Durante la reunión mantenida este viernes 3, por los integrantes de la Comisión Investigadora del caso Cromañón se decidió convocar a declarar el viernes 10, a la ex subsecretaría de Control Comunal de la Ciudad, Fabiana Fiszbin (a las 14), al ex subsecretario de Justicia y Trabajo porteño, Marcelo Antuña (a las 16) y al ex director general de Fiscalización y Control de la Ciudad, Juan Torres (a las 11). Para los legisladores sus testimonios son fundamentales para dilucidar lo ocurrido en el boliche de Once. Por otra parte, el jueves 9, escucharán el relato de la ex directora general adjunta de Fiscalización y Control, Ana María Fernández, el martes 7 harán lo propio con el director de la Morgue Judicial, Heraldo Donnewald y con el arquitecto Horacio Campesi y finalmente el lunes 6, recibirán al coordinador del Consejo de Emergencia, Julio Crespo Campos.
Por otro lado, en el encuentro mantenido este viernes, los diputados le tomaron declaración al jefe de Prevención de Bomberos de la Policía Federal, el comisario Alberto Corbellini. Durante su testimonio el oficial reiteró que Cromañón tenía vencida la habilitación que otorga el cuerpo que comanda.
La reunión se llevó a cabo en el Salón Juan Perón de la Legislatura y fue presidida por la titular de la comisión, Fernanda Ferrero, su vice Milcíades Peña y los legisladores Fernando Cantero, Martín Borrelli y María Eugenia Estenssoro.
Durante su testimonio, el comisario estuvo acompañado por el subcomisario, el arquitecto Guillermo Bonfoco, quien fue el que realizó la última inspección al boliche El Reventón (luego Cromañón), en noviembre del 2003, permiso que había vencido en noviembre de 2004. En ese sentido, y en relación al material inflamable y tóxico que había en el local, Peña, le preguntó si "no vio la guata que forraba dos depósitos que se usaban para guardar bebidas y equipos, ubicados debajo del escenario". El subcomisario contestó negativamente agregando que "el local no tenía material combustible expuesto".
Luego los policías fueron consultados por las salidas de emergencia con que contaba el local. Ante esa pregunta, Corbellini señaló que "las salidas de emergencia se ajustaban a la normativa vigente ya que los locales con salida hacia la vía pública, y con ocupación mayor a 300 personas, deben tener por lo menos dos salidas de emergencia cubriendo una abertura total de al menos ocho metros, situaciones que se constataron en el local en cuestión".
Ante esa respuesta, los legisladores le retrucaron que las salidas de emergencia se anulaban entre sí, por la superposición de sus puertas al abrirlas en simultaneo. El comisario respondió que "la responsabilidad de las puertas, es un tema de obra y de los planos aprobados por el Gobierno de la Ciudad".
Además, explicó: "Según nuestros cálculos si todas las puertas hubieran estado abiertas al momento de la tragedia, la cantidad de gente estimada que había, podría haber salido del local en un tiempo de entre 5 y 7 minutos, aunque ese local en realidad sólo podría haber admitido a 1031 personas".
Corbellini también, dio precisiones de las fechas de varias notas enviadas al Gobierno porteño en las que daba cuenta de todos los boliches que no contaban con las habilitaciones de Bomberos, las cuales nunca tuvieron respuesta.