Los dibujos animados japoneses son hoy objeto de culto en todo el mundo, pero en los 70 eran sólo una rareza de la TV argentina.
En medio de la saturación de las inofensivas series animadas de Hannah & Barbera, los dibujos animados japoneses (o animé) se presentaban como una opción desconcertante e impredecible.
Cuestiones que eran tabú en la animación norteamericana aparecían en el animé representadas con naturalidad y desprejuicio.
El mal era una cosa eterna e invencible, y las batallas se sucedían sin lograr nunca afectar demasiado al villano principal; los héroes eran imperfectos y sufrían. La imaginación de los creadores del animé se presentaba libre de todos los límites convencionales.
En febrero, en el cine del Malba se repasa la historia de este género con sus mejores representantes, algunos de los cuales no han vuelto a verse en treinta años. Entre otros films, se exhibirán "Astroboy", "Kimba el León Blanco", "Los guerreros del viento", "Meteoro", "Tritón" y "Mazinger Z".
La programación completa puede consultarse en www.malba.org.ar. Las entradas cuestan siete pesos y los estudiantes y jubilados abonan tres pesos con cincuenta centavos. El Malba queda en Avenida Figueroa Alcorta 3415.
La programacón, siempre a las 24 será la siguiente:
Viernes 3: "Tezuka el grande"
Luego de la segunda guerra mundial, la industria editorial de Tokio atravesó un duro revés ante la crisis económica. En Osaka, varias editoriales pequeñas se acercaron a la realidad imperante creando los “Red Books” (Libros Rojos), ediciones muy baratas, con papel de bajísima calidad, con la tapa, como el nombre lo indica, de color rojo, el único en toda la revista.
Los artistas eran muy mal pagos, pero tenían un control creativo total sobre sus obras. Entre esos jóvenes principiantes se encontraba un frustrado estudiante de medicina llamado Osamu Tezuka.
Su abandono de la carrera universitaria no fue solamente producido por la pasión por los comics, sino también por la animación de Walt Disney y los hermanos Fleischer.
En 1947, Tezuka, de 20 años, creó el comic Shintakarajima (“La nueva isla del tesoro”), de frenético ritmo visual.
Estas viñetas eran una lección de montaje. Al poco tiempo Tezuka es convocado por las grandes editoriales de Tokio y comienza a trabajar para Manga Shonen. En estas páginas nacen dos hitos del comic japonés: Jungle Tatei (“Emperador de la jungla”) y Atomic Taishi (“Embajador átomo”), luego llamada Tetsuwan Atomu (“Átomo poderoso”).
Ambas fueron llevadas al cine animado por Tezuka y fueron conocidas en Occidente como "Kimba el León Blanco" y "Astroboy", respectivamente. Jungle Tatei fue publicada desde 1950 hasta 1954 y Tetsuwan Atomu desde 1952 hasta 1968.
El jueves 9: "Acción y aventuras"
Aunque no descartaban la apelación a la fantasía, tanto El agente S5 como Meteoro vivían aventuras relacionadas con el crimen organizado y el espionaje. No sabemos cuál habrá sido el título original de El agente S5, pero es evidente que entre sus influencias hay una rarísima mezcla entre James Bond y Maverick, y que la calidad de animación de sus episodios es superior a la normal.
En cualquier caso es una serie que se vio muy poco. En cambio, Meteoro (Mach Go Go Go en Japón y Speed Racer en Estados Unidos, 1967/68) es uno de los grandes clásicos del género.
Se exhibirán sus dos primeros episodios, donde se asiste a la creación del Mark 5, el auto que todo niño de los 70 quiso tener. A título de curiosidad veremos en este mismo programa un episodio de otra serie titulada El hijo del Meteoro, título argentino equívoco ya que no sólo no guarda ninguna relación con el original sino que además se produjo antes, entre 1965 y 1966.
Su título japonés era Super Jetter mirai kara kita shonen y la protagonizaba un superhéroe de traje amarillo, armado con pistola de rayos láser y la capacidad de viajar en el tiempo. Gracias al doblaje local, al personaje efectivamente lo llaman “Meteoro” y en sus aventuras lo acompaña una periodista llamada Caty, muy parecida a Trixie.
Viernes 10: "Los guerreros del viento"
Se basa en un comic que Miyazaki publicó en la revista Animage a partir de febrero de 1982 y continuó ininterrumpidamente hasta 1989, con apariciones posteriores en los años 1990, 1991 y 1993. En la filmografía de Miyazaki se pueden hallar varias constantes, como los elementos pertenecientes a los más tradicionales cuentos de hadas.
En Porco Rosso, el protagonista es un cerdo con cuerpo de humano gracias a un encantamiento de amor. En Laputa una ciudad buscada por el protagonista se encuentra en el cielo.
En "El servicio de entregas de Kiki", hay una brujita que vuela sobre una escoba. En esa línea, Los guerreros del viento implica el cumplimiento de una profecía a manos de una Princcsa destronada y hay un bosque encantado, convertido en una monstruosidad tóxica, cuna de seres innombrables y pasajes abismales.
También hay el equivalente a un dragón en una masa putrefacta y en estado de descomposición, mascota de una Reina diabólica. Otro punto recurrente es el protagonismo femenino casi absoluto.
En Mi vecino Totoro, Laputa y Kiki hay niñas de carácter fuerte que, sin embargo, mantienen una conducta femenina más o menos acorde a sus edades.
En cambio, en Porco Rosso (donde hay una mecánica pendenciera) y Los guerreros del viento (una princesa experta en el manejo las armas), los estereotipos femeninos son reemplazados por roles de orden masculino: no sólo no le escapan a la violencia física sino que ésta forma parte de su lenguaje y comportamiento. Se las puede comparar con el personaje de Ripley, de la serie Alien.
Viernes 17, "Mazinger Z"
Producida entre 1972 y 1974, la serie japonesa de dibujos animados Mazinger Z fue un hito en el animé y su éxito produjo una larga lista de secuelas e imitaciones.
El personaje de Go Nagai ya había sido popular en la historieta, pero su transposición a la TV fue el factor que consolidó su enorme influencia. Dicen los que saben que la innovación de Nagai consistió en mejorar el concepto de robot gigante y superpoderoso, al agregarle un tripulante humano, algo que hasta entonces no se había dado en la ciencia-ficción nipona.
Entre los hechos relevantes que tienen lugar en estos episodios se destacan la creación de Diana A, en reemplazo de Afrodita A, que resulta destrozado en un enfrentamiento. Pero el acontecimiento más importante es la muerte del Barón Ashler, el carismático villano bisexual que enfrenta a Mazinger desde el comienzo de la serie.