El artículo señala que el objetivo de Washington no se limita únicamente a apuntalar la economía argentina, sino que incluye un componente geopolítico. Según la nota, la intervención estadounidense busca “contrarrestar la creciente influencia de China en América Latina y asegurar el acceso a los minerales estratégicos del país sudamericano”. Al mismo tiempo, la medida ha encontrado resistencia, tanto dentro de EE. UU. como en la escena internacional.
Uno de los focos de crítica viene de sectores vinculados al ala más dura del entorno del expresidente Donald Trump: “entre los seguidores de Trump casi la mitad rechaza el plan”, aseguró el exestratega de la Casa Blanca Steve Bannon, argumentando que la iniciativa parece “más orientada a salvar a Wall Street que a fortalecer a un aliado regional”. Este tipo de cuestionamientos revelan una falta de claridad acerca de los fines últimos del programa, así como de los costos que podrían derivarse para Argentina y para EE. UU.
Así empieza la nota de tapa del Financial Times de hoy: En el mismo momento que Milei presentaba su libro La Construcción del Milagro desafinando en el Movistar Arena y recordándole a sus fieles que el triunfo en la batalla depende de las fuerzas del cielo, su ministro de… pic.twitter.com/W97swR8xth
— Sebastián Soler (@TommyBarbanBA) October 23, 2025
Desde el lado financiero argentino, las condiciones son delicadas: la nota enfatiza que el peso argentino se esperaba con nuevas caídas, las reservas líquidas siguen en niveles críticos y se mantienen dudas sobre la viabilidad de la estrategia. En un pasaje se afirma que “los escépticos hablan ya del acrónimo ‘Mada’ -Make Argentina Default Again-, planteando si realmente Milei podrá evitar una crisis financiera”. Los mercados operan entre esperanza por el respaldo externo y temor por un eventual colapso.
Por otro lado, el análisis de Financial Times sostiene que la alianza financiera usa instrumentos poco convencionales para una crisis típica, con profundas implicancias geopolíticas. Se apunta que, a diferencia de las líneas swap desplegadas por Federal Reserve en crisis anteriores, en este caso se recurre al Exchange Stabilization Fund del Tesoro de EE. UU., “para proteger los intereses políticos y económicos estadounidenses en una región considerada estratégica, antes que atender únicamente criterios de salud macroeconómica”.
Si el plan no logra estabilizar el mercado argentino, advierte el diario, “el golpe no solo lo sentirá Milei, sino también Washington”, subrayando que el compromiso norteamericano está en juego junto a la imagen del dólar como herramienta hegemónica. En ese sentido, la iniciativa arroja riesgos tanto para Argentina —por su fragilidad financiera— como para el sistema internacional donde EE. UU. busca reafirmarse como potencia económica y monetaria.

