Reflexiones sobre el debate

Reflexiones sobre el debate


El 10 de Diciembre  el que va asumir la presidencia es Daniel Scioli y con él en el gobierno se abre una nueva etapa en la vida del país. Formamos parte de un movimiento con 70 años de historia, pluralista y, consecuentemente, con expresiones diversas que comparten valores en común pero con identidades y matices que lo enriquecen y le permiten interpretar las necesidades populares casi como ninguna otra expresión política en la argentina.

Esta etapa de la Argentina reclama, quizá como nunca, diálogo y consenso. El  resultado electoral nos ha dado cuenta de un pueblo que se manifestó por distintas opciones políticas, desdeñando los intentos hegemónicos y reclamando el equilibrio.

Consenso, diálogo y equilibro son valores innatos de Scioli. De un Gobernador que a lo largo de ocho años pudo sancionar leyes acordando con la oposición, al tiempo que ha dejado en sus manos  los organismos de control del gobierno provincial.

Daniel Scioli gobernó estos ocho años una provincia de 16 millones de habitantes sin conflictos y exitosamente,  asumiendo las reglas del juego que le imponen a la principal provincia argentina una situación estructural de stress financiero y económico.

Hemos acompañado esta década plena  de transformaciones entendiendo que las mismas fueron en beneficios del pueblo argentino,  asumiendo los errores y todo lo que queda por hacer. Lo hicimos acompañando a Néstor, primero y gobernando la provincia después y sin participar directamente de la gestión del gobierno nacional.

Hemos incorporado valores y derechos que forman parte del activo social argentino, pero  sabemos queda mucho por hacer y que se presentan nuevos y viejos desafíos.

Reducir la inflación, los niveles de pobreza  y el estancamiento  económico se transforma en un imperativo ineludible. Hacerlo sin ajuste, también. Elegimos hacerlo en forma gradual y a través de la expansión de la economía, propiciando las inversiones y cuidando el consumo popular, sin recetas mágicas,  golpes de efecto o conocidos shoks que tanto perjuicio nos han causado.

En el debate de ayer quedó claro el programa de gobierno de Daniel Scioli: gradualismo  y racionalidad en el manejo de la economía, sin ajuste y devaluación; nuevo pacto federal para la coparticipación de los impuestos nacionales, reduciendo la cuota parte que corresponde a la nación; agencia nacional para atender delitos complejos; extensión de las Unidades de Pronta Atención hospitalarias; Sala de 3 años en jardines de infantes, segunda lengua e incorporación de tecnología en primario y secundario, gratuidad de la enseñanza universitaria.

El próximo domingo estaremos eligiendo un nuevo presidente, el latiguillo o frase hecha de “sepa el pueblo votar”, se torna, una vez más, en una verdad de perogrullo, pero verdad al fin. Daniel Scioli por trayectoria, coherencia, compromiso y capacidad será, seguramente, el receptáculo de la la voluntad de un pueblo que, a lo largo de estos más 30 años de democracia, nunca se equivocó a la hora de votar.

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