de supervisión del Riachuelo- ayudada por la carencia de controles permanentes y severos, facilitan que todo el curso fluvial se haya convertido en una fuente receptora de líquidos cloacales y residenciales de uso doméstico; de aguas residuales no sometidas a tratamiento en plantas depuradoras de industrias; de las plantas generadoras de energía; de residuos derivados de las actividades portuarias y de la paulatina degradación de viejos cascos en desuso; residuos sólidos dispersos, y manchones aceitosos burbujeantes.
Haciéndose eco de la problemática que aqueja a los millones de habitantes que, en ambas márgenes, están sometidos a diario a convivir con residuos de todo tipo y deben respirar olores nauseabundos, la Legislatura porteña aprobó tres proyectos sobre el tema.
El primero fue presentado por alumnos del "Instituto William Morris", en el marco del programa "La Legislatura y la Escuela, y fue tomado como propio por el diputado Juan Manuel Velasco (Espacio Plural).
La iniciativa pide al Poder Ejecutivo que informe cuál es el destino de los desechos industriales; cómo se controla el vertido de residuos de todo tipo en el Riachuelo; cuáles son las multas que se aplican a los dueños de embarcaciones abandonadas en el Riachuelo; cuáles son las medidas sanitarias que se toman, para evitar enfermedades propias de la contaminación ambiental; y si existen comisiones que ejecuten estas medidas.
También se sancionó una iniciativa de los alumnos y docentes de la Escuela Nº 9 "Pedro de Mendoza" -recogida también por Velasco-, por la cual la Legislatura de la Ciudad pide al Gobierno porteño la forestación de la ribera del Riachuelo y barrios aledaños afectados por la contaminación del Polo Petroquímico y sus empresas; y la creación del servicio de Toxicología en el Hospital Argerich, para la atención médica, sanitaria y farmacológica de las personas afectadas por la contaminación de la zona.
Por otra parte, los legisladores aprobaron un proyecto del diputado macrista Marcelo Godoy (Frente Compromiso para el Cambio) que solicita al Ejecutivo que, ante la posibilidad de que se autorice la maniobra de buques portacontenedores de gran porte con un solo remolcador para el ingreso y egreso a la Terminal Exolgan SA -en el espejo de agua ubicado en la boca del Riachuelo- gestione ante las autoridades correspondientes, adoptar todas las medidas necesarias que garanticen la seguridad de las maniobras y se eviten accidentes que afecten la vida y los bienes de los habitantes de la zona de influencia.
"En el espejo de agua que se forma en la boca del Riachuelo, jurisdicción de la provincia de Buenos Aires, se encuentra la terminal Portuaria de Exolgan a la que acceden con dificultad, por lo estrecho del canal de acceso, barcos portacontenedores de gran porte. Con el objeto de disminuir costos, se habría solicitado realizar pruebas para que estos buques maniobren con un único remolcador en lugar de dos, que es lo habitual y seguro, lo que aumenta el peligro de colisiones en las maniobras. Este mismo espejo de agua alberga el Polo Petroquímico y la dársena de inflamables, lo que hace que el sector sea altamente peligroso ante una situación de impacto", aseguró Godoy.