Un informe reciente de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) reveló el deterioro de la Gerencia de Estadísticas de Salud, el área encargada de producir y garantizar la información sanitaria pública de la Ciudad. Según el informe, la información disponible presenta un retraso de más de tres años, carece de fiabilidad e integridad, y no cumple con las obligaciones normativas vigentes. El área tampoco produce ni publica los indicadores necesarios para planificar políticas sanitarias efectivas, y la migración al sistema digital sigue sin concretarse plenamente.
La Gerencia debería ser el “corazón” que organiza datos cruciales como consultas médicas, internaciones, uso de camas y recursos humanos. Sin embargo, el Auditor General Lisandro Teszkiewicz fue categórico al señalar las consecuencias de esta situación: “Sin datos no hay decisiones, y sin decisiones no hay salud. La información estadística no es un trámite, esto permite saber cuántas camas hay disponibles, cuántas cirugías se hacen, cuántos médicos faltan. Si los datos no llegan, las respuestas del sistema tampoco”.
Estas deficiencias en las estadísticas se suman a otros problemas detectados por la Auditoría en informes recientes, como el caso del Hospital Penna, donde se denunciaron errores en diagnósticos por fallas de mantenimiento y demoras de hasta dos meses en la entrega de resultados de mamografías. El Auditor trazó un paralelismo crítico entre ambos casos: “En el Penna no sólo fallan los equipos, también falla el Estado. Si un hospital no puede entregar una mamografía en tiempo y forma, o si el sistema estadístico no puede medir su propio rendimiento, es porque hay una decisión política de Macri, de Quirós y de la gestión del Pro y La Libertad Avanza de mirar para otro lado, recortan en salud y piden 132 mil millones para refaccionar el autódromo y hacer una carrera de fórmula 1”.
Para Teszkiewicz, las fallas recurrentes en el Sistema Público de Salud de la Ciudad responden a una falta de voluntad política: “La desidia estadística también enferma. Cuando los números no llegan, las políticas se improvisan, los diagnósticos se atrasan y las personas quedan a la deriva”.
Finalmente, el Auditor concluyó que la situación no se trata de errores aislados, sino de un proyecto político sostenido en el tiempo. “La salud pública necesita una gestión seria, ordenada y transparente. No son errores sino un proyecto político que hace 6 años lleva adelante el mismo ministro de Salud con Larreta y Macri”.