Estoy orgulloso de mi general

Estoy orgulloso de mi general


Al comienzo de los ’70, mi primera participación de encuadramiento político, sin lugar dudas, fue aquella película del grupo de Cine Liberación fundado por Octavio Gettino, Pino Solanas y Gerardo Vallejos Actualización política y doctrinaria para la toma del Poder. Allí, El Viejo, como cariñosamente lo llamábamos parafraseando la canción de Piero que sonaba fuerte en ese tiempo, desnudaba su alma sobre el dolor de las mayorías nacionales y nos convocaba a la lucha del pueblo y antipuebo, Patria y anti Patria, esa era la lucha que habían comenzado San Martín, Rosas e Yrigoyen. La película empieza con la proclama del General San Martín que nos golpea muy fuerte: “La guerra se la tenemos que hacer del modo que podamos…” y concluye “Seamos libres, lo demás no importa nada”.

Eran los tiempos de la dictadura de la autodenominada Revolución Argentina; uno de los primeros conceptos que tira “el hombre” en ese film es que “nadie se realiza en una comunidad que no se realiza”, golpe fuerte a la solidaridad, pero ésta individualmente no sirve, por lo que requiere organización. La experiencia de encuadramiento político daba su comienzo: el continentalismo, la tercera posición, la visión desde los países del tercer mundo, que el año 2000 nos encontrará unidos o dominados. Todas estas convicciones nos eran transmitidas en la película. Evita nos interpelaba diciendo que “el peronismo será revolucionario o no será”. De allí a lograr la vuelta del líder, había un solo paso. “Luche y vuelve” fue la consigna. El resto era salir a la calle a “movilizar y organizar” para la vuelta.

Un día lluvioso volvió, cruzamos el río Matanza a nado, “que llueva, que llueva, Lanusse está en la cueva, los peronistas cantan, el pueblo se levanta. Que sí, que no, hoy vuelve Juan Perón”, “Que viene, chiquito, que viene, que viene ya no lo dudés, y viene hecho un demonio y nadie lo para esta vez”. Todo eso nos movilizaba aquel día de noviembre cuando le dio el cuero. “Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”, dijo El Viejo cuando se encontró con su eterno adversario dos días después de llegar. La historia cambió desde aquel día y no nos dimos cuenta, eran los setenta. Nosotros estábamos con mucha bronca porque estaba prohibido todo, “hasta lo que haré de cualquier modo”, pero no íbamos a permitir que nos “encarcelen la esperanza”.

Eligió al Tío Cámpora para que nos representara y ya nos entusiasmábamos “con Cámpora y Solano ganamos por afano”. Nos llevamos el mundo por delante, hasta le quisimos enseñar nosotros a hacer la revolución. No nos dimos cuenta, eran los setenta, nos dijo imberbes, el dolor lo lleva adentro, no nos dimos cuenta.

“Llevo grabada en mis oídos la mas maravillosa música, que para mí es la palabra del pueblo argentino”, nos dijo en su despedida, no nos dimos cuenta que caminaba lerdo.

El 1º de Julio de 1974 pasó a la inmortalidad. Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política fue su legado, no nos dimos cuenta. El 24 de marzo de 1976, SÍ nos dimos cuenta: Yo soy tu sangre mi viejo y lo seré todo el tiempo.

“Si cada hora vino con su muerte, si el tiempo era una cueva de ladrones, los aires ya no son los Buenos Aires, la vida es nada más que un blanco móvil, usted preguntará ¿por qué cantamos?”

Tantas veces nos borraron, tantas nos desaparecieron, a mi propio entierro fui, solo y llorando. Hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después, que no era la única vez, y seguí cantando. Cantamos porque el grito no es bastante y no es bastante el llanto ni la bronca. Cantamos porque creemos en la gente y porque venceremos la derrota.

Hay una sola clase de hombres, los que trabajan. En el año 1974 la renta nacional se dividía 50% para los asalariados. Voto Femenino, cuánta semejanza al matrimonio igualitario, estatización de los ferrocarriles, tan parecido a la estatización de YPF. Paritarias salariales, la economía deber estar al servicio de la política y ésta al bienestar de la población.

“La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.”

Sin independencia económica no hay justicia social, ¿será por eso que nos desendeudamos en el 2004?

¿Será por eso que hoy vuelven a aparecer los Braden de siempre?

El Estatuto del Peón Rural, que significó romper las cadenas de las tranqueras, tan parecido al nuevo régimen del servicio doméstico y al nuevo Renatea. El continentalismo que pregonó está plasmado en Unasur, Hugo Chávez, Lula da Silva, Evo Morales, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, Rafael Correa, estudian y practican el pensamiento de Juan Domingo Perón. Por si fuera poco, desde Roma, llegan voces que dicen “No podemos tolerar que las finanzas decidan la suerte de los Pueblos”, qué parecido a poner la economía al servicio de la política. Sublevarnos en Lampedusa al decir no a la Globalización de la indiferencia ante las muertes de los africanos que huyen de sus países para sobrevivir del saqueo de las potencias occidentales. “La crisis económico-social y el consiguiente aumento de la pobreza tiene sus causas en políticas inspiradas en formas de neoliberalismo que consideran las ganancias y las leyes de mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad de las personas y de los pueblos.”

“La deuda social exige la realización de la justicia social. Juntas, nos interpelan a todos los actores sociales, en particular al Estado, a la dirigencia política, al capital financiero, los empresarios, agropecuarios e industriales, sindicatos, las Iglesias y demás organizaciones sociales”. “Debe exigirse la distribución de la riqueza.”

Con Francisco se está universalizando el pensamiento de Juan Perón y se está cumpliendo con aquel presagio con el que concluye La Comunidad Organizada donde, parafraseando al filósofo Spinoza, manifiesta: “Sentimos y experimentamos que somos eternos”. Hoy, a 40 años de la muerte de Juan Perón, como cantó Leonardo Favio: “Estoy orgulloso de mi general”.

Qué se dice del tema...