Los buitres protegerán su reputación, por lo que las negociaciones se extenderán

Los buitres protegerán su reputación, por lo que las negociaciones se extenderán

Es posible que Guzmán extienda el plazo de adhesión a la propuesta argentina por dos semanas, después del 4/8.


El cuatro de agosto está casi encima, pero las negociaciones que lleva adelante el ministro de Economía agentino, Martín Guzmán, con los acreedores externos sigue varada en el punto muerto en que quedó hace unos días.

El 27 de julio último, tres grupos de acreedores –Ad Hoc,Exchange y ACC- le hicieron llegar al Gobierno argentino su contrapropuesta de pagos, después de manifestar su disconformidad con la proposición que les hizo llegar Guzmán, que incluyó el pago de u$S 53,5 por cada 100 dólares.

Tras esta presentación, tanto el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner como el propio Guzmán ratificaron que la oferta es inamovible –la “última”, definió el mandatario argentino- y que ya no habrá más propuestas del lado argentino.

De todos modos, como BlackRock y sus aliados lograron agruparse y esta unión podría hacer fracasar todo el proceso, ya comenzó a plantearse un nuevo escenario, que podría iniciarse con una prórroga del “día D”, que podría correrse dos semanas hacia delante. Ésta sería la respuesta de Guzmán ante el blackout de varios grupos de bonistas, que aún permanecen ocultos tras la figura del rey de las finanzas, Larry Fink. Lo que ocurre es que estos grupos no dan respuesta al requerimiento argentino porque esperan que el operador en jefe de la Reserva Federal –un cargo no oficial que ostenta Fink- le arranque alguna concesión más al “ultraduro” ministro argentino.

De todos modos, los analistas de la City le ponen paños fríos al caliente trámite y señalan que la distancia entre la oferta de Argentina y la propuesta de Fink y sus secuaces no es demasiado lejana. En dólares, en un plazo de ocho años, significan mil millones de la verde moneda durante el mandato de los Fernández y de otros tres mil millones hasta 2028. Esta cifra alcanza al 0,12 por ciento del Producto Bruto Interno.

De todos modos, los analistas de la City le ponen paños fríos al caliente trámite y señalan que la distancia entre la oferta de Argentina y la propuesta de Fink y sus secuaces no es demasiado lejana. En dólares, en un plazo de ocho años, significan mil millones de la verde moneda durante el mandato de los Fernández y de otros tres mil millones hasta 2028. Esta cifra alcanza al 0,12 por ciento del Producto Bruto Interno.

 

Los gurúes sostiene que se le puede adicionar una mejora simbólica al Valor Presente Neto de los bonos (VPN), adelantando fechas de pagos al 2021 y mejorando las condiciones para el los Post Due Interests (PDI), que son los intereses futuros tras la postergación de los pagos.

Lo que dificulta el cierre de las tratativas es el desgaste en la relación que se produjo en los últimos siete meses. La dureza de Fink y sus bucaneros, por otra parte, es proverbial, pero la precariedad de la situación en la que quedó el país después de cuatro años de Macri en el gobierno obligó a Guzmán a responder con una idéntica severidad. La única realidad es que Argentina no tiene más margen que el que ofreció Guzmán. Lo contrario equivaldría a condenar a varias generaciones de argentinos a la precariedad, la pobreza y la inequidad, porque los autores del desastre de la deuda no responderán por las barbaridades que perpetraron.

En cuanto al estado de la negociación, se puede resumir en un apotegma político, más que financiero: acordar sin aparecer como el perdedor ni el humillado. El Gobierno argentino necesita mostrar un triunfo ante su público, mientras que Larry Fink tiene una reputación de “rey de los buitres” que debe proteger. Una humillación sería fatal para el que la sufra, más allá de las apariencias, ya que aquí nada es lo que parece.

La Argentina, por su parte, ya tiene nueve bonos en default, porque a los siete que ya lo estaban se agregarán el día en que esta publicación aparezca en las redes –el 30 de julio- vence el plazo para pagar dos bonos emitidos por Néstor Kirchner en 2005: el Par y el Discount, que Argentina ya anunció que no pagará.

La suma de estas circunstancias motivaron la polémica apreciación que virtió el pasado martes Martín Guzmán en un reportaje realizado por la cadena de noticias económicas Bloomberg: “no esperamos regresar a los mercados por un tiempo”, expresó.

Un tiempo que será muy largo, seguramente.

 

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