La Reserva Costanera Sur posee gran diversidad de especies, tanto animales como vegetales, además de gran variedad de ambientes. Más de doscientas especies de aves, anfibios, reptiles y mamíferos hacen de la Reserva Ecológica un lugar único. El proyecto está proyectado en una de las áreas de mayor biodiversidad como lo es el borde del canal y el ceibal allí asentado. Una obra así cortaría la libre circulación de especies entre el canal con el resto de la Reserva, afectando al ecosistema y el normal desarrollo de la vida de los animales.
Es importante destacar que si bien la Ciudad cuenta con espacios verdes, zona de recreación, etc., la Reserva Ecológica es un ámbito único, y por lo tanto es un deber de todos protegerla. Debemos destacar que la Reserva no sólo es única en su especie, sino que es el único espacio público de acceso libre y gratuito a la costa del río en la Ciudad de Buenos Aires.
En junio de 1996 todos los candidatos a la Jefatura de la Ciudad, incluido el ex presidente y ex Jefe de Gobierno de la Ciudad, Fernando De La Rúa, hicieron público su compromiso de mantener y proteger el status y la superficie de la Reserva Ecológica Costanera Sur. En los últimos años, las críticas a los proyectos de construir en la Reserva Ecológica surgieron sin demora de grupos ambientalistas, de Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s), y también de ciudadanos en general, quienes no se resignan a que los grandes proyectos sean decididos sin tener en cuenta la necesidad de mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de la Ciudad.
La decisión de intentar consolidar el asentamiento en la Reserva Ecológica nos hace pensar de qué forma cuidamos nuestros espacios públicos. El desprecio que existe por lo que es de todos (la "cosa" pública), lleva a la falta de conciencia social que impera sobre la Ciudad. La misma no debe ser el lugar elegido para soluciones ocasionales. La Constitución de la Ciudad quiso que el móvil del crecimiento de la misma sea "una política de planeamiento y gestión del ambiente urbano integrada a las políticas de desarrollo económico, social y cultural…" (Art. 27, 1º Párrafo). No se trata sólo del crecimiento de la Ciudad, sino de qué tipo de Ciudad y calidad de vida queremos los porteños.
La Constitución de la Ciudad la recepta en su articulado según sus diferentes figuras: como reserva declarada, como espacio verde, y también como espacio público costero. El Art. 27 de la Constitución de la Ciudad dice: "La Ciudad desarrolla en forma indelegable una política de planeamiento y gestión del ambiente urbano integrada a las políticas de desarrollo económico, social y cultural, que contemple su inserción en el área metropolitana. Instrumenta un proceso de ordenamiento territorial y ambiental participativo y permanente que promueve:
1. La preservación y restauración de los procesos ecológicos esenciales y de los recursos naturales que son de su dominio.
2. La preservación y restauración del patrimonio natural, urbanístico, arquitectónico y de la calidad visual y sonora.
3. La protección e incremento de los espacios públicos de acceso libre y gratuito, en particular la recuperación de las áreas costeras, y garantiza su uso común.
4. La preservación e incremento de los espacios verdes, las áreas forestadas y parquizadas, parques naturales y zonas de reserva ecológica, y la preservación de su diversidad biológica".
Vale aquí aclarar que el único parque natural y zona de reserva ecológica de la Ciudad es justamente la Reserva y tal el espíritu de los constituyentes del 96 (fui asesor en temas ambientales de la estatuyente). De aprobar Uds. el presente proyecto, estarían incumpliendo el mandato constitucional de preservar la Reserva Ecológica.
La oposición a este proyecto no surge de un romántico sentido de ecología, sino de un profundo respeto a la Constitución de la Ciudad y una clara voluntad de impedir que un proyecto como éste afecte la biodiversidad propia de todo ámbito natural de estas características, y les quite a los habitantes de la Ciudad uno de los pocos espacios verdes que le quedan. Las áreas verdes perdidas, en su calidad de tal, son irrecuperables y la Reserva podría perder el status con el que fue creada, desconociendo nuevamente lo previsto con respecto a la Reserva Ecológica en la Constitución de la Ciudad.
