María Dupláa: “Nancy me dijo que estudiara”

María Dupláa: “Nancy me dijo que estudiara”

Con una carrera en la que empezó como “muela” en un supermercado hasta el éxito de El elegido, la joven actriz terminó su participación en el under con Las otras, basada en textos de Daulte. Habla con NU de su momento actual, el trabajo en la TV y el teatro y las escenas con su tío, Pablo Echarri.


Antes de El elegido no había hecho mucha tele pero sentía que, desde esa vez, había aprendido mucho y volver a la pantalla es reconocer que uno ha incorporado distintas cosas a través del tiempo. Que hay cosas que ya conocés, hay ritmos en los que te podés meter más. Siempre tuve bastante prejuicio con lo de la tele, por esto de la velocidad y sus tiempos, pero terminé descubriendo que es un entrenamiento fantástico. Ahora me siento mucho más segura como actriz para encarar cualquier cosa. Por ahí es un ejemplo tonto, pero tener que llorar en un minuto y medio porque te dicen ?Grabamos esto ahora y tenés que llorar? y poder lograrlo te da una seguridad terrible. Es poder decir que una tiene las herramientas, lo cual no es poco. Las pongo sobre la mesa y las uso cuando quiero. Eso te da mucha seguridad pero no solo para la tele sino para el resto de los ámbitos. En un punto pienso que me voy afianzando, y eso se siente muy bien.
Cuando me contaron cómo era Jimena, mi personaje de El elegido, estuve analizando las cosas que querían, las bajadas de línea y todo. Armé un personaje que terminó siendo cualquier cosa. Esto es lo que tiene la tele, sabés dónde empieza pero no tenés ni idea de qué puede pasar en dos capítulos. Jimena empezó siendo una chica que podía ser lesbiana, de carácter muy fuerte, y, de repente, ¡nada que ver! Terminé siendo la que cuida a la nena, superdulce, y se fueron descubriendo otros matices. Está en la cintura del actor el ir adecuando esas modificaciones al personaje, que no parezca que el personaje es directamente otro. Por otra parte, grabar mi primera escena con Pablo fue de muchos nervios. No esperaba que fuera así. Fue raro. Es otra cosa. Una cosa es el Pablo tío, tomando mate, y otra es el actor, ahí trabajando, que además es productor, por lo que tiene un nivel de autoridad muy importante. Más allá de que tengas mucha buena onda, es imponente y me dio muchos nervios, aunque me duró dos minutos. No solo soy su sobrina; es re buen compañero. Después me relajé y pudimos laburar muy bien. Es más, tengo muchas escenas con él y las disfruto mucho.

Impasse 1: El tiempo en Buenos Aires es inestable. María llega con ruleros y un pañuelo en la cabeza, con lo cual hace falta una segunda mirada para ver que realmente es ella.

Hacer Las otras, de Daulte, surge porque había trabajado con Alejandro Guevara, el director, y Ayelén Godoy, la actriz, en supermercados, con obras infantiles para una marca de pasta de dientes. Esto fue hace seis años y ¡hasta me disfracé de muela! Ahí lo conocí a Alejandro. Cuando él tuvo la idea de hacer la adaptación de tres obras cortas de Daulte en una obra entera, la llamó a Ayelén y, de paso, le preguntó: ?Che, ¿María qué está haciendo? ¿Estará interesada??. Me llamó y me pasó la obra con los textos. Cuando los leí, me encantaron. Son tres obras cortas que no tienen nada que ver una con otra pero Ale las adaptó y realizó la dramaturgia para que formaran parte de una misma historia.

La composición de un personaje doble en Las otras fue de mucho laburo. Ensayamos como diez meses a un ritmo muy tranquilo pero Alejandro lo planteó desde el primer momento como un proceso largo, de descubrimiento de personajes, ya que las actrices teníamos dos personajes para realizar y descubrir. Al principio, fue mucho trabajo de mesa, de leer e investigar. Leímos hasta textos de psicología para analizar a los personajes. Si bien a la hora de interpretarlo no se autoanaliza uno como actor, tiene que conocer los problemas del personaje para encararlo. Alejandro nos dio mucha libertad para trabajar, para probar cosas antes de empezar a dar las directivas. La verdad, eso estuvo bueno porque fue un proceso al que no estaba acostumbrada: ir descubriendo cosas una sola antes de que te digan ?tenés que hacer esto?, con una bajada de línea. Está bueno tener las herramientas para hacerlo sola.

Impasse 2: María habla con rapidez y con una visión muy clara de lo que quiere. Sencilla por donde se la mire, se ríe a través de sus brackets sin que esto le quite gracia alguna.

Está bueno intercalar teatro con televisión porque no tienen mucho que ver entre sí y eso, en algún punto, te equilibra. Estoy toda la semana corriendo, con los tiempos acelerados de la tele, donde muchas veces no tenés tiempo de ?generar emociones?. En el teatro, al espectador lo tenés sentado y tenés el tiempo para estar generando cosas para que lo note. Con la tele, cada escena puede durar un minuto y de cada minuto de escena, tu cara apareció dos veces, dos segundos en cada una. Una en un plano grande y la otra en un plano cortito y capaz que las cosas que vos hiciste se perdieron porque lo que importa es la funcionalidad de la escena en sí. Lo que importa es no perder tiempo. Entonces, claro? sale, sale y sale. A veces es un poco abrumadora la velocidad con la que tenés que trabajar. De golpe, llegás al teatro, con otro ritmo, mucho más tranquilo. Es el remanso de la semana.
Estoy haciendo una carrera muy metódica. Eso tiene que ver con mi familia, que siempre fue muy contenedora. Mi tía (NdR: Nancy Dupláa) es muy famosa, y el camino fácil yo lo podría haber hecho, pero ni ella ni yo estábamos de acuerdo en que eso era lo correcto. Ella siempre me dijo que estudie, que es preferible tener las herramientas y que me sienta segura. Que es un medio cruel y hay que saber enfrentarlo. Fue el mejor consejo que me pudo dar porque realmente me formé y traté de hacer mi camino, más allá de que el apellido lo tengo. Traté de hacer las cosas tranquilas, con tiempo, a paso firme y sin acelerarme. Si das zancadas, después se te termina cayendo la estantería.

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