La deuda ¿para obras?

La deuda ¿para obras?

"Como Macri no podía ir con su “plan de obras” a pedir fondos a los organismos multilaterales de crédito, que poseen tasas bajas para estos fines, cerró un acuerdo con las AFJP que sí necesitan colocar su dinero en proyectos de “obras”, tal como lo establece la ley 26.222".


Un negocio de las AFJP y de los bancos.

El macrismo insiste con seguir endeudando a la ciudad de Buenos Aires. Obviamente el endeudamiento siempre aparece detrás de un título irreprochable e incuestionable. Así, Macri propone endeudar a la Ciudad detrás de los subtes, del equipamiento hospitalario y de diferentes obras públicas.

El discurso es siempre el mismo: “necesito equipar los hospitales, autorícenme a tomar deuda” o “necesito hacer muchas obras en la ciudad, permítanme emitir bonos de deuda”. Sin embargo, no todo es como se dice.

Primera reflexión: no toda necesidad del gobierno debe satisfacerse con un endeudamiento. La ciudad cuenta con recursos propios, con la recaudación más alta de su historia y está en condiciones de alcanzar sus objetivos sin recurrir a créditos costosos e innecesarios.

Ya analizamos el origen del equipamiento hospitalario macrista que fue hecho a la medida de una empresa italiana. Veamos ahora el endeudamiento que propone el Macri para hacer obras en la ciudad de Buenos Aires.

LAS OBRAS

Cuando se pretende hacer una obra de infraestructura de largo plazo que disfrutarán varias generaciones (obras hidráulicas, subterráneos, etc.) es posible recurrir a créditos internacionales que prevén recursos para financiarlas (en general, organismos multilaterales de crédito como el BID o el Banco Mundial).

En esos casos las obras deben definirse en forma precisa, deben aprobarse los montos, las licitaciones, etc., para garantizar que esos fondos se usen para el destino que fueron previstos.

El gobierno de Macri no podría haber recurrido nunca a ese financiamiento porque muchas de las obras que pretende financiar con la emisión de bonos están indeterminadas (en el área de salud hay “obras varias” por casi cien millones de pesos en el área de educación hay “obras varias” por más de ciento cincuenta millones de pesos, en el Ministerio de Desarrollo Social hay casi veinticinco millones de pesos para “construcción de Hogares de Ancianos, sin especificarse cuántos ni dónde se van a construir, etc.)

En realidad primero se determinó el monto del endeudamiento y después se lo llenó con obras que incluso ya tenían financiamiento. En la primer propuesta de obras para financiar con la emisión de bonos el macrismo envió a la Legislatura la obra del arroyo Maldonado, sin reparar que ya tenía financiamiento internacional por el Banco Mundial. Frente a semejante papelón –que evidenciaba un desconocimiento de la obra pública más importante que hoy tiene por delante la ciudad- el macrismo la retiró del financiamiento por bonos y en lugar de bajar el monto del endeudamiento la reemplazó con otras obras que tenían financiamiento con recursos genuinos de la ciudad.

En definitiva, primero se decidió el endeudamiento y su monto, después las obras que se iban a poner allí aunque muchas de ellas estuvieran indeterminadas.

¿OBRAS O GASTO CORRIENTE?

La primer pregunta que uno se hace entonces es ¿por qué el gobierno de Macri tomó la decisión de endeudarse si la mayoría de las obras que finalmente incluyó para financiar con la emisión de bonos ya tenían financiamiento con recursos propios?

La respuesta es bastante sencilla: porque de esa manera liberaba millones de pesos para usarlos en gastos corrientes. Sin el endeudamiento Macri debía afectar importantes recursos de la ciudad para hacer obras y debía controlar el gasto corriente (sueldos, estructura del Estado, contratos con empresas de servicios, etc.). Eligió otro camino, endeudar a la ciudad a costos altísimos y poder disponer así de más dinero para gastos corrientes. Obviamente con la excusa de hacer obras.

Pero fueron tan obvios que no eligieron grandes obras de infraestructura para obtener el endeudamiento (por ejemplo, para extender las líneas de subte o para construir escuelas o colegios de última generación) sino que pusieron absolutamente todas las obras previstas en el área de salud, todas las de desarrollo social y todas las de educación, algunas por montos que no llegan a los cinco mil pesos.

Entre eso y “dibujar” el destino del endeudamiento hay poca distancia.

ENDEUDAMIENTO A LA MEDIDA DE LAS AFJP

Como Macri no podía ir con su “plan de obras” a pedir fondos a los organismos multilaterales de crédito, que poseen tasas bajas para estos fines, cerró un acuerdo con las AFJP que sí necesitan colocar su dinero en proyectos de “obras”, tal como lo establece la ley 26.222.

El famoso inciso “q” de dicha ley les exige a las AFJP invertir al menos el 5% de sus fondos en proyectos de infraestructura a mediano y largo plazo por lo que las AFJP necesitan colocar su dinero y la propuesta de Macri entonces les viene como anillo al dedo.

