La estrategia panperonista y de aliados para pelear en el 2019

La estrategia panperonista y de aliados para pelear en el 2019

Miguel Lifschitz, Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa amasan un mismo espacio con sello del PJ.


El gaucho Martín Fierro lo anticipó: “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera”.

En las elecciones ejecutivas del 2015 y en las legislativas del 2017 el peronismo kirchnerista padeció las consecuencias de desestimar esta máxima. El peronismo duro se separó del sector K y, aunque este sector obtuvo más votos en las urnas que la alianza Cambiemos, igualmente Mauricio Macri se consagró presidente de la Nación (2015) y Esteban Bullrich senador (2017), dejando atrás a sus adversarios: Daniel Scioli y la misma Cristina Fernández de Kirchner.

Estas derrotas del peronismo/kirchnerismo incentivaron al peronismo duro “no dialoguista” a querer formar “rancho a parte” de cara a las próximas elecciones presidenciales del año que viene.

Así, bajo la premisa de que el kirchnerismo restaría votos, el peronismo se une al massismo y a un sector del socialismo para lograr una fórmula a nivel nacional que pueda pulir sus asperezas con Cristina Fernández de Kirchner o la candidatura que sea designada por el cristinismo. Es que antes de enfrentarse a Cambiemos, las PASO son la antesala inevitable e imprescindible para que la oposición logre unificarse tras un mismo candidato o candidata.

Con nombre y apellido

De un lado del ring electoral que se propone enfrentar a la fuerza cristinista/kirchnerista se compone de Miguel Lifschitz, gobernador de Santa Fe (socialismo); Sergio Massa (Frente Renovaor); y Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta (PJ). A su vez, esta misma fórmula intentará ser reproducida en la esfera de la Ciudad.

Las fuerzas que sumen estos tres sectores deberá ganar la primera batalla: superar los 25 ó 30 puntos que se espera que alcance Cristina Fernández de Kirchner –o su candidato/a- para poder ganar la guerra electoral en octubre del próximo año con Cambiemos.

Si bien la imagen positiva del Presidente descendió tras el tarifazo, el acuerdo con el FMI, la reforma previsional y su posición frente a la despenalización del aborto, las encuestas y primeros cálculos indican que aun puede ganar en primera vuelta. Así, las asesorías que recibe el Ejecutivo nacional con respecto al tratamiento del proyecto de la interrupción voluntaria del embarazo le señalan ser más amigable con esta temática y las políticas de género, ya que es en la juventud donde se encuentra la mayor exigencia de que el proyecto del aborto se convierta en ley, y éstos representan el 35% del electorado.

Sin embargo, este bloque cuenta con algunas contrariedades:

*Una nueva interna se subdivide a su vez en Santa Fe, donde el senador Omar Perotti pretende competir para convertirse en el próximo gobernador por el PJ. “Recorro la provincia con el deseo de ser gobernador”, expresó Perotti en enero del corriente año, dando espacio a una nueva controversia.

*El vaivén de Massa. Hace unos seis meses que el ex líder del fracasado frente de 1País en los últimos comicios no concede entrevistas y, es que desde su silencio repiensa sus próximas estrategias: necesita aliados más fuertes que el espacio político progresista de Margarita Stolbizer, quien en las últimas elecciones cosechó menos votos que el FIT.

Así, con la convicción de que Cristina será candidata en carne propia en el 2019, se mantendrá alejado de toda construcción destinada a generar una “gran interna” con el FPV. No obstante, varios hombres de su entorno, en especial el diputado Felipe Solá, continúen construyendo puentes que se insertan en Unidad Ciudadana.

*El dialoguismo de Urtubey. El gobernador salteño pertenece a las filas del peronismo “dialoguista” que son aliados necesarios para Cambiemos en el Congreso de la Nación para aprobar proyectos antipopulares como el tarifazo, la reforma previsional y hasta para apoyar y evitar la crítica de medidas como el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Su funcionalidad al Gobierno de turno lo convirtió en blanco de críticas de sus propios pares peronistas. Y, lo cierto, es que de camino al 2019, la oposición no puede darse el lujo de perder votos en el camino.

De la vereda de enfrente, los precandidatos que ya fueron confirmados del lado del kirchnerismo/cristinismo son Agustín Rossi, presidente del bloque de diputados del FpV-PJ; y el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá.

Al mismo tiempo, queda abierta la incógnita de en qué medida podría entorpecer el proceso de rearmado de los frentes peronistas estando el PJ nacional intervenido y teniendo ahora a la cabeza a Luis Barrionuevo, cuya reticencia al kirchnerismo jamás escondió.

La unión será requisito sine qua non para la oposición, pero tal como expuso Martín Fierro en su célebre frase, deberá ser “unión verdadera” aunque tal vez no en “cualquier tiempo que sea”. Cuando el mundial termine y el humo de la distracción se disipe, las precandidaturas ya no tendrán tiempo que perder.

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