La O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) recomienda 10 m2 o más de espacio verde por habitante. Este proyecto reducirá la superficie de la Reserva Ecológica, hecho que sólo colaborará a disminuir los ya escasos 2 ó 3 m2 de espacio verde por habitante con que cuenta la Ciudad, alejándonos una vez más de los m2 recomendados.
En el ámbito internacional, Argentina se ha comprometido con una serie de tratados y convenciones relativas al cuidado del Medio Ambiente y de la Preservación del Patrimonio Cultural y Natural, ello sumado a la jerarquía que el Art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional da a los Tratados Internacionales. El Convenio sobre Diversidad Biológica, la Convención RAMSAR sobre Humedales así como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, posicionan a la Argentina en un lugar de compromiso con la comunidad Internacional. Además, la Convención RAMSAR sobre Humedales, reconoce explícitamente y destaca la importancia de la Reserva Ecológica como hábitat para especies acuáticas y recomienda la preservación y cuidado del lugar. No debemos olvidar que la Constitución Nacional, (Art. 41) dispone cargas de distinta naturaleza, una a los habitantes, y otra a las autoridades públicas: "… proveer a la protección del derecho a una ambiente sano…".
Es un deber de los legisladores, del Gobierno de la Ciudad y del Estado Nacional el velar por los intereses generales y no particulares. Todos tenemos la obligación de preservar nuestro medio ambiente, al decir de Antonio Elio Brailovsky, ex Defensor Adjunto del Pueblo: "Vivir en un ambiente sano es un derecho de todas las personas y defender ese ambiente es su obligación. Esto apunta a que cada habitante proteja los propios derechos y los de las demás personas. El que la protección ambiental sea, al mismo tiempo, un derecho y un deber, lo ubica dentro de los derechos sociales.
No hay estudio previo de impacto ambiental del proyecto. El fin de este tipo de estudios no es consentir un proyecto ya decidido, sino evaluar con anterioridad cuáles podrían ser los efectos de cierto emprendimiento sobre el medio ambiente. Es un requisito constitucional ineludible para llevar a cabo "cualquier emprendimiento público o privado susceptible de relevante efecto y su discusión en audiencia pública" (Art. 30 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires). El estudio previo de impacto ambiental es un requisito constitucional "previo" a cualquier emprendimiento. El Gobierno de la Ciudad tiene la obligación de velar por el cumplimiento de la norma base de nuestra Ciudad, por lo que debiera ser el primero en respetarla.
El daño ambiental que la consolidación del asentamiento causará no puede ser más evidente, ya que todos los ciudadanos perderíamos parte de espacio verde; el único ecosistema en desarrollo con que cuenta la Ciudad; y la diversidad biológica que en ella habita. Además, el aumento de la contaminación a la que se verá sometida la Reserva Ecológica hace innecesario abundar en más detalles.
Por todo lo expuesto, sugiero archiven el expediente y arbitren las medidas necesarias para la inmediata erradicación de los asentamientos, relocalizando a sus ocupantes en un lugar digno y en el que no se afecte un área protegida.
Asimismo, encomiendo al Gobierno de la Ciudad y la Legislatura que se abstengan de proyectar cualquier tipo de emprendimiento que pueda afectar de cualquier manera la superficie, la biodiversidad o el status constitucional de la Reserva Ecológica Costanera Sur.
Asimismo les solicito a los diputados impulsen un Proyecto de Ley declarando de una vez por todas la intangibilidad de la Reserva Ecológica Costanera Sur.
* Ex Director General de la Reserva Ecológica Costanera Sur
y ex Director General de la Comisiones de Ecología y Espacio Público de la Legislatura porteña.