El Gobierno de la tolerancia

El Gobierno de la tolerancia


Santo Tomás Moro fue un pensador, religioso, y político que nació en el año 1478 en la capital del Reino Unido. Fue Canciller de Enrique VIII y un claro detractor de Martín Lutero y de la famosa reforma protestante. Su pensamiento y sus trabajos fueron desarrollados bajo la órbita del humanismo renacentista europeo de aquellos años.

En el año 1516 Tomás Moro finaliza su obra más importante, “Utopía”, que luego se convirtió en un clásico de la literatura universal. En su trabajo Moro describe como debería ser la organización y la estructura para componer un estado Ideal. Lo que destaca es que ante todo debe imperar es el respeto y la tolerancia.

Es importante detenerse en estos dos conceptos mencionados, respeto y tolerancia, porque resultan ser vitales para el funcionamiento de la vida política de una nación. En estos últimos 10 años de gobierno estos conceptos han sido olvidados a la hora de gobernar. La metodología utilizada por los gobiernos de, en primer lugar Néstor Kirchner y luego el de Cristina Fernández de Kirchner, se ha caracterizado por desarrollar una forma agresiva de gobernar tanto hacia el interior del país como en la diplomacia con el resto de los países del mundo.

En Utopía, Tomas Moro hace referencia a la forma de relacionarse entre los distintos ciudadanos que piensan diferente y quienes tienen el deber de gobernar. En sus palabras: “es insolente y grosero exigir por la fuerza o por amenazas que lo que uno cree verdadero lo tengan que admitir los otros. Y ello aun a sabiendas que una sola es la verdadera y las otras son falsas”.

El Canciller de Enrique VIII comenta en otro apartado de su trabajo que: “el dueño de la Isla decretó que cada uno de los habitantes de utopía es libre de practicar la religión que elija, y que en el proselitismo de propaganda de fe no se debe destruir brutalmente a los demás si sus razones no convencen; y que en fin, no emplea ni la violencia ni la injuria”.

Han pasado más de dos años desde la polémica frase, “Vamos por todo, por todo”. Con esas simples pero significativas palabras la ex presidenta de la Nación le hablaba a la militancia del Frente Para la Victoria en un acto en conmemoración del primer izamiento de la Bandera Nacional por Manuel Belgrano, en Rosario. Aunque no tenía el micrófono abierto, las palabras pudieron interpretarse claramente y la frase sin sonido quedó grabada como consigna en el oficialismo de aquel momento.

Está claro que la intolerancia, la falta de respeto, la persecución política y la profundización de las categorías amigo – enemigo a las que hacía referencia el filosofo y jurista alemán, Carl Schmitt, han provocado en el último tiempo una fractura entre quienes piensan de una manera y aquellos que piensan de otra, con una profundización poco vista anteriormente. La tarea del nuevo gobierno no será fácil pero ya ha demostrado signos de querer recomponer las relaciones, terminar con el resentimiento, sin suprimir el sano debate, la contraposición de opiniones y constructividad desde la oposición.

A 500 años de la publicación de “Utopía”, y a pocos días de hacerse cargo de la conducción del Estado, el equipo de Mauricio Macri, trabaja para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos sin apartarse de los dos ejes que le resultan fundamentales a la hora de gobernar, la tolerancia y el respeto. Es nuestra responsabilidad bregar para que se continúe por el mismo camino.

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