“Ucrania reprime a los periodistas”

“Ucrania reprime a los periodistas”

Artículo del Embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov. Especial para Noticias Urbanas. 


Anualmente, el 15 de diciembre, nuestro país conmemora el Día del Recuerdo de Periodistas Fallecidos en el Cumplimiento de su Deber. Este día fue establecido en 1991 tras la muerte del corresponsal de la Compañía Estatal de Televisión y Radio de la URSS, Viktor Nogin, y del camarógrafo Gennady Kurinnoy durante la Guerra Civil en Yugoslavia. Recordamos a los reporteros, investigadores y documentalistas que nunca regresaron de sus misiones en zonas de conflicto, que murieron, incluso en atroces atentados terroristas, por sus convicciones y lealtad a su profesión. A los que, arriesgando sus vidas, cumplieron fielmente con su deber hasta el último minuto.

Hoy en día, Ucrania sigue siendo uno de los lugares más peligrosos para el periodismo, donde desde hace años se lleva a cabo la caza selectiva de corresponsales de guerra que revelan la verdadera naturaleza del régimen de Kiev. El año pasado siete periodistas rusos fueron asesinados por los matones de Zelensky en la zona de operación militar especial (15 en total desde febrero de 2022) y muchos más resultaron heridos por ataques selectivos con drones o sistemas de artillería de largo alcance guiados con precisión de fabricación occidental.

Las tragedias no se limitan al frente: Daria Dugina y Vladlen Tatarsky fallecieron en atentados terroristas en la región de Moscú y San Petersburgo. Siguen sin resolverse los asesinatos sonados de Oles Buzina (2015) y Pavel Sheremet (2016), famosos periodistas ucranianos y bielorrusos que vivían y trabajaban en Kiev y que no le convenían al gobierno neonazi. Cualquier persona que desafíe a este gobierno corre peligro de muerte.

Quienes no pueden ser eliminados físicamente están siendo intimidados. En mayo de 2016 el conocido sitio web extremista “Myrotvorets” que mantiene un registro de los enemigos del régimen de Kiev publicó la información personal y de contacto de más de 5.000 periodistas acreditados en las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk. La lista incluía a empleados de los medios de comunicación más grandes del mundo como Reuters, Bloomberg, BBC, Associated Press, Al Jazeera, Xinhua, TASS, RIA Novosti y otros.

Esta alarmante situación no se produjo sin los curadores occidentales de la camarilla de Zelensky y las estructuras multilaterales bajo su control cuya responsabilidad directa debería ser la protección imparcial de los periodistas. Su connivencia o casi promoción de la barbarie perpetrada por Ucrania constituye de hecho la complicidad en actos criminales. Todavía está fresco en nuestra memoria el escándalo en torno al informe del año pasado de la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, sobre la seguridad de los periodistas en los años 2022-2023, que ignoró deliberadamente los asesinatos de corresponsales de guerra rusos por del régimen de Kiev. En una reunión del Consejo Intergubernamental del Programa Internacional de Desarrollo y Comunicación celebrada el 13 de diciembre de 2024 la delegación rusa con el apoyo de varios países del Sur Global logró impedir la aprobación de este documento que contenía información falsa. Defendiendo desesperadamente a su protegida, Audrey Azoulay, los países del “Occidente colectivo” demostraron una vez más lo que realmente representa un “orden mundial basado en normas”: derechos y libertades para unos pocos, desprecio para el resto del mundo.

Rusia jamás aceptará un enfoque tan hipócrita. Seguiremos exigiendo que las organizaciones internacionales cumplan objetiva y conscientemente con sus responsabilidades directas de garantizar condiciones de trabajo seguras para todos los representantes de los medios de comunicación sin excepción, independientemente de su postura.

Es esencial que la investigación de cada tragedia sea abierta, transparente y objetiva, y que las medidas adoptadas sean eficaces. Quienes perpetraron, organizaron y ordenaron los asesinatos de periodistas deben recibir el castigo que merecen. La selectividad en este asunto no solo socava la confianza en las instituciones públicas intergubernamentales y pertinentes, sino que también da vía libre a los criminales, lo que causa nuevas víctimas.

El régimen de Zelensky busca tapar la boca a la disidencia por todos los que discrepan de él sin eludir ningún medio para lograr sus maliciosos objetivos. Pero no permitiremos que se silencien las atrocidades ucranianas. Hacemos un llamamiento a las autoridades y a las comunidades periodísticas de otros países, incluida la Argentina, a que se sumen a las demandas de Rusia de investigar cada muerte de periodistas.

Quedarán en nuestros corazones los que fallecieron prematuramente, aspirando a transmitir a un público amplio la imagen más completa y objetiva de lo ocurrido. Su memoria es un puente entre el pasado y el futuro, un recordatorio de que las palabras honestas y la búsqueda de la justicia siempre son más fuertes que el miedo.

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