Normalmente, cualquier consultor de campaña indica al candidato que resulta conveniente correrse hacia el centro, ya sea desde la izquierda o la derecha. El argumento central es que la mayoría de los votantes indecisos suelen estar alejados de las posiciones extremas.
Desde esta perspectiva, la inclusión, por parte de Elisa Carrió en las listas del ARI, de figuras provenientes de los sectores más conservadores de la UCR, parece una jugada lógica, tendiente a captar votantes indecisos.
Pero también en política se suele decir que hay sumas que restan. Cabe entonces plantear la hipótesis de sí el giro hacia el centro que ha dado la líder del ARI -que ya venía insinuando en su lenguaje, mensaje y apariencia desde fines del año pasado- no puede quitarle el voto del centroizquierda, que optó por ella en la Capital en los últimos comicios.
La inclusión de figuras como Enrique Olivera y Teresa Anchorena pueden sumar votantes radicales desencantados que en su momento creyeron en Fernando de la Rúa y que, incluso, optaron por Ricardo López Murphy en la elección presidencial.
Pero también puede hacer que votantes de centroizquierda que la apoyaron, ahora opten por Luis Zamora o la Izquierda Unida.
En una elección muy polarizada entre dos candidatos, como la que tuvo lugar para jefe de Gobierno entre Mauricio Macri y Aníbal Ibarra, los votantes de izquierda optaron por el último. No tenían opción.
Pero la Ciudad de Buenos Aires elige ahora 13 diputados nacionales, y con aproximadamente el 6% de los votos se obtiene una banca nacional y con menos de la mitad de dicho porcentaje, un legislador porteño.
Por esta razón, si bien el primer lugar está en disputa entre Carrió, Mauricio Macri y Rafael Bielsa, votar por otros candidatos en este caso no es perder el voto, ya que permite obtener bancas.
Esta circunstancia no favorece a Carrió, quien tiene que impedir que votantes de centroizquierda opten por otras alternativas políticas.
Podría darse el caso que los tres candidantos mencionados obtuvieran tres diputados nacionales cada uno, empatando en la cantidad de bancas, pero llevándose el título de vencedor el que obtenga un voto más.
Pero también puede haber ganadores de segunda categoría, que logren alguna de las cuatro bancas restantes.
En principio, creo que el giro es más lo que suma que lo que resta, pero se trata sólo de una conjetura, que en los próximos meses puede confirmarse o no.