Finalmente este miércoles se realizó el lanzamiento de la fundación Cambiemos Buenos Aires. Estuvieron todos su miembros, aunque algunas versiones indicaban que podía haber ausentes. Se comió, se tomó bien y se charló mucho. El presidente de la flamante formación, Jorge Mercado, se mostró exultante con el resultado el evento.
A partir de las 20, lentamente comenzaron a llegar al Hotel Castelar todos los integrantes de Cambiemos Buenos Aires. Uno de los primeros fue el diputado Mario Morando (responsable de la organización del evento y de las remeritas minúsculas que tenían las promotoras); luego fueron llegando los diputados Juan Carlos Lynch, Mercado, Jorge Enríquez, Silvia Majdalani, Eduardo Lorenzo Borocotó, Dora Mouzo, Diego Santilli, Sandra Bergenfeld, Carlos Araujo, Fernanda Ferrero, Ricardo Busacca, Santiago de Estrada, Álvaro González, el Chango Farías Gómez y el sindicalista Daniel Amoroso.
El salón del primero piso del Castelar estuvo lleno de personalidades que fueron convocadas para la ocasión, algunas con más trayectoria que otras. Entre ellos se encontraban el vicepresidente de Compromiso para el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta; el presidente del Comité Capital de Recrear, Juan Carlos Tosso; el secretario Administrativo de la Legislatura, Oscar Moscariello; el secretario Parlamentario del bloque Juntos por Buenos Aires, Marcelo Villa, y el subsecretario Parlamentario de la Legislatura, Perico Pérez.
También se dieron una vuelta por la presentación Nelly Raymond, los diputados nacionales Gabriel Llano y Hugo Martini; los ex diputados nacionales Miguel Jobe y Rafael Martínez Raimonda, y la ex legisladora porteña, Elena Mitjans.
En el fondo del salón se colocó una pantalla donde se emitían constantemente imágenes de la Ciudad y de los integrantes de la fundación, con las frases que decidieron incluir a modo de presentación. Algunas eran verdaderos latiguillos, como la de Enríquez que aseguraba que "frente al delito, actitud proactiva y cumplimiento efectivo de la ley" o como la del Chango que afirmaba "Cultura es pueblo, y pueblo es cultura"; pero otras sorprendían como, por ejemplo, la de Santilli que proclamaba "cuanto más deporte, menos chicos en la calle", dado que el diputado generalmente se dedica a temas económicos.
Promediando la reunión, Mercado hizo un breve discurso. Tardó un poco en que le prestaran atención, pero lo logró. El diputado porteño (que se cuidó muy bien de mechar la palabra "compañeros" en su alocución) aseguró que "el eje de esta fundación es generar un nuevo vínculo con la gente. Es difícil mantener un grupo cuando venimos de partidos diferentes, de trayectorias diferentes, de ideologías diferentes, pero precisamente, este grupo se ha consolidado a partir de estas diferencias, pero con una idea en común. Una nueva forma de hacer política en la Ciudad, y no me refiero a una política partidaria".
Mercado agregó: "Tenemos que redefinir qué tipo de ciudad queremos, pero no quedarnos en eso. El análisis del diagnóstico ha hecho perder mucho tiempo. Necesitamos gestión, necesitamos buscar todos juntos una alternativa y Cambiemos Buenos Aires es una alternativa. Éste es un sector pluralista que está trabajando para el futuro, porque aunque somos concientes de nuestro pasado no hay que quedarse varado en eso".
Por último, el presidente del bloque Juntos por Buenos Aires aseguró: "Somos un grupo de personas que decidió robarle más tiempo a la familia, en pos de un proyecto común y tenemos el valor agregado que es el amor por el trabajo. Sin dudas, ahora no hay excusas para cambiar Buenos Aires".
Llegaron los aplausos y los abrazos entre todos los que integran la Comisión Directiva de Cambiemos Buenos Aires. Luego de varios intentos, en la foto estuvieron casi todos. Sólo faltaron el Chango (que se fue temprano) y Busacca, quien llegó bastante tarde porque "venía del médico".
Otro de los diputados que tuvo que irse fue Enríquez. "Me tengo que ir a debatir con Vilma Ripoll sobre educación sexual a un programa de cable", explicó el legislador, que decidió regresar al Castelar luego de discutir con la diputada de Izquierda Unida. "Vilma creía que no iba a ir, pero llegué y no la dejé hablar más", aseguró entre risas Enríquez.
Si del catering se trata, hay que reconocer que no faltó comida ni bebida. Esto fue más que evidente cuando, a eso de las 22.25 de la noche, asesores vinculados a uno de los integrantes de la fundación comenzaron a romper alguna que otra copa. Para ese entonces, tanto Majdalani como Bergenfeld (ambas de riguroso negro) ya se habían retirado, escoltadas por sus respectivos maridos.
El clima del lanzamiento fue cordial, pero trascendió que previo al evento hubo algunas peleítas de cartel. Que Enríquez no iba a participar (y por eso no está en los folletos que entregaron) y finalmente apareció -previa amenaza de mandar carta documento por la omisión-; que Majdalani se enojó ya que de vicepresidenta segunda de la fundación había sido degradada a vocal por un error de Morando al confeccionar el bendito folleto; que Busacca había sido ascendido a ese cargo sin haberlo pedido…
Una serie de contratiempos propios de una convivencia política que, de ahora en más, no sólo deberá darse en la Legislatura. Por lo pronto, habrá que seguir de cerca esta "nueva idea", a la que los pronósticos no le auguran demasiado tiempo de vida.
