Encuestas, especulaciones, discursos y variedad de anuncios en los medios de comunicación anticipan la llegada de las elecciones generales nacionales. En un país en el cual, hasta la fecha, los ciudadanos tuvimos múltiples elecciones en un solo año para ir perfilando la Argentina que queremos.
Cada elección es una oportunidad de ejercer los derechos democráticos por los que tanto tiempo luchamos los argentinos. Pero el ejercicio de este derecho no es sólo el mero acto de votar. Sino votar convencido, votar a conciencia, votar sin violencia ni temores.
Este año electoral, se pusieron en práctica episodios que oscurecieron el acto democrático. Los tucumanos salieron a la calle a reclamar por mayor transparencia electoral, por resultados que reflejen la verdadera voluntad de la gente.
Lamentablemente, no es un caso aislado sino una muestra de una práctica común. Otros, decidieron avanzar en la transparencia electoral e incursionar en sistemas como la boleta única electrónica, implementada en las últimas elecciones porteñas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Contra viento y marea, detractores de este nuevo sistema criticaban y vaticinaban un fracaso que nunca se dio. Los porteños votaron con agilidad, tranquilidad, e informados sobre los resultados de los comicios a pocas horas de haber concluido el acto electoral.
Pero lo más importante, es que la gente no se sintió estafada. Que su voto valió. Y eso es lo que tenemos que trasladarles a todos los argentinos este 25 de octubre. Cada voto vale. Lo que hagamos el domingo, va a impactarnos por los próximos años.
Las PASO ya midieron la voluntad de la gente. Son, para nosotros, la única encuesta que vale, y es que el 60% de los argentinos quiere un cambio. Más de la mitad del país quiere una mejor educación, que alguien se le plante de frente a los narcotraficantes, que la justicia sea independiente, que haya empleo y producción, y que haya nuevamente una unión entre todos.
Por eso, dejemos de lado los antagonismos y Cambiemos. Cambiemos la forma de gobernar. Que no sea para unos pocos, que sea para todos.
Mauricio Macri es el único candidato que puede demostrar con hechos las propuestas que está realizando. En la Ciudad siempre se ha dialogado con todas las fuerzas. Las leyes no se aprueban automáticamente, sino que son consensuadas con los representantes de los demás bloques políticos que representan a todos los porteños. Las inundaciones son parte del pasado. El acceso a la educación se incrementó. Ejemplos no faltan.
Por eso, no nos dejemos asustar. Miremos los hechos. Merecemos vivir mejor. La Argentina la construimos entre todos, el gobierno es una herramienta para facilitar dicha construcción, no una forma de perpetuarse en el poder o enriquecerse a costa de negocios millonarios. El 25 de octubre es el momento de elegir seguir con lo mismo de siempre o cambiar soñando con una Argentina distinta.