Tras la cuarentena, proponen educación emocional en las escuelas

Tras la cuarentena, proponen educación emocional en las escuelas

Es un Proyecto de ley del senador Flavio Fama. NU entrevistó además a la psicóloga Florencia Rodríguez.


La pandemia y su consecuente cuarentena no han sido gratuitas para la salud mental, especialmente de los niños, niñas y adolescentes.

En este marco, llegó al Congreso de la Nación un proyecto de ley de la mano del senador nacional por Juntos por el Cambio, Flavio Fama, ex rector de la Universidad Nacional de Catamarca, para implementar la educación emocional en las escuelas.

Esta iniciativa propone que la materia sea incorporada en escuelas primarias y secundarias de todo el país, añadiendo un inciso en los artículos 20, 27 y 30 de la Ley Nacional de Educación 26.206/06.

Con esto, se busca que las niñas y niños “cuenten con los recursos necesarios para poder identificar, tramitar, internalizar y expresar sus emociones de manera saludable”, especialmente tras los efectos de la pandemia.

“Los niños experimentaron diferentes consecuencias tras la pandemia, dependiendo de la edad, las condiciones del aislamiento, el contexto familiar y la presencia o no de una red de apoyo”, explicó la psicóloga Florencia Rodríguez, tras ser consultada por Noticias Urbanas, completando el concepto al agregar que “desde ese aspecto no se puede generalizar, pero hay niños que tuvieron serias dificultades para readaptarse a la rutina: problemas de conducta, ansiedad frente a situaciones escolares, dificultad para relacionarse con sus compañeros, falta de motivación, cansancio excesivo y resistencia a la nueva rutina”.

Rodríguez es doctorada en Psicología en la Universidad de Flores y actualmente es profesora de psicología en la Universidad del Salvador, desarrollando su actividad en el campo de la atención clínica de adultos y adolescentes con perspectiva de género. Además, actualmente trabaja realizando atención psicológica online de adolescentes y adultos que llaman para aprender a expresar sus emociones.

 

Detección a tiempo y prevención de daños

La salud mental no debe ser subvalorada y mucho menos la enseñanza de herramientas para poder detectar a temprana edad cualquier tipo de patología. Esto no sólo hace a las niñeces más felices, sino también más sanos a los futuros adultos/as. El beneficio es personal y colectivo.

Pero, ¿en qué consiste la “educación emocional” en las escuelas? Si bien los pormenores del proyecto de ley aún deben ser discutidos en el Palacio Legislativo, Rodríguez especificó que “básicamente, debería estar centrado en la identificación, registro y expresión de todo tipo de emociones: enojo, felicidad, tristeza, dolor o gratitud”.

“En la medida en que los niños tengan más herramientas para comunicarse, mejoran su relación con sí mismos y con los demás. Podrán ser más autónomos, transitar mejor los cambios y/o crisis que se presenten, resolver problemas y alertar si están en una situación de riesgo. Podrán también aprender a ejercer su derecho al ‘no’ y poner límites cuando sea necesario”, agregó la especialista.

E hizo hincapié en que “educar sus emociones es prevenir y disminuir riesgos”.

Con esto, a la ley de Educación se incorporaría la enseñanza de los recursos necesarios para la promoción y prevención primaria de la salud mental y el desarrollo cognitivo de las y los alumnos.

 

 

Educación formal

Tal como sucede con la Educación Sexual Integral, muchas familias consideran que ese tipo de educación debe darse en la casa y no en la escuela. Algo similar sucede con la educación emocional.

En ambos casos, tiene que ser de consideración el hecho de que no en todas las casas las familias tienen la capacidad y la oportunidad de brindar información de valor a las niñas y niños. En estos casos, la educación sexual y la emocional pasarían a ser un privilegio de algunos pocos y no el derecho de todos.

Además, en ambos casos, deben ayudar a los padres los profesionales formados en la materia, quienes enseñarán en las escuelas estas disciplinas procurando, además, generar espacios de apoyo, contención, seguimiento y consulta para poder atender cada caso que las y los niños puedan presentar.

“Es la primera vez que se incorpora el desarrollo de la inteligencia emocional en las escuelas de manera formal. Hasta ahora era un área que quedaba librada únicamente a la familia y a la formación autónoma de los educadores y acompañantes de los alumnos. Así como la Ley de Educación Sexual Integral obtuvo buenos resultados porque está centrada en su función preventiva y de disminución de riesgos, lo mismo se espera de este nuevo proyecto”, expuso la psicóloga.

Ante la postura reaccionaria de familias por la introducción de la enseñanza de la ESI en las escuelas, que llevó por bandera la consigna #ConMisHijosNoTeMetas, cabe mencionar que se requiere con urgencia un cambio paradigmático, donde las y los niños dejen de ser propiedad de sus madres y padres para convertirse en sujetos de derecho con posibilidad de autoconocimiento.

Al respecto, Florencia Rodríguez indicó que “muchos niños crecen en familias con dinámicas disfuncionales, patológicas, y es ahí donde se ponen en juego los recursos emocionales que puedan adoptar, aun creciendo en contextos difíciles”, porque “los niños, cuando participan de instituciones, traen información nueva al sistema familiar, y es eso lo que posibilita los cambios”, detalló.

 

Conflictos frecuentes

Algunos conflictos se acentuaron con el encierro por la pandemia de Covid-19: los problemas familiares, los sociales, el comunicacional, el educativo y, ergo, también los psicológicos.

La psicóloga consultada comentó que el motivo de consulta de sus pacientes suelen ser temáticas asociadas a trastornos de ansiedad: ansiedad generalizada, ataques de pánico, estrés postraumático, fobia social, trastorno del estado de ánimo y depresión.

“De fondo, nos encontramos con familias disfuncionales, mayormente violentas, donde no tuvieron posibilidades de expresarse, ni de salir de esas situaciones, por su condición de vulnerabilidad (eran niños). Hoy, adultos, deben afrontar su historia y llamar a las cosas por su nombre. Y para eso, buscan hacerlo acompañados, por nosotros, los psicólogos, o los ‘médicos de las emociones’ como me dijo un pacientito alguna vez”, puntualizó Rodríguez.

El mismo senador Fama expresó en los fundamentos del mencionado proyecto que existe un “incremento significativo de estados emocionales durante la pandemia de covid-19, como ansiedad, irritabilidad, tristeza, trastornos de la alimentación y regresiones a la etapa previa del desarrollo en los niños y niñas. Mientras que en los adolescentes del nivel secundario se han detectado síntomas de depresión, síntomas de conductas disruptivas, mayor consumo de alcohol y de otras sustancias”.

Allí, además señaló la poca relevancia que se le da al cuidado de la salud mental en las infancias: “La educación emocional colabora principalmente en la prevención primaria de distintos trastornos mentales en niños y adolescentes, promoviendo la comprensión empática hacia el otro, para facilitar las relaciones interpersonales, enseñando a regular las emociones a través de poner en palabras lo que sucede, ayudando a resolver los conflictos de manera asertiva, facilitando el conocimiento de las capacidades y limitaciones propias, sin dejar de quererse en lo que respecta a la conformación de la autoestima, mejorando la tolerancia a la frustración y estimulando la creatividad a la hora de enfrentarse a situaciones inciertas o adversas, entre otras”.

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