“Ya no hay más negociaciones salariales por inflación”. De esta manera, un alto dirigente libertario reafirmó la pauta de incrementos del 1% mensual establecida por el Ministerio de Economía en las paritarias, con la meta de reducir la inflación y en medio de las tensiones generadas por la decisión del gobierno de no validar el aumento del 5,4% trimestral alcanzado por la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), que excede el límite oficial.
La posición oficial consiste en intentar evitar que los sindicatos reajusten los salarios tras el incremento de la inflación en marzo, que llegó al 3,7%, generando un desajuste respecto a los acuerdos salariales establecidos por debajo de ese porcentaje.
Simultáneamente, el Gobierno busca que las empresas se comprometan a no incrementar los precios, con el fin de contener las demandas sindicales y lograr una reducción en el costo de vida.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, admitió el miércoles que el Gobierno puso un techo a las paritarias porque “si uno permite que el salario se vaya más allá de lo que se ha establecido como pauta o como tope, obviamente los precios aumentan y los que reclaman hoy por aumento del salario vuelven a pedirlo más adelante porque otra vez suben los precios”.
“Todo es un ancla para la inflación; establecer la relación del salario con los índices de inflación es un ancla”, agregó, aunque consideró que, más allá del tope fijado, “los salarios le vienen ganando a la inflación”.
En la Casa Rosada anticipan un aumento en la conflictividad en las próximas semanas debido a la intensa presión de los líderes sindicales para reabrir las negociaciones salariales, con el objetivo de recuperar los puntos que se han perdido a causa de la inflación de marzo. Esto se debe a que la mayoría de los sindicatos habían suscrito acuerdos alineados con la pauta oficial.
No obstante, el titular de la cartera de Economía, Luis Caputo, se muestra firme ante la presión de los sindicatos y se confirmó que el convenio salarial rubricado por FAECYS, encabezada por Armando Cavalieri, no será ratificado.
El convenio rubricado la semana pasada por el sindicato y las cámaras empresariales contempla un aumento acumulativo del 5,4%, distribuido en tres tramos (1,9% en abril, 1,8% en mayo y 1,7% en junio), más sumas fijas que se incorporarán a los básicos a partir de julio.
La decisión de no homologar el acuerdo de Comercio derivó en críticas de un dialoguista como Cavalieri: “¿Tener salarios que aumentan 1,5% o 1,7% es realmente un peligro para la estabilidad que busca Milei? Si es así, estamos en una situación muy delicada”, dijo. Y agregó: “Si creemos que esto va a hacer peligrar la inflación de la Argentina, estamos perdidos. No hay salida”.
El líder sindical afirmó que su sector arrastra una pérdida salarial del 20% en el primer trimestre y anticipó: “Esperamos convencer al sector empresario de que pague igual el aumento. No es una diferencia abismal. Para un supermercado, pagar un 1% de aumento salarial no es una catástrofe”.
No obstante, tanto la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) como la Cámara de Supermercados Mayoristas (CASMA) han expresado su desacuerdo con los montos pactados por el sindicato, advirtiendo que no pueden asumir dicha carga. Juan Vasco Martínez, director ejecutivo de la ASU, argumentó que al desglosar el acuerdo salarial, el sindicato “curiosamente omite la influencia de las sumas fijas (la última de las cuales se suma al salario) en los ‘incrementos reales’, resultando en un aumento final aproximado del 9,6% entre los porcentajes y las sumas fijas, lo que contradice la afirmación de Cavalieri sobre un 1%”.
Por otro lado, CASMA emitió un comunicado en el que expresó su “preocupación y desacuerdo con la paritaria de Comercio”, indicando que “es inaceptable validar este tipo de acuerdos donde las empresas, que finalmente asumirán el mayor costo, no participaron en la toma de decisiones”.
