Una encuesta sacude Córdoba: De la Sota con apoyo de sectores inesperados

Una encuesta sacude Córdoba: De la Sota con apoyo de sectores inesperados

Los porcentajes marcan un trasvase de votos que podría redefinir la elección provincial.


La encuesta que reconfigura el tablero político en Córdoba pone a Natalia De la Sota en el centro de una dinámica inesperada: no solo consolida su núcleo peronista, sino que comienza a absorber porciones de electorado que hasta ahora se consideraban inaccesibles. El sondeo dibuja un movimiento de votos que obliga a rivales y aliados a recalcular estrategias.

El dato demográfico más contundente marca la robustez de su base en los sectores mayores: el 35% de quienes hoy la apoyan tiene más de 50 años, una presencia superior al 31% que, según la misma medición, concentra Juan Schiaretti en esa franja etaria. Ese diferencial pone de relieve no sólo la edad del votante sino el peso electoral que tiene la franja de mayores en la provincia.

La composición del voto que llega a De la Sota también revela fugas y trasvases precisos: el 51% de sus actuales adherentes ya la había votado en primera vuelta; el 24% proviene del exgobernador (es decir, del espacio que encabeza Schiaretti) y el 6% llega desde el electorado que en la primera vuelta apoyó a Javier Milei. Esos números explican por qué su aparición altera la aritmética: retiene lo propio y suma tramos de votantes previamente alineados con otros referentes.

El consultor Carlos Sicchar, autor de la lectura del sondeo, subraya la mixtura del fenómeno: “tiene un voto filoperonista realmente muy fuerte, consolidado”, pero con la capacidad de “tender la mano a esos sectores sueltos, huérfanos de referencia”. Esa doble característica —firmeza en el núcleo y atractivo por fuera— es lo que permite explicar los porcentajes de trasvase hacia su espacio.

El fenómeno de los “enojados” completa el panorama: Provincias Unidas exhibe un electorado más heterogéneo y, por ejemplo, el 24% de quienes habían votado a Milei hoy lo hacen por Schiaretti; en sentido inverso, el ex gobernador también sufre fugas: un 6% de sus votantes iniciales migraron hacia Natalia De la Sota, según el mismo estudio. Esos porcentajes, aunque parezcan reducidos en términos individuales, son decisivos en una elección provincial donde los márgenes se estrechan.

En la práctica, los porcentajes marcan dos decisiones tácticas inmediatas: Schiaretti deberá concentrar esfuerzos en recuperar el 24% que perdió hacia De la Sota y contener la fuga del 6% que ya se produjo; los libertarios, por su parte, enfrentan la dispersión de su voto hacia espacios tanto peronistas como provinciales.

Para De la Sota, la lectura es obvia: consolidar el 51% que la respalda desde la primera vuelta y ampliar los microsegmentos (%) que la acercan al objetivo de ampliar su representación en Diputados.

En suma, en Córdoba ya no sólo se discute quién suma más adhesiones: se discute en qué porcentaje y en qué franjas se decantan los votos.

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