Carta abierta a Mi Presidente

Carta abierta a Mi Presidente

"Necesitamos que el Estado Nacional se involucre y ponga lo necesario para que ganemos esta batalla, ganándole al discurso de mano dura de la derecha y ganando lo más importante: que no se mueran nuestros pibes".


Escribo estas líneas con un profundo dolor, angustia e impotencia.

El miércoles 30 de agosto de este 2006 por la tarde mataban a Marcelito, un chico de 18 años. No voy a contar su historia porque es privada, de su familia y nuestra, de los que lo queremos mucho. Además su historia es igual a la de muchos niños y adolescentes de los sectores más castigados y excluidos de nuestra sociedad. Puedo decir que era inteligente, capaz, dulce y solidario; pero tenía encima el peso de su historia que no le permitió concebir un proyecto de vida, que le impidió criar a su hija de 1 año.

Nuestra sociedad, Señor Presidente, se encuentra hoy dividida en varios sectores: los blumberges y la derecha dirán –un delincuente menos-, nosotros los que militamos y creemos que su proyecto de País (el suyo Señor Presidente) es el nuestro también, decimos –perdimos a uno más de nuestros hijos.

No quiero hacer de esto una polémica pero si le pido, le ruego, que se involucre personalmente como lo hace, de manera brillante, para recuperar nuestra memoria y castigar a los culpables del mayor genocidio padecido por nuestro pueblo. Señor Presidente, en los años setenta perseguían y exterminaban a nuestros jóvenes porque pensaban y soñaban, estaban llenos de vida y de utopías, ahora el exterminio es progresivo: la droga, el “paco” es el nuevo genocidio que se está cometiendo día a día con nuestros hijos, no es casual, es una continuación histórica. Ahora ni si quiera tienen que llegar a pensar.

Y que paradoja, a nuestros compañeros se los llamaba delincuentes subversivos y a nuestros hijos delincuentes sociales.

Señor Presidente, sé que detrás de este flagelo se esconden grandes intereses y sectores poderosos, pero estoy convencido que Usted es un hombre de fuertes y firmes convicciones, sin temor a enfrentarlos, porque así lo ha demostrado con otros intereses y otros poderosos. Es por eso que me animo a pedirle que asuma como política de Estado la lucha contra la droga. El nuevo genocidio está en marcha.

Quisiera verlo presidente, como en tantos otros anuncios valientes e importantes, en el Salón Blanco de Casa de Gobierno, anunciando la lucha integral contra la droga. Que no nos maten un sólo pibe más.

Necesitamos que el Estado esté presente con políticas activas de contención, de prevención y de recuperación de todos nuestros niños y jóvenes.

Construir un País en Serio implica no sólo dar el debate contra la derecha, sino generar las respuestas necesarias desde el Estado, para ganarle a la droga que destruye la vida de nuestros hijos.

Nosotros, los que militamos en forma consecuente y desarrollamos nuestra tarea en los sectores marginados y desprotegidos de la sociedad, iniciamos una cruzada contra el “paco” y contra la droga en general. Necesitamos que el Estado Nacional se involucre y ponga lo necesario para que ganemos esta batalla, ganándole al discurso de mano dura de la derecha y ganando lo más importante: que no se mueran nuestros pibes. Que podamos brindarles la posibilidad de tener un proyecto de vida en una sociedad más justa.

Perdimos a Marcelito, luchemos para no perder más vidas; a mis compañeros de ruta militante les pido una profunda reflexión para que redoblemos nuestro esfuerzo y que nuestra militancia sea, en serio y más que nunca una herramienta de transformación.

Escribiría todo un libro, pero resumiendo Señor Presidente: lo necesitamos. Recuperemos un Estado fuerte para triunfar en la lucha por recuperar a nuestros chicos.

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