En una extensa entrevista con NU Radio, el analista político Raúl Timerman analizó el presente y el futuro del gobierno de Javier Milei, poniendo el foco en el rol de Estados Unidos, la debilidad estructural de la gestión y los límites temporales de la esperanza social. “El gobierno argentino se maneja con una gestión de pobre a muy pobre, que por ahora la suplió con un activo: el apoyo de Estados Unidos, que lo sacó de la catástrofe”, afirmó al comenzar el diálogo con Fernando Riva Zucchelli.
Timerman basó parte de su análisis en una encuesta realizada junto a Sheila Wilker y reveló datos llamativos. Contó que antes de las elecciones, solo el 27% de los consultados creía que el Gobierno llegaba fortalecido. “Ese 27% es el núcleo duro de Milei. Para ellos, el apoyo de Estados Unidos era fortalecer al gobierno”, explicó. Luego agregó otro dato clave surgido de la misma medición: “Yo apoyo al gobierno porque estoy de acuerdo con las ideas de Milei: 28%. Yo apoyo al gobierno porque no quiero que vuelva el kirchnerismo: 13%. Sumás y te da 41: el resultado electoral”.
Para el analista, el respaldo de Washington tuvo un impacto directo en el humor social. “Ese apoyo viene con una amenaza: si Milei pierde, este apoyo se termina”, sostuvo. Tras el triunfo electoral, dijo que comenzó una “luna de miel” con capacidad de obtener mayorías legislativas, pero advirtió que todo tiene fecha de vencimiento: “Yo creo que esta esperanza dura hasta mediados del año que viene. Si no se produce una reactivación de la economía, se viene una catarata de protestas y de decepciones”.
Timerman también remarcó que el Gobierno fracasó en uno de sus pilares discursivos: la lucha contra la corrupción. “Este gobierno no da ningún signo de combatirla. Ante todos los hechos que aparecen, no hay medidas. La sociedad no logra percibir que quiera combatir la corrupción y eso puede ser un talón de Aquiles”, señaló. Para graficar el clima social agregó: “Desde febrero hasta ahora, el principal problema visualizado por los argentinos es la corrupción”. En ese marco describió al país como “una estructura corrupta en todos los sectores”.
Sobre la negociación política, Timerman analizó el rol del nuevo ministro del Interior, Diego Santilli, y recordó el costo del incumplimiento de acuerdos. “En política se paga al contado. Eso le pasó mucho a Francos”, dijo. También planteó que ahora el Gobierno deberá “poner más sobre la mesa” porque los gobernadores conocen el valor de sus votos. “Si Santilli va con dos escarbadientes, va a lograr muy poco”, ironizó.
El analista evaluó además el escenario para las reformas que el Gobierno quiere impulsar en extraordinarias. Señaló que, en opinión pública, tienen entre “42 y 48% de aprobación” pese a que “nadie sabe bien de qué se trata”. Y explicó: “Hay un deseo de que las cosas salgan mejor y una gran decepción con todo lo anterior. Si hubiera sido un buen gobierno el de Alberto Fernández, Milei seguiría siendo panelista de Intratables”.
Finalmente, proyectó un posible reacomodamiento general del sistema político si Milei fracasa. “Va a haber emergentes nuevos, dentro y fuera del peronismo. La juventud puede generar figuras nuevas. Nos podemos llevar muchas sorpresas”, anticipó. También consideró agotada la disputa Axel Kicillof–Cristina Kirchner: “Si llegan a un acuerdo, la gente no les va a creer”. Y dejó abierta la puerta a un futuro insólito: “Si Milei va por la reelección, no te extrañes que pueda ir por el lado de Karina Milei también”.