Greenpeace recuerda la tragedia nuclear de Chernobyl

Greenpeace recuerda la tragedia nuclear de Chernobyl

Al cumplirse 20 años de la explosión del reactor nuclear de Chernobyl, la comunidad ucraciana y Greenpeace realizaron este miércoles un homenaje a las víctimas de la tragedia. En ese sentido, se está llevando a cabo una muestra fotográfica que refleja el costado humano de la tragedia nuclear


La comunidad ucraciana y Greenpeace realizaron este miércoles por la tarde un homenaje a las víctimas de la tragedia de Chernobyl, al cumplirse el vigésimo aniversario de la explosión que acabó con el reactor 4 de la planta nuclear.

Según la ONG "los muertos por la tragedia ya superan los 200.000 y se prevén otros 93.000 casos fatales de cáncer". En este sentido, Greenpeace difundió dos nuevos informes: uno sobre las consecuencias en la salud de la población; y otro sobre el estado de la industria nuclear en el mundo.

El acto se llevó a cabo a las 19 en la peatonal Roque Sáenz Peña, donde está montada una muestra fotográfica que refleja el costado humano de la tragedia nuclear. Junto con activistas de Greenpeace, estuvieron presentes -en la muestra y en el homenaje-integrantes de la comunidad ucraniana de Buenos Aires dando su testimonio y el premio novel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, entre otros.

"Han pasado 20 años desde que ocurrió esta tragedia provocada por la explosión del reactor nuclear que generó una enorme cantidad de muertes y cáncer. En los últimos 15 años se habrían producido 60.000 muertes en Rusia atribuibles al accidente de Chernobyl y 140.000 en Ucrania y Bielorrusia", indicó Juan Casavelos, coordinador de energía y asuntos nucleares de Greenpeace.

La maestra de escuela Halina Slotylo, que en el momento de la explosión estaba en la ciudad de Drochobych, a 300 km de Chernobyl, manifestó que "en los días posteriores a la explosión a los niños de la escuela les salía sangre espontáneamente y nadie sabía que pasaba porque el gobierno mantuvo todo en secreto durante varios días luego del accidente, todos nos sentíamos cansados teníamos la piel con llagas pero nadie se imaginaba que había pasado algo terrible tan lejos". Halina vive en la Catedral Católica Ucraniana Nuestra Señora del Patrocinio de Buenos Aires, desde que vino a esta Ciudad luego del accidente.

Para los próximos años, el Centro Independiente de Evaluación Ambiental de la Academia Rusa de Ciencias, prevé que se producirán 93.000 casos fatales de cáncer asociados a Chernobyl. "Estas cifras son elocuentes y dan una idea del riesgo inherente asociado a la energía atómica, sin contar con otros impactos indirectos de la radiactividad, daños sociales y económicos, pérdidas en la superficie cultivable y las 300.000 personas que tuvieron que dejar sus hogares involuntariamente luego de la catástrofe", agregó Casavelos, en la apertura de la muestra.

El informe de Greenpeace se basa en un estudio elaborado por cerca de 60 científicos de todo el mundo, en base a esos datos la organización denuncia que la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) minimizan las consecuencias y desinforman sobre los efectos del mayor accidente nuclear de la historia.

La exposición -que se realiza en forma simultánea en más de 40 ciudades en todo el mundo- se encuentra en la cuadra peatonal de la avenida Diagonal Roque Saenz Peña (entre Cerrito y Libertad), y estará allí hasta el 30 de abril próximo. La exposición consta de 25 fotografías artísticas realizadas en la zona por el reconocido fotógrafo Robert Knoth, recientemente galardonado con el World Press Photo of the Year otorgado por Reuters por su trabajo fotográfico realizado en Chernobyl.

"Estas imágenes nos recuerdan que las víctimas no son solo números. Detrás de las estadísticas hay personas que están pagando el enorme e injusto precio de este accidente. Han pasado veinte años pero la amenaza de un nuevo Chernóbyl yace detrás de cada central nuclear", comentó Casavelos.

DATOS DEL INFORME

La incidencia del cáncer ha aumentado en Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Entre 1990 y 2000 se documentó un incremento del 40 por ciento de todos los cánceres en Bielorrusia, con picos del 52 por ciento en Gomel, la región más contaminada. En Ucrania se registró un aumento del 12 por ciento y en áreas contaminadas de la región de Zhytomir en Ucrania, el número de adultos con cáncer aumentó casi tres veces entre 1986 y 1994. En la región rusa de Bryansk, la incidencia del cáncer aumentó 2,7 veces.

Sólo en Bielorrusia, se han identificado unos 7.000 casos de cáncer de tiroides debidos al accidente hasta 2004. Un estudio reciente da cuenta que el cáncer de tiroides en niños ha aumentado 88,5 veces, en adolescentes 12,9 veces y en adultos 4,6 veces. Las previsiones para Bielorrusia hablan de entre 14.000 y 31.400 casos extra de cáncer en 70 años. Con respecto a Ucrania en su totalidad, se prevén unos 24.000 cánceres de tiroides, de los cuales 2.400 mortales.

El dramático aumento de los casos de cáncer de tiroides es muy superiores a lo esperado. Justo después del accidente, se predijo que se produciría sólo un ligero aumento de los casos de cáncer. Además estos cánceres han demostrado ser muy agresivos, con un periodo de latencia muy breve y una elevada tendencia a formar metástasis en un 50 por ciento de los pacientes. Este último factor obliga a tratamientos quirúrgicos repetidos para remover las metástasis residuales.

La leucemia empezó a aumentar significativamente en las poblaciones más expuestas unos 5 años después del accidente. Se ha estimado que la población bielorrusa podría llegar a sufrir hasta 2.800 casos extra de leucemia entre 1986 y 2056. De estos, hasta 1.880 serían mortales.

Desde 1995 en adelante se ha detectado también un aumento de los casos de cáncer de estómago, pulmones, mama, recto, colon, tiroides, médula ósea y del sistema linfático. Entre 1987 y 1999, se registraron aproximadamente 26.000 casos de cánceres inducidos por la radiación en Bielorrusia. De estos casos, el 18,7 por ciento eran cánceres de piel, el 10,5 por ciento cánceres de pulmón y el 9,5 por ciento de estómago.

Los trastornos cardiovasculares y del sistema linfático han aumentado considerablemente en Bielorrusia, Ucrania y Rusia. En Bielorrusia, las enfermedades relacionadas con la circulación de la sangre se han visto multiplicadas por 5,5, diez años después de accidente. En Ucrania, los trastornos en sangre y cardiovasculares aumentaron entre 10 y 15 veces entre los habitantes de las áreas contaminadas.

Impactos de la radiación sobre el aparato reproductor. La acumulación de radionucleidos en el cuerpo de la mujer lleva a un aumento de la producción de la hormona masculina testosterona, que causa la aparición de atributos masculinos. En cambio, se hizo mucho más frecuente la impotencia entre los hombre de entre 25 y 30 años que viven en las regiones contaminadas por radiactividad. Los niños de los territorios contaminados sufren un retardo del desarrollo sexual. Las madres padecen de trastornos del ciclo menstrual y de una mayor frecuencia de problemas ginecológicos, anemia durante y después del parto, anomalías en el parto y nacimientos prematuros.

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