El Riachuelo: desidia y falta de control

El Riachuelo: desidia y falta de control

El 7 de junio tuve la oportunidad de recorrer el Riachuelo con algunos miembros de la Comisión de Ecología, desde la Vuelta de Rocha hasta el Puente Uriburu.
Todos conocemos la situación de extrema contaminación que padece la zona. El Riachuelo es un panorama desolador, negro tornasolado por los efluentes de las fábricas, con burbujas de gases por la descomposición, con basura de
toda especie flotando, con olores que irritan ojos y narices. Años de promesas incumplidas y créditos otorgados para obras de saneamiento que terminaron usándose para otros fines.
La situación de miles de familias que hoy sobreviven a la vera del Riachuelo es gravísima. Vecinos de la zona confirmaron que los asentamientos aumentan a razón de 10 a 15 familias por semana y sugieren que muchos de los
que se instalan lo hacen a la espera de un posible subsidio ante el avance de la Avenida 27 de Febrero.
No sé si será así, pero lo cierto es que después del Puente Bosch, hay casillas prácticamente sobre el lecho; a metros del Puente Victorino de la Plaza existe un asentamiento sobre un basural enorme y cerca del Puente Zabaleta, literalmente vimos crecer entre la ida y la vuelta del recorrido unas casillas que, desde hace sólo un mes, pretenden transformarse en un nuevo asentamiento sin que nadie reaccione.
Las cifras impactan: 5.000.000 personas viven en la cuenca y alrededores, 500.000 personas viven sobre la basura, 55% carece de cloacas y 35% carece de agua potable.
A todo ésto, se suma la existencia de rellenos clandestinos sobre las márgenes, que le van ganando tierras al río, quizás, para dar lugar a otro asentamiento. Los vecinos aseguran que no se nota ningún movimiento durante el día, pero sospechan que debe haber operativos ilegales de descarga de basura por la noche. En síntesis, la típica conjunción nefasta de inescrupulosos y falta de control estatal.
Obviamente, esta realidad generó de mi parte un pronto pedido de informes al Gobierno de la Ciudad, que fue aprobado de inmediato por el resto de los bloques. Tengamos en cuenta que generalmente las respuestas a estos pedidos tardan tres meses... cuando llegan.
Sin lugar a dudas, el Riachuelo y esos chiquitos, saludando con sus manitos a nuestra lancha desde las márgenes de basura, es una de las imágenes más crueles de la desidia administrativa y de la falta de control.

* Diputada porteña, vicepresidente del Bloque Recrear.


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