Las casas matrices de los dos principales bancos españoles con presencia en Argentina —Santander y BBVA— decidieron frenar el otorgamiento de créditos en el país ante un deterioro más profundo de lo previsto del contexto económico local. Así lo admitieron sus máximas autoridades en reuniones mantenidas en Madrid con analistas e inversores.
La decisión, anunciada este miércoles, responde a una combinación de factores: aumento del “coste de riesgo”, elevada volatilidad de las tasas de interés y crecientes presiones cambiarias. Bajo este esquema, el crédito fue “el principal damnificado”, aunque no es la única medida de ajuste: también se recortaron coberturas de capital y se revisaron los beneficios, como parte de un plan de contención.
En el caso de BBVA, la contracción del crédito fue notable. La propia directora financiera del grupo reconoció que en el tercer trimestre del año la originación de nuevos préstamos cayó al 10 %, frente a un 21 % en el segundo trimestre; más aún, en el segmento de tarjetas y consumo la producción de préstamos se redujo 9 % en el período julio-septiembre. En contraste, el crédito comercial continúa despertando interés entre sus líneas de financiamiento.
Santander y BBVA frenan créditos, retiran coberturas y se blindan ante el “riesgo argentino”.
Cuando los grandes bancos se cierran, eso no es confianza: es fuga.
La crisis ya no golpetea, golpea de lleno. pic.twitter.com/dc6awlrJB7
— Sebastian Sassano (@sebasassanocaba) November 26, 2025
Santander, por su parte, aclaró que los únicos préstamos que hoy se conceden en Argentina son a empresas exportadoras en dólares y al sector energético. Su consejero delegado advirtió que, con los niveles actuales de tasa real, “es realmente imposible ganar dinero.
A pesar de los recortes, ambos bancos intentan mantener una rayita de optimismo: desde Santander Argentina sostienen que la estabilidad macroeconómica comienza a consolidarse, que la inflación continúa su tendencia descendente, y que 2025 podría cerrar con equilibrio fiscal. También señalan un repunte en depósitos y cierta recuperación del crédito general, aunque admiten que “todo depende de que las reformas se mantengan y el clima político acompañe”.
Sin embargo, los resultados del tercer trimestre muestran un impacto claro: en Santander Argentina, el beneficio neto ajustado por inflación registró una caída del 46 % respecto al mismo periodo del año anterior; en BBVA Argentina, el retorno sobre el patrimonio y sobre sus activos disminuyeron marcadamente. ([infobae][1]) Este panorama complica las expectativas de expansión crediticia en un país donde, históricamente, la penetración del crédito sigue siendo baja.
