No le entregan la sede al Joaquín V. González

No le entregan la sede al Joaquín V. González

El Gobierno de la Ciudad gastó nueve millones de pesos en la sede definitiva del Instituto de Educación Superior Joaquín V. González. Hace un año que el nuevo edificio está en condiciones pero no se utiliza por diferencias entre el Gobierno porteño y la empresa Riva S.A.


Salidas de emergencias cerradas, baños destrozados, aulas miniaturas o montadas en espacios inusuales, techos que se caen, peldaños de escaleras quebrados, inundaciones con cada lluvia y reiterados cortes de luz y agua son las condiciones en que conviven desde años cerca de cinco mil estudiantes -futuros profesores- distribuidos en 20 carreras, sin contar a docentes, personal administrativo y de maestranza.

Para dar una solución a los reiterados reclamos de los estudiantes y trabajadores del Instituto Superior, que funciona hace años provisoriamente en la sede de la escuela secundaria Mariano Moreno (ubicada en avenida Rivadavia 3577), en el año 2000, Aníbal Ibarra, entonces jefe de Gobierno -hoy legislador- decretó la ampliación y rehabilitación de un edificio destinado a convertirse en sede definitiva del Joaquín V. González, que en más de cien años de vida vivió de prestado.

Luego de comprarse el inmueble de la calle Ayacucho 632, 634-636 se realizaron licitaciones, pero recién a comienzos del 2005 comenzó la remodelación. Llegó la fecha de finalización de la obra junio de 2007 pero la empresa Riva S.A anunció que la entrega del nuevo edificio, ubicado en Ayacucho 632, no se realizaría porque el Gobierno porteño no había cancelado una deuda.

NOTICIAS URBANAS tuvo acceso al proyecto adicional que generó la traba para la entrega del nuevo edificio y mobiliario. "Ejecutivo de incendios" se llama el registro Nº 91.154/06 que fue aprobado a fines de enero de 2007 por la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro (DGFOC). Allí surge que la empresa Riva S.A., antes de terminar la obra, solicitó un adicional de 770.000 pesos para la implementación de un sistema de lluvias anti-incendio requerido por las nuevas normas de seguridad pos-Cromañón.

Por lo que supo este medio, la liberación de estos fondos se encuentra actualmente congelada, el BID no otorga más dinero ya que concluyó el préstamo, y la entrega del nuevo edificio se ve muy lejana aunque "la obra ya le costó a la Ciudad dos millones más de lo presupuestado y la no entrega en término deja a los futuros profesores en un edificio que carece de aulas dignas y baños en condiciones", manifestó Jorge Deisernia, estudiante de informática, que viene impulsando el traslado a la nueva sede. Por este hecho confronta con los miembros del centro de estudiantes, que cuestiona la capacidad del edificio a estrenar.

En el profesorado JVG, desde hace semanas se viene discutiendo a favor o en contra del nuevo edificio. Muchos quieren el traslado y otros se niegan y reclaman otra sede más.

Por el traslado a la sede de la calle Ayacucho se expresan algunas listas del centro de estudiantes, alumnos independientes y el rector, que por decisión del Consejo Directivo (máximo organismo de gobierno en el cual se hallan representados los claustros docentes, alumnos, personal administrativo y egresados) aprobó el 30 de noviembre de año pasado que "se proceda a la ocupación definitiva del mismo y para el caso de comprobarse en esa oportunidad que el edificio no resulte suficiente para los alumnos, docentes, personal administrativo y de maestranza que componen nuestra comunidad educativa, no se desocupe totalmente el edificio del Mariano Moreno y se continúen con las gestiones ya iniciadas para operar con otro espacio". La resolución fue ratificada el 12 de abril del presente año.

A modo de contestación a los que se oponen al traslado, señala el rector Francisco Velasco, en un informe, que "tal vez el edificio de la calle Ayacucho diste de ser el ideal. Pero es una realidad que esperó por más de 100 años. Y esto no sólo es producto de la lucha actual. Detrás del objetivo de contar con sede propia, se encolumnaron generaciones de docentes, alumnos, personal administrativo y de maestranza, que sólo han vivido frustraciones, promesas incumplidas y, en el mejor de los casos, la colocación de alguna piedra fundamental".

COMPARACIONES NECESARIAS

El informe del rector además compara el edificio del Mariano Moreno y el edificio de Ayacucho.

"El edificio que ocupamos actualmente cuenta con 34 aulas para el turno mañana y tarde, 49 aulas para el turno noche, y 12 laboratorios. El edificio de la calle Ayacucho cuenta con 44 aulas para los 3 turnos y 14 laboratorios. La superficie total aproximada de aulas en el edifico del Moreno es de 1.121 metros cuadrados en el turno mañana y tarde, y de 1.676 metros cuadrados en el turno noche. En el edificio de Ayacucho es de 1.451 metros cuadrados. Las cinco aulas con mayor capacidad del edificio actual son una de 68 metros cuadrados, tres de 56 metros cuadrados y una de 54 metros cuadrados. Las cinco aulas con mayor capacidad del edificio de Ayacucho son de 180, 82, 72, 52 y 48 metros cuadrados. En base a lo antedicho, si se considera la medida espacial de un metro cuadrado por alumno, en el actual edificio se podrían albergar 1.121 alumnos en el turno mañana y tarde y 1.676 alumnos en el turno noche (capacidad total para 3.918 alumnos). En edificio de Ayacucho, 1.451 alumnos en cada uno de los tres turnos (capacidad total 4.353). En ambos casos sin contabilizar los laboratorios".

Con respecto a la seguridad, señala rectoría que el "el edificio de la calle Ayacucho cuenta con un sistema contra incendios en todos los pisos: depósitos propios de agua y mangueras, extintores, detectores de humo, rociadores de techo y una escalera de evacuación con puertas antipánico, los pisos y paredes de los laboratorios han sido confeccionados con materiales ignífugos. En el edificio actual existen dos escaleras: una que lleva a la Avenida Rivadavia, la cual desemboca en una puerta giratoria y otra que lleva a la calle Bartolomé Mitre, cuya puerta de salida se halla cerrada. Salvo, los extintores, este edificio no cuenta con ninguna otra estructura contra incendios".

Los datos entre comillados de los anteriores párrafos son parte del primer informe presentado por el rectorado a la comunidad educativa en junio de 2007, en el cual se establecía alguna dificultad en la capacidad del edificio de Ayacucho especialmente para albergar la población estudiantil del turno noche.

El Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. Gonzáles cuenta con veinte carreras distintas y una matrícula aproximada de 5.500 alumnos, sin contar la decena de profesores, personal de biblioteca, administrativo, empleados de mantenimiento, limpieza y seguridad.

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