Medianoche en la Confitería Del Molino

Medianoche en la Confitería Del Molino


 

Un par de noches atrás, y luego de haber visto nuevamente la película de Woody Allen Medianoche en París, tuve un sueño muy particular: soñé que viajaba en el tiempo hasta la Buenos Aires de los años ´20 y me tomaba un café en la vibrante Confitería Del Molino.

Me senté en una mesa cualquiera, tentado por las almendras azucaradas que descansaban sobre un platito. Apenas regresó el dueño, un joven cuyo rostro me era muy familiar, me convidó un par y me invitó a contemplar a dos muchachitas que charlaban animadamente. Para mi sorpresa, ese joven era Oliverio Girondo y tanto las almendras como las chicas, según me contó, eran sus musas para un poema que estaba escribiendo: Las chicas de Flores.

Anonadado, seguí conversando con él acerca de literatura, de la revista Martín Fierro que estaba escribiendo con su amigo “Georgie” y de los vaivenes de la presidencia de Alvear. Alrededor nuestro, la gente se deleitaba con postres que parecían manjares, mientras que los más osados bailaban al compás del foxtrox, desdibujados por una nube de tabaco.

Cuando ya no podía creer mi buena suerte, Oliverio se excusa y me abandona. ¡Pero no me van a creer quién ocupó su silla apenas este se levantó! Corriéndola con fuerza, casi a los tumbos, se sentó un niño adulto con pinta de europeo del este. Sin mirarme, comenzó a garrapatear anotaciones en un cuadernito que tenía las iniciales “R.A”. Decidí hacerme invisible y contemplar cómo el joven Roberto Arlt se sumergía en las profundidades de sus notas, seguramente futuras Aguafuertes.

En el fondo del salón, Carlos Gardel se sube al escenario, agarra el micrófono y su voz se confunde en mi cabeza con los gritos del despertador.

De vuelta una vez más en la Buenos Aires de 2012, camino por la esquina tapiada de la Confitería Del Molino antes de llegar al Congreso. ¡Pensar que en algún momento este edificio en ruinas albergó a lo mejor de nuestra cultura!.

Felizmente con la media sanción lograda en el Senado dimos un gran paso para recuperarlo. En 2013, la Cámara de Diputados tendrá la oportunidad y la responsabilidad de devolvernos ese emblemático lugar de nuestra querida ciudad. Entonces, mi sueño de revivir el esplendor Del Molino comenzará a ser realidad.

(*) Senador de la Nación, autor del proyecto de ley que propone la recuperación de la Confitería Del Molino

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