El secretario de Trabajo, Julio Cordero, convocó a Cavalieri y las cámaras para este miércoles a una reunión con el fin de que accedan a reformular las cifras de la paritaria, pero el sindicalista decidió no concurrir y endureció su postura: en un comunicado, aseguró que el aumento para el trimestre abril-junio “se encuentra plenamente vigente, de acuerdo con lo establecido por las partes”, ya que “el acta suscripta contempla una cláusula específica que garantiza la validez y aplicación del acuerdo, incluso en el caso de que la homologación administrativa no se produzca de manera inmediata”.
“En concreto -agregó-, el artículo décimo del acuerdo estipula: “Para el caso de estar pendiente la homologación del acuerdo y se produzcan vencimientos de los plazos pactados para el pago de los incrementos en la forma escalonada prevista, los empleadores abonarán las sumas en la forma convenida con la mención ‘pago anticipado a cuenta del Acuerdo Colectivo Abril 2025’, el que quedará reemplazado y compensado por los rubros correspondientes una vez homologado el acuerdo”.
En el comunicado, Cavalieri señaló que “este acuerdo fue alcanzado a través del diálogo responsable entre partes legítimas” y “tiene plena validez y forma parte de nuestro compromiso con el sostenimiento del poder adquisitivo de los trabajadores, en un contexto de alta inflación que continúa golpeando a las familias argentinas”.
En el entorno de Cordero, de todas formas, le restaron importancia al faltazo de Cavalieri y dejaron trascender que el líder de Comercio finalmente accederá a reunirse la semana que viene para analizar el replanteo del aumento salarial.
Los sindicatos basan sus reclamos en estadísticas propias e incluso en un relevamiento efectuado por la Secretaría de Trabajo, según el cual de las 23 paritarias firmadas para el período enero-marzo 2025, la mayoría estuvieron alineadas con la pauta que definió el Ministerio de Economía, pero sólo 2 tuvieron aumentos por encima de la inflación trimestral.
Esos números, que corresponden a los acuerdos salariales en el sector privado, confirman el impacto del 3,7% de inflación de marzo en los sueldos, aunque el informe de Trabajo, difundido a mediados de abril, dio cuenta de una recuperación del poder de compra de los salarios del 10,55% a partir del valor en que cerró el dólar el primer día en que el mercado funcionó sin el cepo cambiario.
En el grupo de 23 paritarias que figuran en el informe, el ranking de los sindicatos que le ganaron a la inflación está liderado por Plásticos, con una mejora del 11,4%, y el Sindicato Obreros de Maestranza (SOMRA), que recibió un incremento acumulativo de 9,8%, pero el resto de los convenios muestra aumentos por debajo de la inflación trimestral: allí figuran encargados de edificios, con el 9,1%; concesionarios de autos, 7,8%; construcción, 7,4%; madera, 7,2%; bancarios, 7,1%; pasteleros y farmacia, 6,6%; gastronómicos, 6,2%; calzado e indumentaria, 6,1%; carne, 5,6%, comercio, 5,2%; entidades deportivas y civiles, 5,0%; Camioneros y seguridad, 4,6%; metalúrgicos, 4,4%; seguros, 4%, alimentación y textiles, 3,9%; sanidad, 3,6%, y figura transporte automotor con 3,5%, aunque la última paritaria se remonta a octubre de 2024.
La Unión Tranviarios Automotor (UTA) está en pleno conflicto salarial: hizo el martes pasado un paro de 24 horas en reclamo de un aumento que lleve el salario básico de los choferes de 1.200.000 pesos actuales a 1.700.000 pesos, pero aquí se mezcla no sólo la pauta oficial en las paritarias sino la compleja trama de subsidios que reciben las empresas del sector y la cuestión tarifaria.
Los topes a las paritarias, y la consecuente amenaza de no homologar los acuerdos que superen el techo oficial, es el gran tema que preocupa y unifica a todos los dirigentes gremiales. Antes de la marcha por el Día del Trabajador, el cotitular de la CGT Héctor Daer (Sanidad) dijo que “no puede haber libertad de precios y paritarias pisadas”.