La tensión dentro de la CGT ha aumentado en las últimas horas a niveles que sugieren una posible nueva división: el líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, ha solicitado a la dirección cegetista que se discuta de manera urgente un plan de acción “sostenido y escalonado” en contra del ajuste y la “prohibición” de Cristina de Kirchner.
“La CGT no puede permanecer inmóvil y debe actuar ante el ajuste, la represión y la proscripción política; el movimiento obrero debe encabezar una gran confluencia de luchas junto a estudiantes, jubilados, pymes y sectores golpeados por el ajuste”, dijo el jefe metalúrgico, una de las figuras del sindicalismo kirchnerista que presionó infructuosamente para que se declarara un paro general en favor de la expresidenta.
El contundente pronunciamiento de la UOM, compartido en las redes sociales, se produjo 24 horas después de que un grupo de referentes de la CGT optara por dejar a los sindicatos en “libertad de acción” para asistir al evento kirchnerista en la Plaza de Mayo sin realizar una convocatoria oficial.
Como expresión de malestar, la CGT decidió no concurrir este martes a la reunión citada por el PJ para analizar la marcha por Cristina Kirchner por las “desprolijidades” en la convocatoria y ante el temor de que los K alentaran alguna agresión cuando llegaran a la sede partidaria.
El mapa sindical quedó definido nuevamente en las últimas horas entre un bloque antikirchnerista, o no kirchnerista, que es mayoritario, y un sector alineado con la ex presidenta, en minoría, que apunta a exponer a sus rivales como “complacientes” con el gobierno de Javier Milei y renuentes a defender a la jefa del PJ.
Por eso fue significativo el pronunciamiento de Furlán contra la CGT, que, según fuentes de la UOM, no tendría el apoyo orgánico del Consejo Directivo del gremio, que deliberó el jueves pasado sobre la crisis de su obra social y ni habló sobre la CGT ni Cristina Kirchner.
La cúpula cegetista, que mantiene una mala relación con la exmandataria y La Cámpora desde hace muchos años, difundió tras la reunión de ayer un comunicado de prensa en el que destacó que “los trabajadores estaremos al lado de nuestra compañera injustamente condenada” y anunció que “convoca por convicción, pertenencia y solidaridad a todos los gremios y trabajadores/as que quieran sumarse a la concentración para dar testimonio de acompañamiento”.
“Aquellos sindicatos que hayan dispuesto acciones sindicales para manifestarse -destacó la central obrera- quedan liberados para realizar todas las medidas que estimen conducentes en función de cada una de las actividades que representen”.
El texto de la CGT finaliza de esta forma: “Los trabajadores y trabajadoras tenemos memoria y vamos a manifestarnos en las calles para repudiar la injusticia y la proscripción en defensa de la democracia”.
Aun así, con el sello de la UOM y el título “La CGT debe actuar”, Furlán hizo una serie de severos planteos a la central obrera, que él integra como secretario del Interior. En el comienzo de la declaración, destacó que “el pueblo trabajador atraviesa una emergencia social, caída del salario real, desempleo y cierre de industrias, mientras el gobierno de Javier Milei aplica un plan de ajuste, endeudamiento y privatizaciones al servicio del poder económico y financiero”.
“A la par -agregó- se delegan superpoderes a las fuerzas de seguridad para vigilar y reprimir sin control judicial, criminalizando la protesta y hostigando a la ciudadanía en general. En este contexto avanza la condena arbitraria contra Cristina Fernández de Kirchner, sin pruebas, con jueces designados a Dios y validada por los medios hegemónicos. No es un hecho aislado, es el capítulo más grave del lawfare para proscribir al liderazgo popular e intimidar a quienes luchan”.
A continuación, la UOM advirtió: ““La CGT no puede permanecer inmóvil y debe actuar ante el ajuste, la represión y la proscripción política; el movimiento obrero debe encabezar una gran confluencia de luchas junto a estudiantes, jubilados, pymes y sectores golpeados por el ajuste”.
Luego, el gremio metalúrgico exigió a la conducción de la CGT tres puntos “con carácter de urgencia”:
“1) Convocar a un Comité Central Confederal para debatir la situación nacional y coordinar una respuesta común y federal del conjunto del movimiento obrero.
“2) Lanzar un plan de lucha nacional sostenido y escalonado con movilizaciones plenarias regionales y paros generales, articulado con todos los sectores populares afectados.
“3) Pronunciarse firmemente en defensa de la absolución y plena reivindicación política de Cristina Fernández de Kirchner, el rechazo contundente al lawfare como herramienta de disciplinamiento político y social, la protección de las libertades democráticas y la derogación de los superpoderes represivos otorgados a las fuerzas de seguridad”.
“Es tiempo de transformar la preocupación en acción colectiva. Convocamos a la CGT a asumir el rol de conducción que la historia demanda e impulsar junto con todos los sectores populares un plan de lucha que frene el ajuste y la persecución en la entrega de patrimonio y soberanía de fin de la democracia, los derechos conquistados y el futuro del pueblo organizado”, finalizaron.