Cuando se trató la ley 26.222 el bloque del PRO cuestionó el requisito de afectar recursos de las AFJP para obras porque, sostenían, era volver al “saqueo de los recursos de los jubilados” que se utilizan “para financiar obras públicas en lugar de financiar los haberes de los jubilados” (ver VT, discurso de Federico Pinedo. Macri, como era previsible, no estuvo en esa sesión).

COMISIÓN DE LOS BANCOS Y CREDITO PUENTE

Cuando se licitó la operación de los bonos ganó el consorcio compuesto por Barclays Capital Inc., Citigroup Global Markets Inc. y Banco Macro quienes a partir de allí serían los encargados de brindar la asistencia para las operaciones de crédito público.

Sorprendió entonces la baja comisión que pedían esos bancos –y que fue el motivo por el cual ganaron la licitación- para encargarse de la colocación de los bonos. El oficialismo macrista dijo que el gran interés que despertaba la operación explicaba la mínima comisión pedida por el consorcio ganador.

Sin embargo, poco tiempo después apareció el verdadero motivo: el crédito puente. Ahora Macri, sin que exista necesidad alguna, pretende que se lo autorice a tomar un crédito puente –que otorgarían los bancos intervinientes- que le costaría a la ciudad un interés que en números significaría aproximadamente 6 millones de dólares (el monto exacto depende de cuándo se coloquen los bonos, fecha en la que se cancelaría el crédito puente).

Dicho de otra manera, el consorcio ganador pudo ofertar una comisión bajísima –que le permitió ganar la licitación- porque tenían el compromiso del pedido del crédito puente (que obviamente no figuraba en los pliegos y por lo tanto no pudo ser previsto por los otros oferentes). El negocio entonces no estaba en la comisión por la colocación de los bonos sino en el interés a cobrarse por el crédito puente.

Lo grave es que se va a pagar una suma millonaria en dólares en concepto de interés por un crédito puente que sólo encuentra explicación en el objetivo de cumplir con el “compromiso” asumido por Macri con el consorcio ganador. En efecto, un crédito puente se toma cuando se necesita inmediatamente la plata, cuando no se puede esperar a la colocación de los bonos (así, durante la gestión de De la Rúa se pidió un crédito puente para capitalizar al Banco de la Ciudad porque estaba prácticamente en quiebra).

Hoy la ciudad tiene recursos de sobra e incluso está subejecutando el dinero que tiene asignado presupuestariamente para obras. Pedir más dinero y hacerlo ya a través de un crédito puente es inexplicable desde lo financiero. Habría que pensar en cómo gastar lo que se recauda en lugar de salir a hacer acuerdos con bancos para pedir plata en forma inmediata que le cuesta a la ciudad varios millones de dólares y que no se sabe para qué obras se va a usar.

El crédito puente lo necesitan los bancos para cobrar un interés millonario a la ciudad. No lo necesita la ciudad que no tiene atrasada ni una sola obra por falta de recursos.

LA VOLATILIDAD DE LOS MERCADOS Y LAS TASAS

El proyecto a tratarse en la Legislatura pretende autorizar al Ejecutivo a salir a colocar bonos a una tasa que no supere el 13,5% anual. Una tasa altísima que tiene su explicación en la volatilidad de los mercados y en la falta de confianza de los mercados en los países emergentes.

Dicho de otra manera, hoy no es momento de salir a pedir plata en los mercados financieros. No se presta a países emergentes y si se presta se lo hace con tasas muy altas.

Entonces el macrismo pretende colocar bonos en un momento no recomendable para ningún país emergente. Con el agravante que esos fondos no son necesarios porque la ciudad cuenta con fondos propios que pueden reasignarse y en un momento de alta subejecución.

O sea que Macri no puede gastar lo que recauda y sale a pedir plata carísima para guardarla en el Banco de la Ciudad.

REFLEXION FINAL

Hoy se pretende endeudar a la ciudad de Buenos Aires a tasas altísimas (que cobrarán las AFJP) para obras indeterminadas o elegidas arbitrariamente con el fin de encubrir un aumento del gasto corriente –obras que incluso tenían en su mayoría financiamiento con recursos propios-. Además se pretende hacerlo en un marco de subejecución presupuestaria y en un contexto de alta recaudación. Como si todo eso fuera poco, se va a pedir un crédito puente innecesario que le va a costar sumas millonarias a la ciudad y que sólo beneficia a los bancos otorgantes.

Macri siempre hizo alarde de provenir del sector empresarial privado y, por lo tanto, de su conocimiento y capacidad en administrar recursos.

Está claro que Macri nunca haría con el dinero de sus empresas lo que pretende hacer con los dineros públicos de la ciudad. Pareciera que cuidar el dinero propio no significa necesariamente vocación de cuidar el ajeno.

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