Un reciente informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA), liderado por el Auditor General Lisandro Teszkiewicz de Unión por la Patria (UP), ha puesto de manifiesto graves deficiencias en la accesibilidad física de espacios públicos y culturales de la Ciudad.
El informe destaca la falta de cumplimiento de la Ley N°962, promulgada en 2003 para modificar el código de edificación e incorporar criterios de accesibilidad. Teszkiewicz criticó duramente la situación, afirmando que “A más de dos décadas de la sanción de la Ley N°962, la Ciudad sigue siendo un espacio para pocos, un espacio privilegiado”.
El informe de la AGCBA señala la ausencia de regulaciones claras para la adecuación de los museos a los criterios de accesibilidad como uno de los principales problemas. Si bien la ley protege el patrimonio histórico y cultural, exime a ciertos edificios de cumplir con las normas de accesibilidad. Sin embargo, la AGCBA argumenta que esta exención no libera a la administración de la responsabilidad de generar normativas o acuerdos con la Nación para mejorar el acceso sin comprometer el valor patrimonial de los edificios.
Teszkiewicz enfatizó que “El acceso a la cultura no puede ser un privilegio, sino un derecho garantizado paгa todos y todas las ciudadanas. Esta falta de regulaciones concretas impide que muchas personas puedan disfrutar el acervo cultural de nuestra Ciudad”.
En cuanto a los espacios públicos, el informe revela que parques, plazas, glorietas y monumentos carecen de las estructuras adecuadas para garantizar la accesibilidad universal. El Auditor General peronista, Lisandro Teszkiewicz, también cuestionó las prioridades de inversión, señalando que “No se trata solo de infraestructura, sino de la voluntad política de invertir en negocios, en vez de invertir en políticas públicas inclusivas”.
Además, se identificaron incumplimientos en la normativa de construcción de vados y pavimentos a nivel de acera, con rampas en sendas peatonales que no cumplen con las dimensiones reglamentarias y la falta de baldosas podotáctiles para personas con discapacidad visual.
Otro punto crítico del informe es la falta de convenios administrativos entre la Ciudad y la Nación para regular la responsabilidad compartida en materia de accesibilidad. Asimismo, se destaca que las comunas, a pesar de su rol fundamental en la gestión de mejoras de accesibilidad, no cuentan con mecanismos efectivos de participación en la toma de decisiones.
El Auditor General Teszkiewicz concluyó su informe con una fuerte crítica a la gestión de la Ciudad, afirmando: “Faltan demasiados procesos para lograr el equipamiento óptimo y que la ciudad pueda ser disfrutada como corresponde. Darle más participación a las comunas, quienes son las que más conocen las necesidades diarias de los y las vecinas es esencial. Este informe deja en claro que la accesibilidad física sigue siendo una deuda pendiente. Mientras no se adopten las medidas necesarias, la ciudad seguirá existiendo con barreras invisibles que excluyen y esto refuerza la idea de que no son errores, es un proyecto político”.