Santilli: el verdadero socio político de Larreta

Santilli: el verdadero socio político de Larreta

Opinión.


Diego César Santilli es un candidato natural de la política vernácula, es como si hubiera nacido predestinado para ser electo o competir para ello, tiene esa capacidad de empatizar con quien habla, algo que no abunda en la dirigencia argentina. La mayoría de la gente con que se cruza, destaca su habitual buen humor o agradable trato, más allá de la importancia de los temas que esté tratando, hasta que algo lo saca y allí sí le sale la bestia de adentro, las convicciones que no se negocian, pero es algo poco frecuente y nunca en público.

Empezó muy joven como dirigente del Partido Justicialista allá por los años 90 y luego se incorporó a Compromiso para el Cambio, la fuerza que fundó Mauricio Macri. Fue senador nacional, legislador porteño, ministro en dos ministerios en CABA y vice jefe de Gobierno hasta ganar la Provincia en 2021, en donde fue electo diputado nacional.

La marca Larreta-Santilli es ya un clásico, además una dupla operativa decisiva para la entronización de Horacio como aspirante a la Presidencia de la Nación. La versatilidad y la eficacia que logró Santilli en los lugares en donde estuvo al comando, lo hicieron cada vez más indispensable en el crecimiento de la criatura. Este cronista que conoce algunos de los pormenores cuando la idea presidencial recién nacía hace ya mucho tiempo, recuerda que solo los grupos más leales a Horacio y al “Colo” pensaban en ella, y eran los únicos que sorprendían con algunos off disruptivos para aquellos momentos.

En aquellos tiempos fundacionales la idea primigenia era Larreta Presidente, y Santilli Jefe de Gobierno, pero las necesidades globales del team fueron girando hacia otros caminos. El peronismo, su estilo y sus relaciones personales le habían dado un roce muy importante a Santilli, y por eso las conexiones que se le complicaban a Larreta, Diego las solucionaba con la naturalidad del dirigente “cercano”. Mientras tanto, en sentido contrario, Diego con Horacio se perfeccionó en el rigor del método y juntos fueron avanzando al ritmo que podía llevar esa fórmula. Los equipos más cercanos de ambos dirigentes se consideran uno en la práctica dado que los niveles de confianza no pueden ser más altos, así como también el respeto del uno con el otro. La tensión nunca es una opción entre ellos.

La idea de la foto beatle que remite a la tapa de Abbey Road, en la provincia de Buenos Aires hace unos días, por supuesto fue pergeñada por el “Colo”, formando ordenadamente tras el Lennon criollo (Larreta) a los dos popes radicales (Gerardo Morales y Martín Lousteau) y él mismo cerrando la marcha.

Para Larreta y Santilli, la competencia por las candidaturas no los alarma antes de tiempo, asimilan con cautela y naturalidad a la contienda, saben que la realidad es así, y hay que convivir con ella hasta al final del camino, donde se gana o se pierde. Y es notable cuando se sienten atacados por propios o ajenos, son los primeros en coordinar las respuestas y también suelen ser los que reparten los roles ante cada situación que se torna complicada.

Horacio Rodríguez Larreta fue uno de los políticos más activos en el trascurso del año que pasó. Su protagonismo en la respuesta opositora al Gobierno nacional con el tema de la medida cautelar dispuesta por la Corte Suprema por el tema de la coparticipación, ya le estaba – y le sigue- dando sus frutos, aunque mientras disfrutaba de esas mieles, llegaron los chats de Lago Escondido en donde el único ministro presente era de su gabinete (Marcelo D’Alessandro) y luego la parte dos de los mismos, mucho más comprometida por cuestiones que ya no solo lo involucran al funcionario en conspiraciones no probadas, sino en cuestiones más concretas de gestión. Su salida se debe a su contacto con el dueño de una de las concesiones de grúas para acarreo de la Ciudad, Marcelo Violante, y también con el vocero del Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, Ángel Robles.

Pero la maquinaria electoral continuará la marcha, tienen un tema para ganar y otro para perder, y verán como ir administrando esos resultados del devenir político. Santilli fue jefe de campaña nacional de Rodríguez Larreta hasta que su candidatura en la Provincia se lo permitió. El Jefe porteño sabe que buena parte de su destino está en manos del “Colo” y trata de apuntalar todo lo posible esa posición en lo que será nuevamente, como siempre, la madre de todas las batallas. Es difícil (y además contrafáctico) pensar como hubiera sido la instalación de Larreta en el escenario nacional sin el apoyo incondicional de Santilli, no por imposible, sino que por las características y actitudes que ambos supieron congeniar, la ordenaron de una forma que trascendió la marca porteña.

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