Que el tránsito de la Ciudad de Buenos Aires es un caos no lo descubrirán aquí. Y aunque aquellos que conducen mal, de manera irresponsable o simplemente no cumplen la normativa, son multados, nada pareciera poder ordenar una cultura de la infracción que ya forma parte de la identidad de un "buen" porteño.
Sin embargo, algo podría cambiar el comportamiento de los conductores y transeúntes si logra ver la luz un proyecto que circula en la Legislatura de la Ciudad, encabezado por la diputada kirchnerista Silvia La Ruffa.
Éste establecería un sistema de beneficios para todos aquellos conductores responsables que respeten las normas de tránsito y consecuentemente colaboren con la seguridad vial, o sea, una normativa por la contraria, que en vez de focalizar en el castigo, tienda a ejercer por parte de cada conductor una situación de conciencia -que parece haber quedada olvidada en el examen de manejo- premiando a la persona que conduzca en forma segura y respete las normas de tránsito.
El parque vehicular que circula día a día por esta gran metrópoli es alto y se encuentra en constante crecimiento. Asimismo, es cada vez más complicado y las normas de tránsito se van endureciendo para poder lograr un poco de orden que agilice la circulación por las zonas más concurridas de la Ciudad.
Así, a pesar de los controles y las multas los conductores parecen no inmutarse a la hora de cometer las infracciones y aún más, cuando son detectados y castigados hacen caso omiso y hasta llegan a transformarse en deudores incobrables.
Los números son contundentes y denuncian una realidad que se hace insostenible: en la Ciudad se registraron entre enero y septiembre de 2005 más de 7.000 accidentes de tránsito en los que murieron 86 personas y más de 7.700 resultaron heridas. Si se traduce al día adía, se producen en la Capital Federal alrededor de 20 accidentes por día.
Este índice es muy alto y se corresponde con los indicadores del resto del país que convierten al fallecimiento por accidente de tránsito en una de las principales causas de muerte no natural.
En medio de estos números alarmantes, muchos especialistas aseguran que si bien las campañas de concientización, prevención de accidentes y seguridad vial son intensas, los operativos de castigo por infringir la norma (multas) que se implementan desde el Gobierno porteño no están aportando una solución al problema.
"Las multas no han funcionado, el índice de evasión de pago y la repitencia de la infracción dejan ver que el sistema de castigo no sirve solo", aseguró La Ruffa.
Intentando rebatir la tendencia huidiza de los infractores porteños, el proyecto de la legisladora cambiaría la visión negativa del castigo: "El espíritu de esta ley está en generar una conciencia vial responsable", manifestó la presidenta de la Comisión de Seguridad del parlamento porteño.
La ley tiene por objeto establecer un régimen de beneficios, a través de un sistema de puntaje de 0 a 100 puntos, a los conductores que no hayan infringido normas de tránsito.
Al que no cometa infracciones de tránsito, le corresponderá un puntaje de 0 puntos, y obtendrá, en beneficio, una bonificación del 10% en el monto de la patente del automotor correspondiente al año siguiente. Si el lapso fuera de 24 y 36 meses continuos manteniendo 0 puntos, el descuento será del 15% y del 20%, respectivamente.
Quien gestione la renovación de su licencia de conductor y acredite no haber cometido infracciones dentro de los últimos tres años, obtendrá un 30% de bonificación en el monto. Además, también se prevén castigos para los infractores: todo conductor que llegue a 50 puntos será convocado a asistir a un curso de prevención en educación vial, especialmente diseñado para conductores imprudentes y negligentes. Su incomparecencia, hará incrementar su puntaje en 16 puntos.
Según el proyecto, el infractor que en el período de 12 meses llegue a 100 puntos será inhabilitado para conducir por el término de un año. Luego de cumplido el lapso de inhabilitación, deberá aprobar un examen teórico y práctico, que se establecerá para conductores negligentes e imprudentes, debiendo a su vez realizar y aprobar un curso sobre educación vial, para que se le restituya la correspondiente licencia. Reincidencia: si por segunda vez el individuo llegase a acumular 100 puntos, la inhabilitación será por el término de 3 años.
Para el caso que se reitere en una tercera vez, la inhabilitación para la conducción será definitiva, es decir, perpetua. A continuación, sólo algunos ejemplos de cómo se sumarán puntos: No usar casco protector (26); violar los semáforos (26 a 39); violar las barreras ferroviarias (39); ebriedad (60 a 80); y carreras en vía pública (100).
UNA CULTURA DE LA INFRACCIÓN
En la Ciudad de Buenos Aires, la Dirección de Seguridad Vial, la Policía Federal y la Dirección General de Administración de Infracciones (DGAI) son los entes que trabajan en hacer efectiva la Ley de Tránsito 24.449. Se encargan de crear conciencia, del labrado de infracciones y el cobro efectivo de las multas.
Según estadísticas del 2004, las infracciones que más se cometen en la Ciudad son por mal estacionamiento, 60.000 por mes; exceso de velocidad, 15.000 por mes; y por
estacionar en lugares pagos, no abonar el ticket o tenerlo vencido, 6.000 por mes.
En cuarto lugar aparecen las multas labradas por usar teléfono celular mientras se conduce: 1.500 por mes. Respecto de los controles por el uso de cinturón de seguridad, en el mes de junio se efectuaron 373 y en el mes de septiembre la cifra ascendió a 1.500.
Aunque todavía no están las cifras definitivas del año 2005, se estima que las estadísticas sean muy similares, debido a que los conductores porteños parecieran tener por identidad la infracción de las normas. Los conductores pueden recibir avisos de infracciones de tránsito detectadas a través de diversos mecanismos.
Por un lado, están las que se labran manualmente por los agentes de tránsito ya sea en presencia de los conductores o no. En segundo lugar, también existen las multas fotográficas, tomadas por agentes de tránsito que recorren la ciudad en camionetas que las detectan y también existen radares de tránsito que controlan la velocidad. No obstante, aunque las infracciones aumentan, los fallecimientos por accidentes estarían descendiendo.
De 204 muertos en 2004, a lo que va de este año, sólo se registraron 86.
