El avión pertenece a Leonardo Scatturice, quien adquirió la aerolínea de bajo costo Flybondi, y es un individuo relacionado estrechamente con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Entre las “inconsistencias significativas” detectadas se incluyen: “omisiones en los controles de equipaje al momento de la llegada; falta de registros que aseguren la trazabilidad del equipaje; deficiencias en la documentación migratoria de tripulantes y pasajeros; ausencia de documentos que validen la inmovilización, resguardo e inspección del contenido de la aeronave; falta de registro del vuelo en las bases de datos estatales correspondientes; y dudas sobre el aeropuerto de origen declarado”.
Los fiscales remarcaron que oficialmente se declararon cinco bultos en el Formulario de Declaración General y las imágenes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) muestran más de diez bultos.
Los fiscales precisaron que el avión ingresó al país con dos tripulantes, José Luis Donato Bresciano y Juan Pablo Pinto y una pasajera, Laura Belén Arrieta. A la salida, se sumó un cuarto ocupante, Víctor Germán Du Plooy, quien había arribado previamente al aeropuerto de Ezeiza el día 3 de marzo, en un vuelo comercial.
Las irregularidades
Entre las irregularidades, los fiscales Claudio Navas Rial, interinamente a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Penal Económico N° 4, y Sergio Leonardo Rodríguez, Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas mencionan el testimonio de José Flores Herbas, Oficial Principal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) quien aseguró que “el traslado de la pasajera hacia la zona de arribos internacionales y la descarga del equipaje demoraron más de lo habitual, aproximadamente entre 15 y 20 minutos”.
Otra oficial, de apellido Barbuto, declaró que el personal de PSA no interviene en el escaneo ni en el control de equipajes en arribos internacionales, dado que tales tareas son exclusivas de la Dirección General de Aduanas.
“Según el análisis de las imágenes proporcionadas por la PSA, los fiscales Naval Rial y Rodríguez señalan que el grupo asociado al vuelo en cuestión utilizó un circuito de control aduanero diferente al que se aplicaba simultáneamente al resto de los pasajeros que llegaban al país en ese mismo momento”.
Destacaron que, de acuerdo con las grabaciones de video, mientras el área estaba “libre de aglomeraciones, los tripulantes y la pasajera del vuelo N18RU fueron dirigidos por personal aduanero -entre los cuales se identifica a una agente que coincide con la imagen de quien previamente los había recibido en la pista- hacia una vía secundaria, sin pasar por los escáneres ni ser sometidos a revisión de equipaje”.
“Se observó una discrecionalidad no normativa, sin trazabilidad ni fundamentos objetivos que permitan reconstruir o verificar los motivos de la decisión tomada”, afirmaron los fiscales en el documento.
“CORRUPCIÓN”
Por estas imágenes que confirman que 10 valijas de un vuelo de Miami entraron al país sin control por autorización de Javier Milei.
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Los testimonios
El dictamen resalta que “las declaraciones de los pilotos indican la presencia de dos valijas que permanecieron dentro de la aeronave como equipaje en tránsito”. El tripulante Bresciano declaró ante la Justicia que el propietario de las valijas “se llama Víctor; eran objetos personales que él tenía ahí y quedaron en el avión porque este estaba en tránsito”. Víctor Germán Du Plooy fue quien tomó el vuelo de regreso, el cual partió el 5 de marzo hacia París.
Sobre este punto, los fiscales dijeron que “si bien el régimen aduanero contempla esta posibilidad, también impone como condición que el medio de transporte egrese del país en las mismas condiciones en que ingresó, sin haber sido objeto de alteraciones. En este contexto, la falta de un control objetivo o debidamente documentado -sumada a la inexistencia de registros fílmicos continuos del área del hangar donde permaneció la aeronave- genera un margen de incertidumbre respecto de la trazabilidad y fiscalización efectiva de los objetos que quedaron a bordo”.
Se detectaron inconsistencias en los registros migratorios de los dos tripulantes (José Luis Donato Bresciano y Juan Pablo Pinto) y de los dos pasajeros (Laura Belén Arrieta y Víctor Germán Du Plooy). En particular, los datos proporcionados por la Dirección Nacional de Migraciones indican que el destino de salida era “Estados Unidos”, cuando en realidad la aeronave partió con destino final a París, haciendo una escala intermedia en Tenerife, y regresó a Estados Unidos el 12 de marzo.
Los fiscales proponen ampliar la investigación sobre los registros de llamadas entrantes y salientes, así como los mensajes de texto (SMS), entre las 8:15 y las 9:00 horas del 26 de febrero de 2025. El objetivo es determinar si hubo algún tipo de contacto o intercambio relacionado con todos los vehículos que participaron en la llegada del avión a la rampa asignada para su aterrizaje. Esto incluye dos furgonetas tipo traffic de color negro, supuestamente pertenecientes a la empresa Royal Class; una furgoneta tipo traffic de color blanco, que podría ser de la PSA; una furgoneta de color blanco y celeste, presuntamente asignada al personal de la Dirección General de Aduanas; y dos o tres furgonetas utilitarias blancas que se acercaron y se retiraron de la aeronave en diferentes momentos.
Además, solicitan que comparezcan en sede judicial tres agentes de la Dirección General de Aduanas que estaban presentes en el aeropuerto ese día.